Pleno siglo XXI, la abundancia de información de la era digital a veces puede llegar a ser desconcertante.
Por: Natalie Rodgers
Hay tantos especialistas que dicen una cosa como la contraria, hay tantas teorías y prácticas que nadie puede tener verdaderamente la certeza de estar haciendo “lo correcto” en cuestiones de crianza y educación.
Sin embargo, el avance del tiempo trae consigo estudios científicos rigurosos que prueban las bondades de diferentes cuestiones relacionadas directamente con la temática. Así, por ejemplo, si nos montáramos en una máquina del tiempo, veríamos que en la antigüedad las madres que no podían dar la teta, era habitual que recurrieran a otras mujeres les dieran la teta en su lugar.
Con el tiempo, y justamente por el avance de la ciencia entre otras cosas, esto comenzó a dejarse de lado por las problemáticas en la salud que tal práctica podía implicar, como contagio de distintas enfermedades a través de la lactancia y en gran medida en tiempos de epidemia. Se comenzó entonces a reemplazar la leche humana con la de vaca, pero ésta era muy difícilmente digerible por las criaturas.
Con la revolución industrial, el auge de la industria alimenticia y la importancia que cobró la productividad en general, surgieron las leches artificiales y mamaderas. En su cúspide, muchas personas llegaron a creer que eran mejores que la lactancia materna.
“La misma industria y las diferentes estrategias de venta hicieron que parezca mucho mejor tomar fórmula que teta”, apuntó a Infobae la pediatra especialista en crianza respetuosa Adí Nativ, coautora del libro “No tan terribles”. En alguna medida, aseguró, eso contribuyó a que las mujeres sean “productivas (a nivel laboral) lo más rápido posible: aparecieron las guarderías maternales, las leches de fórmula y miles de dispositivos que reemplazan a las figuras de apego para ‘liberarlas’ de sus crías y que vuelvan a sus trabajos lo antes posible”.
Si bien todos estos dispositivos han sido sin duda de profunda relevancia social para iniciar un camino la independización y emancipación de las personas de sexo femenino, también en muchas ocasiones se han impuesto a modo de mandato premisas que han limitado más que fomentado la lactancia materna, en lugar de dejar espacio para ampliar las posibilidades.
Pero el tiempo y el avance de la ciencia han permitido redescubrir prácticas ancestrales por sus valiosísimos aportes a la salud integral. En esta línea, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud recomienda: “Iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida, y mantenerla como única forma de alimentación durante los 6 meses siguientes; a partir de entonces se recomienda seguir con la lactancia materna hasta los 2 años, como mínimo, complementada adecuadamente con otros alimentos inocuos”. En otras palabras, recomienda la lactancia como mínimo por 2 años.
Así, de algún modo, existe una tendencia creciente de recuperar prácticas ancestrales que antiguamente eran realizadas por puro instinto mamífero y hoy se las busca debido a la evidencia científica que existe alrededor de muchas de ellas. Además, hay más lugar para ellas por el espacio creciente para la deconstrucción y la libre expresión del instinto que prima en la actualidad, en oposición al disciplinamiento social en relación a conductas personales.
Con todo, hay algo que parece no estar cambiando: la opinología. “Lo que no parece haber aumentado es el respeto a las mamás. Se las puede criticar por una cosa, lo contrario o por ambas a la vez”, enfatizó el pediatra español y bestseller Carlos González en diálogo exclusivo con Infobae, autor de libros como “Un regalo para toda la vida”, “Bésame mucho”, “Mi niño no me come” y “En defensa de las vacunas”.
“Vamos, que dejar que las madres hagan lo que crean oportuno nunca se pone de moda”, exclamó. Y continuó: “Cada vez hay más exigencias, tanto así que muchas se sienten obligadas a buscar libros, ver videos, asistir a seminarios. Hoy da la impresión de que hay que estar preparadísimo para tener un hijo y que si te equivocas en algo puedes tener la culpa de todo lo que pase”, expresó González, fundador de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna y aclamado conferencista internacional.
¿Cuáles son los pilares en los que se sostiene hoy la ‘nueva maternidad’ en la primera infancia? Además de la crianza respetuosa, los puntos claves rondan la lactancia, colecho, el Baby Led Weaning (alimentación autorregulada) el porteo y los pañales de tela.
