Hoy, como cada 29 de agosto desde 1958, se celebra el día del abogado en homenaje a Juan Bautista Alberdi.
Nacido en San Miguel de Tucumán en 1810, fue el autor intelectual de la primera Constitución Argentina, dictada en 1853, la segunda más antigua de América y la quinta en el mundo ya que esa fecha.
Alberdi, además de abogado, supo ejercer como jurista, economista, escritor, músico, diputado y fue responsable del libro “Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la Republica Argentinas”. Fue uno de los pensadores más importantes e influyentes del siglo XIX.
Algunas de sus principales definiciones sobre el derecho, la libertad y la política:
– El derecho de mil no pesa más que el de uno solo en la balanza de la justicia.
– La paz, como la libertad, como la autoridad, como la ley y toda la institución humana, vive en el hombre y no en los textos escritos.
– La reforma de un banco de estado es imposible. No hay más que un medio que de reformarlo: es suprimirlo.
– La planta de la civilización no se propaga de semilla. Es como la viña: prende de gajo.
– Un hombre laborioso es el catecismo más edificante.
– Si queremos ser libres, seamos antes dignos de serlo. La libertad no brota de un sablazo. Es parto lento de la civilización.
– Para reglar la libertad no es menester disminuir, ni alterar la libertad, al contrario, disminuirla es desarreglar su ejercicio.
– La libertad de la patria no es la libertad del individuo… puede ser libre la patria y no serlo el individuo, que es miembro de esa patria.
– El principal medio de afianzar el respeto de la Constitución, es evitar en todo lo posible sus reformas.
– Conservar la Constitución es el secreto de tener Constitución.
– Las personas que esperan su felicidad de la mano de los Gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la naturaleza.
– La riqueza de las naciones es obra de las naciones, no de sus Gobiernos.
– No hay peor agricultor, peor comerciante, peor fabricante que el Gobierno.
– Gobernar poco, intervenir lo menos, dejar hacer lo más, no hacer sentir la autoridad, es el mejor medio para hacer estimable la ley.
– La ley escrita, para ser sabia, ha de ser expresión fiel de la ley natural.
– La ley no debe tener otras miras que las de la Constitución. La Constitución designa el fin, la ley construye el medio.
– La guerra no puede tener más que un fundamento legítimo, y es el derecho a defender la propia existencia.