Desde hace una semana no hacemos más que hablar de fútbol. Y en especial de futbolistas (masculinos). No nos recuperamos de la lesión de Dybala. Escrutamos con recelo clubes europeos como queriendo controlar mentalmente la exposición de nuestros jugadores. No le perdemos pisada a las redes de De Paul adivinando si sus asuntos del corazón representarán o no un problema en su asistencia a Messi, y desde ya, en cada parada hay alguien más que quiera subirse a La Scaloneta.
Pocos días antes de la lesión mencionada, Gonzalo “Pipita” Higuaín se retiraba entre lágrimas refiriéndose al ambiente del fútbol como “tóxico” y manifestando su deseo de estudiar Psicología Deportiva tras las reiteradas burlas de las que fuera objeto por sus imprecisos y fallidos tiros al arco (en detrimento de los más de 400 goles cometidos en sus años de carrera profesional). El mismo Cristiano Ronaldo (indiscutido y consagrado) fue blanco de críticas en abril de este mismo año por mal desempeño futbolístico en el contexto de duelo por la reciente pérdida de uno de los mellizos que esperaba con su esposa. Ninguno de estos eventos tuvo mayor repercusión mediática. Visto está que poco sabemos de la salud mental de los jugadores de fútbol.
Son alarmantes los antecedentes históricos de suicidio y depresión en dicha disciplina. Sólo en 2021 se suicidaron tres figuras del fútbol uruguayo. Del mismo modo que lo hiciera Mirko Saric en el 2000 mientras se encontraba jugando en San Lorenzo y a apunto de fichar en Real Madrid; luego de interrumpir el tratamiento psiquiátrico que había mantenido por algo más de un año por un Trastorno Depresivo Mayor. Sin mencionar los conocidos, y no tanto, casos de consumo problemático de sustancias que sirvieran otrora para nutrir el candelero y escandalizar a más de un opinólogo.
“Para muestra falta un botón, dijera la abuela”. En palabras del emblemático Diego Maradona, quien en alguna oportunidad hizo crítica públicamente de su consumo de cocaína. Quiso el tragicómico devenir que Ariel “Burrito” Ortega sustituyera a aquél ídolo tras su eliminación de la Copa Mundial de Fútbol en 1994 por dopaje positivo, para que en 2007 se fuera a Chile a efectos realizar un tratamiento por alcoholismo con cierto apoyo del Club River Plate y sus directivos.
¿Locos lindos?
Quepa destacar que en las antípodas del oprobio con que se mira la problemática de salud mental, y con algo de aceptada y consensuada sorna, el folklore futbolero supo designar bajo el apodo de “El Loco” a los exponentes más extravagantes de este deporte: Gatti, Houseman, Bielsa, Abreu, por mencionar sólo algunos. Pareciera que existe una perspectiva romantizada de la integración social de las conductas estrafalarias y fuera de la media, pero no así de los verdaderos padecimientos mentales. Queremos ver locos lindos. Pero les demandamos un juego cada vez más mental, preciso, enfocado. Con esperanzas de que eso augure un desempeño triunfal para el equipo que alentamos. Entretenimiento, disciplina y éxito. Todo servido en el mismo cóctel.
Tal parece que algo de esto pesquisó la FIFA cuando pocos días atrás anunció que se asoció con la aplicación Calm (que lidera los rankings de descargas para meditar, relajarse y dormir) a instancias de brindar suscripción gratuita a los jugadores, técnicos y staff de las diferentes selecciones participantes del Mundial de Qatar 2022 como medida de bienestar. Se colige de lo expuesto en la página oficial de la entidad que la suscripción prescribe al término del evento deportivo y que carece de cualquier otra orientación y/o acompañamiento específico. Asimismo se encontraría en el marco de la campaña de difusión que lanzara el año pasado junto con la Organización de las Naciones Unidas, denominada Reach Out, destinada a visibilizar los problemas de salud mental en el ámbito futbolístico ya promover el pedido de ayuda.
Sea acaso que la exposición y la exigencia a la que son sometidos los futbolistas fuera un factor que predispone desarrollo de psicopatologías, o bien que no están adecuadamente visibilizadas, claro está que se debe facilitar y asegurar un adecuado tratamiento para ellos. Como para todos los y las deportistas que nos regalan sus habilidades, y nos inspiran. Y para que el deporte sea verdaderamente un aspecto fundante y fundamental en la calidad de vida.
AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ · 22 NOVIEMBRE, 2022