Según González, en cuestiones de crianza hay de todo y no considera que haya una tendencia determinada debido a que siguen habiendo críticas para todos lados, “esa es la única verdadera tendencia que existe”, enfatizó. En está línea, aclaró que seguir algunas prácticas no implica necesariamente seguir otras, pueden ir por separado. Así, por ejemplo, hay quienes ofrecen lactancia durante varios años al mismo tiempo que no eligen el colecho como opción, por diferentes motivos.
“Cada vez tenemos menos hijos y quizás la gente se esfuerza más pero no sé si realmente están cambiando tanto las cosas”, esbozó González. “Hay gente que tiende a una mayor libertad en la crianza pero hay otra que tiende a sustituir normas obsesivas por otras. Solemos pensar en que nuestros abuelos eran muy autoritarios y no nos damos cuenta que ahora muchas madres y padres también lo son, aunque simplemente con cosas diferentes”.
El doctor ejemplificó: “Me he encontrado con niños con eczemas en las manos porque les han puesto alcohol en gel cada 10 minutos. Hay quienes se obsesionan por el niño ha tomado o no aceite palma. Y lo mismo con el azúcar, claro que es malo que los niños tomen dulces, pero no nos engañemos, que un dulce de vez en cuando no pasa nada, y hay padres que se han obsesionado con estos temas y llegan al mismo autoritarismo que se critica de los tiempos pasados”. Y concluyó: “En España tenemos un refrán, lo mejor es enemigo de lo bueno. Por intentar hacer las cosas demasiado bien, acabas causando otros problemas”.
1. Lactancia materna
“Si uno deja la lactancia a libre evolución, sin limitantes, podría llegar a durar hasta 7 años, existe evidencia científica al respecto. Pero eso no significa que será hasta esa edad o que es imprescindible que sea a libre demanda por tanto tiempo. No hay dudas de que aporta grandes beneficios, está comprobado, pero el tiempo de lactancia lo debe decidir cada diada, es decir, la mamá y el bebé. Por eso decimos lactancia de tiempo oportuno y no lactancia prolongada. Cada madre da el tiempo que quiere, ninguna persona externa a la diada debería tener incidencia”, explicó a Infobae Adí Nativ.
Ante la creencia popular de que luego de cierta edad la leche materna ya no tiene ningún efecto, la doctora refutó con firmeza: “La lactancia materna tiene beneficios todo el tiempo. La leche materna es un tejido vivo que va mutando a medida que pasa el tiempo, muta hora tras hora”. Y ejemplificó: “Si una mama se saca leche hoy, la de mañana ya es distinta. La leche se modifica y muta según las necesidades. Si un bebé está sano la leche será de una forma, si está enfermo lo será de otra. Y a medida que pasan los años es mentira que no aporta, de hecho lo hace en gran medida: lo que más aporta es inmunidad. Eso es algo que nunca ninguna empresa pudo lograr a través de la leche de formula”.
La pediatra aseguró que son muchas las mamás que dan la teta por muchos años, pero que no es habitual verlo en la esfera pública debido a que temen el rechazo y no desean estar recibiendo críticas.
La recomendación de la OMS es que la lactancia materna sea al menos hasta los 2 años de vida. En este sentido, Nativ explicó que el sistema inmunológico se desarrolla mucho hasta esa edad y que, si bien luego sigue, hasta ese momento el crecimiento es exponencial y es muy importante la lactancia por sus nutrientes y sobre todo por las grasas necesarias para el sistema nervioso. “Las neuronas cuando nacemos necesitan de grasa para funcionar mejor, es por ello por ejemplo que no se les puede dar leche descremada antes de los 2 años. Después de esa edad la leche no es obligatoria siempre que los nutrientes estén cubiertos, pero antes de eso si un bebé no toma la teta debe seguir tomando leche de otro mamífero hasta los 2 años”.
La pediatra enfatizó que hay muchos mitos alrededor de la lactancia y que la gente mucho al respecto, pero que lo que no debería pasar nunca es que se suspenda la lactancia por opiniones o por indicaciones médicas desactualizadas. “Cientos de madres se ven obligadas a interrumpir sus lactancia aunque pocas situaciones lo justifica”, dice en este sentido “e-lactancia”, la plataforma online por excelencia que permite consultar gratutiamente la compatibilidad de cualquier medicamento con la lactancia.
