Días atrás, tras años de lucha y luego de una orden judicial, el albañil pudo confirmar, mediante análisis de ADN, que es hijo de Eduardo Lapania, actual director de Bodegas Don Cristóbal
«(Lapania) nunca reconoció ni aceptó a este hijo y su conducta nos ha llevado a la demanda que ha terminado con la filiación», explicó Federico Crucella, abogado de Urbano, a cba24n.
Crucella adelantó que, tras la sentencia judicial de filiación, impulsarán un reclamo económico por al menos 100 millones de pesos. «Hay una disparidad evidente entre lo que ha podido acceder sus hermanos y Marcelo», argumentó.
El letrado afirmó, además, que Lapania es cónsul honorario de Bélgica en Mendoza, cargo al que accedió luego de trabar una relación con las altas esferas de ese Estado en el marco de su trabajo empresarial.
Marcelo Urbano tiene 58 años y es albañil. De orígenes muy humildes, tuvo que abandonar la primaria para poder mantener a su familia. Según su testimonio, su madre, ya fallecida, trabajaba en la década de los 60 como empleada doméstica en la casa de la familia Lapania en La Falda.
Allí quedó embarazada por uno de los hijos de la familia, Eduardo Lapania. Al enterarse de la noticia, la multimillonaria familia la echó y la dejó sin trabajo. Años después, la mujer enfermó muy gravemente y falleció sin que los médicos pudieran hacer nada. Marcelo tenía solo 12 años y en su lecho de muerte ella le confesó que su padre era un acaudalado empresario de nombre Eduardo Lapania.
Tras la pérdida de su mamá, el entonces adolescente debió dejar la escuela primaria y comenzar a trabajar para poder mantenerse: fue cartonero, changarín y finalmente albañil, oficio que mantiene hasta el día de hoy.
Recién nueve años después de la pérdida de su madre, cuando ya era mayor de edad, el joven viajó a Buenos Aires para encontrarse en un bar con su padre. El encuentro no fue lo que él esperaba.
El millonario dueño de una importante bodega mendocina negó el vínculo y Marcelo debió emprender el reclamo por las vías judiciales, se realizó dos estudios de ADN que dieron positivo, y un juez dictaminó en primera instancia que debía llamarse «Urbano Lapania».
Sobre el resarcimiento que debería recibir y sobre la tercera parte que le corresponde de la fortuna del millonario, las otras partes son para sus dos medios hermanos, el cordobés desconoce cuánto dinero sería aunque sus abogados le hablaron de «entre 100 y 200 millones de pesos».
Si bien Marcelo afirma no tener «ni idea» de cuánto dinero significan esas sumas, ya tiene claro lo que haría de recibir la plata que le corresponde. «Yo tengo cinco hijos, dos varones y tres mujeres. Sinceramente sé lo que haría: cambiar la vida de mis hijos y mis nietos porque yo estoy de vuelta en esta vida», relató notablemente conmocionado.
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