Las amenazas iban desde insultos hasta mensajes inquietantes como “Sé por dónde te movés” o “Tus hijos se van a quedar sin padre”.
Ante esta situación, Liberman llevó el caso a la Justicia y logró una sentencia que podría cambiar la forma en que se manejan estos delitos virtuales.
Un entorno hostil y la búsqueda de justicia
En redes sociales, el anonimato permite que muchos usuarios se sientan libres de amenazar e insultar, amparados en la falta de control y el vacío legal existente. Sin embargo, Liberman decidió no quedarse de brazos cruzados. “Estoy acostumbrado a las agresiones, pero algunas amenazas fueron demasiado lejos, especialmente cuando involucraron a mi familia”, comentó en diálogo con Infobae.
Las amenazas eran enviadas directamente a su cuenta de Instagram, y tras discutirlo con su entorno, el periodista optó por iniciar acciones legales. Con el respaldo de su abogado, Fernando Madeo Facente, denunció a varios agresores. Uno de ellos, identificado como C.M., fue detenido y admitió su responsabilidad en un acuerdo judicial conocido como probation, comprometiéndose a no contactar a Liberman y a realizar un programa de convivencia urbana.
Un caso pionero en la lucha contra el hostigamiento digital
El proceso avanzó rápidamente. En menos de un año desde la denuncia inicial, la Justicia porteña, con la colaboración de las fuerzas de seguridad y Meta, identificó al agresor. La jueza María Mercedes Maiorano, del Juzgado Penal y Contravencional N°3, dictó la sentencia que impone restricciones a C.M., marcando un hito en el tratamiento de estos casos fuera del ámbito político.
“Este fallo puede ser un punto de inflexión. Es un mensaje para los agresores: sus actos no quedarán impunes. También, para quienes son víctimas, sepan que no están solos”, afirmó Liberman.
Hacia un cambio legal
Liberman y su abogado coinciden en que, aunque este fallo es un avance, se necesita una regulación más estricta para las redes sociales. “Las plataformas deben ser responsables, exigiendo una identificación más rigurosa al crear cuentas”, sostiene el periodista. A su vez, destaca que el caso demuestra que la Justicia puede actuar eficazmente incluso en contextos digitales, incentivando a otros ciudadanos a denunciar.
Madeo Facente subraya que la colaboración de Meta fue crucial, proporcionando información que permitió rastrear al agresor. “Este caso muestra que hay herramientas legales para combatir el hostigamiento digital, y que la legislación debe adaptarse a esta realidad”.
Ambos esperan que este caso sea un llamado a la acción para que más víctimas denuncien y que las plataformas asuman un rol activo en la prevención del acoso en línea.