En estos días circuló por redes sociales la última entrevista televisada al astrónomo y uno de los principales divulgadores científicos de Estados Unidos, Carl Edward Sagan.
Nacido el 9 de noviembre de 1934, fue popularmente conocido por la serie documental de la década de 1980 “Cosmos: un viaje personal”, de la que fue narrador y coautor. También, promovió el desarrollo de la exobiología a partir del proyecto SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence) y formó parte del CSI (Committee for Skeptical Inquiry) junto a figuras como Isaac Asimov.
En el reportaje llevado adelante por el periodista Charlie Rose, el científico destacó la necesidad de que el pueblo sea educado en ciencia y tecnología, dos pilares del mundo actual, para tomar decisiones correctas al respecto. Su planteo gira en torno a una pregunta: “¿Quién está dirigiendo la ciencia y la tecnología en una democracia donde la gente no sabe nada al respecto?”. Si bien la nota fue realizada en 1996 y refiere al pueblo estadounidense, las declaraciones continúan vigentes hasta el día de hoy y sirven como guía para entender los fenómenos que suceden en Argentina actualmente.
A continuación, la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes trae a sus lectores y lectoras un fragmento de la entrevista y su versión completa en video hacia el final de la nota.
-Charlie Rose (CR): Carl Sagan es uno de los astrónomos más prominentes de nuestro tiempo, conocido por traer el cielo a nuestra casa con su serie en CBS: Cosmos. Su último trabajo es ‘El Mundo y sus demonios: la ciencia como una luz en la oscuridad’, que explora la creciente fascinación del país con la pseudociencia, astrología y fe en lo supernatural. Todas supersticiones que, según él, tratan de socavar la verdadera ciencia. Bienvenido de nuevo.
-Carl Sagan (CS): Gracias, un gusto verlo.
-CR: No me gusta leer mucho, pero esto es casi como estar leyendo tu libro. Esto es del New York Times, del viernes 24 de mayo: ‘Los estadounidenses reprueban Ciencia’. Un estudio arroja que menos de la mitad de los estadounidenses adultos entienden que la Tierra orbita al Sol cada año. De acuerdo con una encuesta sobre ciencia básica, a pesar del entusiasmo por la investigación, la ingeniería genética y la energía nuclear son vistas con desconfianza. Solo un 25 por ciento de los adultos estadounidenses aprobaron el estudio de la Fundación Nacional de Ciencia sobre lo que saben de ciencia básica y economía. Me refiero a que esto es como cantar tu canción ¿no es así?
-CS: Bueno, ciertamente de eso es lo que hablo en ‘El Mundo y sus demonios’. Mi apreciación es que no es que la pseudociencia y la superstición, las denominadas creencias New Age o el fundamentalismo sean cosas nuevas. Estas han estado con nosotros desde que somos seres humanos, pero vivimos en una era basada en la ciencia y la tecnología con formidables poderes tecnológicos.
CR: La ciencia y la tecnología nos impulsan con aceleradas velocidades.
CS: Correcto. Si nosotros no las entendemos, por ‘nosotros’ me refiero al público general que lo ve como ‘no soy bueno en eso, no sé nada sobre ello’, entonces, ¿quién está tomando todas las decisiones sobre ciencia y tecnología que determinarán en qué tipo de futuro vivirán nuestros hijos? ¿Unos miembros del Congreso? Pero, no hay más que un puñado de congresistas con algún conocimiento en ciencia.
CR: Acabaste con todos: creacionistas, ciencia cristiana que dices que prefieren que los niños sufran en lugar de darles insulina o antibióticos; los astrólogos, particularmente ridiculizados.
CS: Bueno, yo no diría ridiculizados, sino burlados.
CR: Una forma más generosa que ridiculizados. ¿Cuál es el peligro de todo esto?
CS: Hay dos tipos de peligros. Uno es el que acabo de mencionar: crecemos en una sociedad basada en ciencia y tecnología, en la cual nadie sabe nada de ciencia y tecnología. Esta mezcla inflamable de ignorancia y poder tarde o temprano explotará en nuestras caras. ¿Quién está dirigiendo la ciencia y la tecnología en una democracia donde la gente no sabe nada al respecto? La segunda razón por la que me preocupa es que la ciencia es más que un cuerpo de conocimientos. Es una forma de pensar, una forma escéptica de interrogar al universo con pleno entendimiento de la falibilidad humana. Si no somos capaces de hacer preguntas escépticas, de interrogar a aquellos que nos dicen que algo es verdad, de ser escépticos de aquellos con autoridad, entonces estamos a merced del próximo charlatán, político o religioso que aparezca deambulando. Es algo que Thomas Jefferson enfatizó bastante, para él no era suficiente exaltar ciertos derechos en una constitución o carta de derechos, el pueblo debe ser educado y tiene que practicar su escepticismo y educación. De otra forma, no tenemos control sobre el gobierno, el gobierno nos controla a nosotros.
Por: Luciana Martínez Puga