Los chicos no son el foco de riesgo de la pandemia. Apenas el 3,5% de los que presentaron síntomas del nuevo coronavirus efectivamente tenían la enfermedad: unos 150 casos y la mayoría fueron asintomáticos o leves.
Sin embargo, la cuarentena preocupa de forma especial a los pediatras por las otras consecuencias en la vida de los chicos: la falta de vacunación, el aumento de la obesidad, problemas de la visión , el aumento de la violencia familiar, angustias, insomnio, alergias y retroceso en el control de esfínteres. También el abandono de tratamientos de enfermedades crónicas, de terapias y sobretodo, la falta de controles de crecimiento en los bebés. Tanto en el sector público como en el privado, los padres llevan a sus hijos a las guardias con cuadros respiratorios o gastrointestinales muy avanzados, dicen los pediatras.
«Nuestro foco principal como pediatras hoy está en insistir con la importancia de la vacunación, los controles de salud en menores de 18 meses y también en que los niños con síntomas graves vayan a la guardia sin demora «, explica la pediatra Rosario Ceballos, médica del Hospital Gutiérrez y del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. «Hace unos días, un papá me mandó un video de su hijo que es asmático y llevaba tres días con dificultades respiratorias. Chiflaba muchísimo, pero tenía miedo de llevarlo a la guardia. Se enfatizó tanto en que no se saturaran las guardias, que estamos llegando tarde al diagnóstico de patologías que pueden complicarse», asegura Ceballos.
En su consultorio, apenas se reabrieron las consultas, la agenda se sobresaturó. Tiene todos los turnos tomados hasta mediados de junio. La mayoría, bebés que casi no tuvieron controles desde el nacimiento. «Ayer atendí a un bebé de tres meses que tenía muy bajo peso. Eso es a difícil de diagnosticar en una videoconsulta. Pero si no se hace algo a tiempo, las consecuencias pueden afectar el desarrollo», explica.
Ante la preocupación de los pediatras, en los últimos días, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) organizó a sus comisiones para que emitieran recomendaciones. Piden encender el alerta ante otros síntomas de coronavirus que aparecen en los chicos y no en adultos , como diarrea o afecciones cutáneas, para descubrir pacientes asintomáticos. También se recomienda estar atentos a la enfermedad de Kawasaki como está ocurriendo en Estados Unidos y Europa. Se advierte por un posible aumento en los casos de muerte súbita en lactantes, ante el aumento del hacinamiento, por la cuarentena. (El pico de casos de muerte súbita todos los años coincide con el pico de las infecciones respiratorias y el hacinamiento eleva el riesgo). También se recomienda no nebulizar a chicos asmáticos sino utilizar «inhaladores con cámaras espaciadoras, pero no los nebulizadores, ya que pueden favorecer la propagación del virus».
» Los pacientes no están yendo a la consulta . Los hospitales y clínicas están casi vacíos. Hay un efecto de miedo que genera que los chicos sanos no se controlen. Enfermedades en la piel, simples gastroenteritis se pasan por alto y la llegada al hospital es tardía y más grave. Se corrió el nivel de alerta», explica Hugo Gauto, pediatra del hospital Penna y prosecretario del Comité de Familia y Salud Mental de la SAP.
Chicos sin controles de rutina
La recomendación de la SAP es evitar los controles pediátricos en chicos sanos a partir del año. En cambio, los recién nacidos, deberán concurrir al consultorio según el cronograma sanitario: «De 12 a 24 meses, sugerimos evitar estos controles salvo casos que según criterio médico sean impostergables», apunta el texto del Comité Nacional De Infectología de la SAP. Mientras dure la cuarentena, tampoco deberán asistir a controles ni los niños ni los adolescentes, salvo casos que lleven un seguimiento. No es momento de chequeos.
No abandonar tratamientos previos
«La otra preocupación es la de los chicos que tienen una enfermedad de base o algún trastorno. Hay muchos chicos que no están recibiendo sus terapias. Algunos las reciben desde la web, y no es lo mismo. Ellos necesitan de sus terapeutas. Sobre todo los que tienen algún trastorno del espectro autistas y con trastornos generalizados del desarrollo. Los que tienen alguna enfermedad severa que necesitan controles que no se están haciendo con la frecuencia que se debería», apunta Celeste Celano, jefa de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros.
¿Cómo organizar el consultorio?
