El paro por tiempo indeterminado de los transportistas de carga por el faltante de gasoil ya alcanzó el cuarto día de duración.
La imposibilidad de generar un acuerdo inmediato con el Gobierno que permita destrabar el conflicto, hace crecer el nivel de problemas para diferentes sectores de la economía, y también a los ciudadanos que circulan por las rutas del país y que deben enfrentar los cortes de ruta que se llevan adelante en provincias, como Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Río Negro, entre otras.
Las otras víctimas de los bloqueos, como se puede definir la situación, son aquellos ciudadanos que deben aguardar un largo tiempo para seguir transitando por las rutas, y que les permita llegar a destino a horario, o bien poder hacer frente sin ningún tipo de inconveniente alguna situación de emergencia.
Además, mientras se espera que los encargados de llevar adelante la protesta abran el tránsito para la libre circulación, esas personas están alejadas de locales gastronómicos y hasta de un simple baño, o en muchos casos se ven impedidos de comunicarse con las personas que los esperan porque a veces en la zona rural del corte no hay una buena conectividad. Y todo esto involucra a ancianos, niños y hasta personas con discapacidad.
El cuadro que se vivió ayer por la tarde en el corte de la Autopista Buenos Aires – Rosario, a casi 10 kilómetros de San Nicolás y en la mano sentido a Capital Federal, tuvo todos estos condimentos. Por ese lugar se frena la circulación de camiones por un tiempo de entre 40 minutos a más de una hora. Si bien los automovilistas tienen paso libre sólo pueden ejercerlo transitando las banquinas y evitar así las largas filas de camiones que se forman. Toda una situación sumamente peligrosa.
Pero no siempre se puede avanzar, ya que las banquinas están repletas de bloqueos, como puede ser un puente de un arroyo que está en el lugar, y ahí hay que esperar que la fila de camiones se mueva para luego seguir avanzando. Y esa demora puede ser importante. Entonces el cuadro se transforma en un un lugar con gente esperando a la vera de la ruta. Esa situación la vivió ayer el equipo de Infobae que realizó una recorrida por lugares de la protesta en Buenos Aires y Santa Fe.
Y en ese momento de una larga espera, conocimos diferentes historias, como la de los transportistas que no pueden llegar a destino a horario con la mercadería que trasladan, o la de ciudadanos bolivianos que después de un viaje de largas horas en colectivo lo único que necesitaban en ese momento era reencontrase con la familia o amigos o simplemente poder descansar. Pero la protesta se lo impedía.
Testimonios
Danisa, que viajaba en un micro desde Bolivia a Buenos Aires, comentó a este medio que “fue toda una sorpresa encontrarnos con este bloqueo de la ruta. Nadie nos había avisado y llevamos a cuesta un viaje de 48hs. Desde las 10 de la mañana que llegamos a este lugar y ahora son más de las 15 y no podemos avanzar mucho. Teníamos pensado llegar a Capital cerca de las 16. Esperemos que todo esto se solucione”.
También estaba en la fila aguardando atravesar el corte de ruta a la altura de San Nicolás, Miguel, que en el lugar pasó más de 12hs. Se trata de un transportista que venía desde Añatuya, en la provincia de Santiago del Estero, con destino a la ciudad bonaerense Luján, transportando carbón. “Yo llegue al lugar cerca de las 0hs de ayer. Venía circulando con total normalidad hasta que me di cuenta que acá estaba todo cortado. En 12hs en el lugar solamente pude avanzar unos 3 kilómetros y tenía que estar a las 4 de la mañana entregando mi carga”.
En el caso de Fernando, también transportista, salió el miércoles a la mañana desde Mar del Plata y fueron unas 8hs parado en San Nicolás para llegar a la zona de puerto, transportando ácido graso. Por otro lado, la historia de otro transportista, como Horacio, que viajaba desde Córdoba hasta Capital Federal. “Hace más de 10hs que estoy acá en el piquete y lamentablemente esta fue la única situación complicada que me tocó vivir en este viaje. Desde las 7 que estoy acá y creo que pude avanzar entre 3 y 4 kilómetros”. Él venía con su camión vacío, pero necesitaba llegar a Capital Federal para cargar algo tan indispensable y necesario por estos tiempos que atraviesa la Argentina: combustible.
Juan Martín Melo