Con todo, hay madres que no pueden dar la teta o que simplemente deciden no hacerlo por múltiples motivos. Como sea, es primordial que todas tengan información fidedigna para tomar decisiones con total convicción y toda posición debería ser respetada sin críticas, porque las circunstancias individuales son tan variadas como personas en el mundo.
Tal como explicó a Infobae el doctor Carlos Gonzáles: “Es fundamental no criticar a otras mamás que hayan decidido no dar el pecho o no hayan podido. “No hay que asumir que no son malas madres o que no lo han intentado lo suficiente. Y sobre todo, no hay que obsesionarse: en ocasiones, he visto niños con gravísimas perdidas de peso y las madres no les daban suplemento (leche de fórmula) orgullosas, diciendo que la lactancia era mejor. Quizás un suplemente de leche artificial no es la mejor solución, claro que hay que ver la causa del problema y buscar solucionarla pero mientras tanto el niño tiene que alimentarse y no se puede no hacer nada al respecto”.
2. Colecho
“El colecho es una practica ancestral, se practica en un montón de países y desde hace muchísimo tiempo. Hay culturas donde compartir el lecho se realiza de modo habitual durante muchos años, con madres, padres e incluso abuelos”, introdujo a Infobae Adí Nativ. Y continuó: “Pero no debería haber un mandato en ese sentido, es algo del ámbito privado que cada familia debe poder decidir”.
Según la pediatra, quienes lo practican lo eligen por una cuestión de que es lo más funcional: “Se consigue un sueño mas profundo y continuo, y favorece la lactancia materna. Pero no por ello sugiero colecho. Hay gente que duerme bien colechando y otra que no, o que les da miedo igual aunque cumplan todas las pautas”.
La experta enumeró ciertas pautas básicas para quienes opten por esta práctica, unas respecto a quienes colechan y otras en relación al entorno:
– Personas que colechan: no pueden practicarlo quienes fuman, personas con obesidad mórbida o que padezcan enfermedades que puedan comprometer su consciencia mientras duermen, como diabetes y epilepsia (por las convulsiones) y generar aplastamiento. Tampoco deben hacerlo quienes consuman drogas o medicación psiquiátrica que puedan generar falta de reacción.
– Entorno: el colchón debe ser duro, no puede haber elementos en la cama, como cargadores de celular o peluches. El pelo debe estar recogido y hay que evitar cordones en la ropa para evitar asfixias.
En la misma línea, el pediatra Carlos González hizo foco en la importancia de respetar la decisión de cada familia: “Yo no me dedico a promover el colecho, aunque sí lo puedo recomendar. Yo lo que defiendo es que todas las familias tienen derecho a organizarse como mejor les funcione y a cambiarlo si les deja de funcionar”.
En otras palabras, habló de la importancia del derecho a decidir, libres de mandato, y a basarse en la propia experiencia para tomar la decisión: “Poder reorganizarse puede significar que, por ejemplo, si el niño estaba en otra habitación porque creían que era lo más adecuado pero ven que no para de llorar, pueden descubrir que es más práctico llevarlo a la cama y listo. Así también, he visto casos en que un niño se despertaba demasiado en la cama de los padres, lloraba mucho, y llevándolo a una cuna lo pudieron solucionar”.
3. Baby Led Weaning
Se trata de un modo de alimentación autorregulado por el bebé. Cuando tiene más de 6 meses y cumple con determinadas pautas, como lograr sentarse por sí mismo y mostrar interés en la comida, entre otros, se le comienza a ofrecer alimentos en trozos enteros (los permitidos para su edad), sin papillas mediantes.
Es el bebé el que decide qué comer y en qué momento. Así, se dedica a explorar visualmente y sensitivamente. Siente los olores, toca, degusta, y decide sin obligaciones el segundo exacto y la cantidad exacta de alimento que quiere introducir en su boca. Es el inicio de la alimentación complementaria, y por eso no hay apuros: el alimento principal es la leche (materna o de fórmula), y se emprende un proceso lento de incorporación de alimentos que se espera que sea placentero. Para algunas personas, de alguna manera, se trata de una especie de destete dirigido por el bebé, de larguísima duración.
