Durante la cuarentena por el Covid-19 mucha gente, que tuvo más tiempo disponible, se metió en plataformas para tomar trabajos freelance para el exterior y hacer una diferencia económica.
Los que ya habían incursionado en ese mundo trabajaron más porque hubo nuevos proyectos y tampoco salían de la casa. Pero, ¿Cuáles son las profesiones más requeridas y cuánto se puede ganar haciendo esto?
Según Sebastián Siseles, vicepresidente internacional de Freelancer.com, en la Argentina tienen 562.000 usuarios registrados y la profesión “vedette” es programación, desarrollo web y todo lo que tiene que ver con las tecnologías de la información y la comunicación, pero por efecto Covid, hoy hay otras habilidades que se demandan a través de la plataforma o directamente desde las empresas.
“Se pide diseño gráfico, diseño web y todo lo relacionado con posicionamiento en buscadores (SEO y SEM). Hay oportunidades freelance con empresas de cualquier parte del mundo. Pueden ser compañías norteamericanas que tienen operaciones o venta de servicios en América latina o España y necesitan redactores de contenido o especialistas en marketing digital”, apuntó.
Para Guillermo Bracciaforte, cofundador y COO de Workana, las categorías más contratadas en 2020 en la Argentina fueron IT y Programación (31,03%), Diseño y Multimedia (27,34%), Traducción y Contenidos (14,47%), Marketing y Ventas (7,82%), Legal (7,71%), Soporte Administrativo (7,45%), Finanzas y Administración (2,30%) e Ingeniería y Manufactura (1,88%).
“Lo que observamos es una demanda de otros países por el talento profesional argentino. Los datos actualizados a febrero de este año sobre la contratación de profesionales registrados en la plataforma por otros países son: España, 23%; México, 16%; Chile, 11%; Colombia, 9%; Estados Unidos, 7%; Perú, 6% y Ecuador, 5%”, agregó.
En cuanto al público que elige trabajar freelance, Siseles dijo que hay profesionales que montan una empresa sobre la plataforma y tienen, por ejemplo, su estudio de diseño. Otros están aburridos y toman trabajos en su tiempo libre. Las opciones de pago a los freelancers son retiros a cuenta bancaria local o a cuenta de Paypal o Skrill.
¿Cuánto se cobra?
“El precio promedio por un trabajo que puede tomar unas 10 horas es de US$161 y después tenés trabajos de US$30 y otros de US$80.000 que llevan dos o tres meses”, contó Siseles.
Si se quiere cobrar ese dinero en el país, lo que más usan los freelancers son intermediarios, como Airtm o Nubi. Airtm es una web en la que los usuarios intercambian saldos de cuentas de Paypal, Skrill y otros monederos por transferencias a cuentas bancarias, por ejemplo.
Al usar Airtm se pueden obtener pesos a un tipo de cambio más conveniente (cercano al dólar MEP), pero si se cambian dólares se estaría infringiendo la normativa cambiaria. Con Nubi se pueden cumplir los requisitos legales/fiscales de la actividad (que implican liquidar las divisas en el MULC al tipo de cambio oficial).
Cálculo personal
Francisco, de 39 años, es un licenciado en Economía que empezó a trabajar freelance en 2014 haciendo consultoría en Excel y programación de macros. Actualmente gana US$2700 al mes porque sus ingresos aumentaron un 80% con la pandemia (si se toma la cotización del dólar blue, pasó de ganar aproximadamente $118.000 a $386.000 por la devaluación y el aumento de trabajo).
“Con el Covid subió la cantidad de proyectos que hay. Hay más oferta y al mismo tiempo trabajé más por no salir. Hay trabajos cortos de una hora, cosas de dos o tres días y trabajos de dos a tres semanas. La mayoría son cortos de 3 días por US$200. Hay que evaluar lo que se pide, estimar el tiempo que tardás y ver si te rinde. Yo tengo calculado que tengo que ganar entre US$30 y US$50 por hora”, explicó.
Su último trabajo en relación de dependencia fue como analista senior y durante los primeros años como freelance tenía un ingreso comparable a lo que se podía ganar en un buen puesto en el país. Pero, después de la fuerte devaluación del peso que comenzó en abril de 2018, ya no encuentra una posición fija que le pueda pagar algo similar a lo que está ganando.
Sin embargo, dijo que, más allá del dinero y la flexibilidad, el trabajo freelance tiene sus contras.
“Está todo muy bueno, pero es más difícil que un trabajo fijo. Tenés que resolver todas las cuestiones: organizarte con el tiempo, tener la disciplina para trabajar cuando estás todo el día en tu casa y manejarte con distintas zonas horarias. Otras veces tomás mucho trabajo y no sabés cómo terminarlo y tenés que administrar el dinero. La época más floja de trabajo es cuando se toman vacaciones en los Estados Unidos, pero en general no decae”, cerró.
Los consejos de Workana para quiénes están pensando en lanzarse al mundo freelance:
Conocer el mercado
Es importante entender en la o las industrias en las que se puede trabajar y detectar cuáles son las necesidades para, al ofertar, hacer match mucho más rápido. Esta tarea de “descubrimiento y conocimiento” va desde entender en qué plataformas se puede ofertar el trabajo, cuánto cuesta la hora según el servicio que se ofrece, cómo se factura, qué impuestos se deben pagar, quiénes son la competencia, etc.
Planificar
La planificación estratégica es fundamental. Luego de entender cuál es el mercado y la competencia, hay que elaborar una propuesta de valor en base a las habilidades que se tienen. Hay que planificar no solo el tiempo y los proyectos, sino también el flujo de dinero. La planificación financiera es estratégica. Trabajar de lo que uno quiere y lograr un flujo de ingresos continúo o planificado que permita hacer frente a las necesidades y proyectos es parte de la clave.
Gestión del tiempo
Como la flexibilidad es una de las grandes ventajas del trabajo freelance, organizarse día a día es imprescindible para poder cumplir las tareas que se asumieron. Desde la búsqueda de proyecto (que es la etapa de lanzamiento o transición de carrera) hasta la ejecución.
No hay un momento correcto para empezar a trabajar freelance. De hecho, se puede construir una carrera profesional desde cero trabajando como freelancer. La decisión acerca de cuál es el mejor momento para empezar es personal.
María Julieta Rumi
LA NACION