El dilema de la sala de espera no es menor. Desde la SAP, la pediatra Florencia Lución recomienda que los pacientes aguarden fuera de la sala de espera. Solo dos turnos por hora. «Tenemos que llevar adelante las medidas de distanciamiento. Sacar todos juguetes, libros y juegos. También tenemos que disponer de una sala aparte para los pacientes febriles y agruparlos en el último turno. Los pacientes clínicamente estables deberían esperan su turno fuera del consultorio, en al auto, a ser contactados por teléfono para ingresar, con sólo uno de los padres», dice. Si tienen una infección respiratoria aguda, deben concurrir con barbijo quirúrgico.
Uso de pantallas y los problemas de la vista
Los menores de 18 meses no debían pasar tiempo frente a pantallas, y los niños de dos a cinco años, un límite de una hora diaria. Ante la nueva situación, la recomendación cambió: «En tiempos de pandemia, lo que importa es el niño, el contenido y el contexto, no el tiempo», escribe en su recomendación el Comité de Crecimiento y Desarrollo de la SAP. También apunta que hay que evitar una actitud inflexible. En su lugar, trasmitirles a los chicos que no es saludable conectarse a todas horas, y que cambiar de actividad permite, por ejemplo, descansar la vista y la postura. Justamente se detecta un aumento en el registro de dolores de cabeza y cansancio visual en chicos, vinculado al mayor tiempo que pasan en pantallas. Y por estar obligados a ver a corta distancia. Aunque habrá que esperar para saber si esto tiene efectos a largo plazo.
Falta de vacunación y el avance del sarampión
Los pediatras dicen que los padres se están atrasando con los esquemas de vacunación por temor a exponer a sus hijos en los vacunatorios muy concurridos. «No cumplir con el esquema de vacunación es realmente peligroso y lleva a las consecuencias que estamos viviendo: el brote de sarampión que apareció en Argentina después de haber logrado ser un país libre de la circulación de este virus», apunta Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediátrica, miembro del Comité de Infectología Pediátrica de la SAP. El brote de sarampión que en el país ya lleva 160 infectados, en buena medida se debe a la falta de aplicación de la triple viral que previene también paperas y rubeola. «Se está recomendando una dosis cero para bebes de seis meses y menores de un año, que reduce el riesgo de contagio cuando los chicos pierden la inmunidad materna», dice Ceballos.
El aumento de la obesidad infantil y el malhumor
Expertos de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) están preocupados porque el aislamiento agrava el sedentarismo, genera angustia y ansiedad y reduce la disponibilidad de alimentos saludables para consumir, en una población que ya tiene problemas de obesidad. «Hay que considerar la alimentación, la actividad física y el manejo de las emociones», apunta Liliana Papalia, coordinadora del Grupo de Obesidad de la SAN. «La falta de actividad física y libertad de movimientos, en los chicos se expresa con fastidio y malhumor», dicen.
Chicos angustiados
«Las situaciones traumáticas se ven ahora como trastornos del sueño y regresiones, pero más adelante se podrán ver como situaciones post traumáticas severas», apunta la psiquiatra infantil Beatriz Bakalarz, miembro del Comité de Familia y Salud Mental de la SAP. «Aumenta la angustia, ya que la situación actual confronta a una gran incertidumbre y no hay respuestas», detalla el documento del comité. La recomendación para los padres es no asustarse ante los enojos, las emociones que desbordan, tratar de escuchar, contener y permitir que los sentimientos salgan. Si es necesario recurrir a profesionales.
Aumento de la violencia familiar
«Hay un aumento de casos en la violencia familiar. Y lo que están faltando son las instituciones que podían detectarlo. Los clubes, los colegios, los hospitales. Hoy, si un chico tiene un moretón, nadie se entera», dice Gauto.
Escolaridad a distancia ¿un año perdido?
La escolaridad virtual es compleja. Quizás lo que más les preocupa a los pediatras está vinculado a la función social y vincular que cumple la escuela y no sólo un déficit en el aprendizaje curricular. «No hubo posibilidad de generar vínculos con los docentes. Es muy difícil generar situaciones de aprendizaje porque falta un encuadre que sostenga la actividad. Conviene aceptar que el año escolar será muy particular, se darán los contenidos que se puedan y se aprenderá lo que sea posible», apunta el Comité de Familia de SAP.
El ritmo acelerado de lo cotidiano
«Bajar el nivel de exigencia propio y con los demás, no pretender llenar constantemente el tiempo con actividades. El concepto de que hay que ‘aprovechar’ para hacer esto o aquello que está circulando no es conveniente cuando se convierte en una obligación de ser productivo. Permitirse y permitir estar aburrida o desganada, perdiendo el tiempo sin hacer nada», señalan los pediatras.
Por: Evangelina Himitian
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