Según Adí Nativ, uno de los grandes beneficios que aporta esta experiencia es que los bebés sean los protagonistas de su comida, que puedan elegir y reconocer lo salado y dulce, caliente y frío, disfrutar los colores de las comidas y los diferentes sabores, dentro de un abanico de opciones saludables. “Es una una vuelta a confiar en nuestro instinto. Tu instinto nunca te va a decir que le des un alimento en caja a un bebe de 6 meses, tu instinto seguramente te va a decir que pruebes con una banana o un brócoli”.
Aún así, hay gente que teme el atragantamiento y es entendible, lo importante es que cada cual pueda realizar su experiencia con pautas seguras y a consciencia.
4. Porteo
La guía “Método madre canguro”(MMC) del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la Organización Mundial de la Salud define: “El MMC es la atención a los niños prematuros manteniéndolos en contacto piel a piel con su madre. Se trata de un método eficaz y fácil de aplicar que fomenta la salud y el bienestar tanto de los recién nacidos prematuros como de los nacidos a término”.
Según la guía, sus principales características incluyen el contacto piel a piel temprano, continuo y prolongado entre la madre y el bebé, y la lactancia materna exclusiva (en el caso ideal), entre otras cosas. El porteo es un sistema para transportar al bebé en contacto constante con el bebé, y forma parte sin duda del MMC.
En esta línea, Adí Nativ explicó a Infobae: “Es una practica ancestral que se revalorizó con evidencia científica, tal como un montón de otras practicas y elecciones de crianza. Es una herramienta que ayuda a poder mantener el contacto y seguir haciendo las actividades. Pero más allá de volver a ser útiles en el trabajo, tiene que ver con que aporta grandes beneficios para la salud integral”.
Entre ellos, citó: “Desde la parte fisiológica, se favorece la colonización del microbioma materno, es decir de microorganismos que viven en la mamá y pasan al bebe por contacto y fortalecen sus sistema inmunológico. Y también favorece desarrollo del sistema nervioso, así como la duración y frecuencia de la lactancia materna y como base para un apego seguro”.
Muchas formas de criar
Con todo, es importante comprender que no existen modos únicos ni determinismos válidos en estos aspectos. “Las personas suelen estar convencidas de que existe una sola manera de criar. Hay cosas que sin duda son malas, como el maltrato. Pero fuera de éstas, hay una variedad de formas muy grande de hacer las cosas y dudo que haya quienes hagan todo bien. La gente que cree que existe una manera exacta de hacer las cosas, con todos los detalles, pues tiene un problema, porque se encuentran con que otros están haciéndolo distinto y entonces lo critican porque si no significaría que ellos mismos lo están haciendo mal”, enfatizó a Infobae el doctor Carlos González.
“Si tu haces colecho y tu amiga deja llorar en la cuna a su niño, pues es fácil que salgan las chispas. Puedes tolerar que a alguien le guste más otro deporte pero pocos puede tolerar que otro críe distinto, se hace duro porque puedes creer que entonces tu lo haces mal pero no es de esa manera en realidad”.
Según González, en siglos pasados la crianza era mucho más parecida en los diferentes hogares: “era todo más homogéneo, no había muchas opciones para criticarse”. Hoy en cambio, aseguró, “hay una tendencia de criticar a las madres que no para de crecer”.
“La pandemia nos dejó una enseñanza: de alguna manera, pudimos volver a vernos y escucharnos. Es importante seguir con ese camino, y que las familias se empoderen para poder decidir sin incidencia de las opiniones ajenas”.
¿Cómo enfrentarse a la “opinología”? Nativ aportó algunas recomendaciones:
– Buscar información actualizada, de lugares confiables y profesionales confiables.
– Si alguien indica cortar la lactancia por un medicamento, consultar primero en la plataforma online e-lactancia.
– Hacer tribu, es decir tener personas con quien poder compartir cuestiones de la crianza de manera constructiva.
– Procurar que los espacios que frecuenten los hijos y las hijas sean una especie de extensión de lo que se promueve en el hogar. Y si no se puede, animarse a alzar la voz para cambiar las cosas.
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