Por el Dr. Tomas Jure- ¿Cómo definimos la medicalización? En forma simple, sería la expansión de la medicina mas allá de su campo tradicional y su presencia en muchos aspectos en la vida de la gente, que hasta hace unos años no se consideraban dentro de la índole médica.
Es así que leves y ocasionales molestias se transforman en enfermedades lo mismo sucede con diversos procesos, entre otros: vejez, infelicidad, soledad, tristeza, desamparo, aislamiento, desempleo, etc., que ingresan en la esfera médica. Cualquier trastorno puede considerarse una enfermedad y de esa manera en la práctica de la medicina aumentan los médicos que suponen que los pacientes sanos son “enfermos mal estudiados” lo cual incrementa marcadamente el mercantilismo mediante el uso excesivo de medicamentos y solicitud de estudios.
“La Medicalización de la Vida”
El escritor inglés G.K. Chesterton en su libro “Lo que está mal en el mundo” incluyó en la primera parte, titulada “El desamparo del hombre”, un ensayo denominado “El error clínico” señalando la falacia de ciertos argumentos científicos que mediante la descripción exhaustiva de una enfermedad social propone luego la correspondiente medicación.
Este proceso, donde la medicina y los médicos invaden terrenos ajenos a su disciplina, cobró mayor notoriedad con el filósofo austríaco Ivan Illich en su libro Némesis Médica. Illich fue un acerbo crítico de la medicina y de los médicos y si bien muchos de sus conceptos son discutidos, es indudable que fue uno de los primeros en señalar lo que luego se denominó “el modelo médico hegemónico” referido al poder de la medicina para incluir en su ámbito cosas ajenas y de esta forma tener una omnipresencia en la vida de las personas. Esto estimuló la cada vez mayor medicalización basada en la errónea creencia de la gente acerca del endiosamiento de los médicos y que por lo tanto la medicina podía solucionar todos o la gran mayoría de sus problemas.
Es interesante señalar que en la mitología griega la némesis era el castigo para aquellos que intentaban o creían ser un dios en lugar de un ser humano.
El filósofo francés Foucault, tuvo una posición muy crítica de la medicalización, señaló: “En la medicina se genera riqueza en la medida que la salud constituye un deseo para unos y un lucro para otros”.
“La Medicalización de la muerte”
La medicalización de la muerte es notoria. Muchos acceden a la medicina para que le indiquen estudios diagnósticos y remedios “milagrosos”, diferentes a los que emplea la medicina alopática o tradicional, no comprobados científicamente o de mecanismos de acción desconocida, que no se enseñan en las facultades de medicina.
Entre las medicinas alternativas más extendidas se incluyen la homeopatía, la acupuntura, la fitoterapia, la aromaterapia, la iridología y la digitopuntura.
El ser humano debe entender que la muerte es inevitable y no constituye solo una cuestión médica. Sin embargo la medicina participa cada vez más y es así que hoy en día la gran mayoría de las personas no pueden morirse en su casa junto a sus afectos y se muere en centros médicos, con frecuencia en la terapia intensiva sin sus familiares.
Conclusión: Los que llevamos años en el ejercicio profesional debemos liderar el mantenimiento de nuestros principios de acuerdo a nuestro Juramento Hipocrático. Es imprescindible inculcar esos principios a los más jóvenes, comenzando en la Universidad y en las etapas posteriores de formación.
Dr. Tomas Jure – Médico Anestesiólogo M.P. 1404
Ex Jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital Pablo Soria de la ciudad de San Salvador de Jujuy y ex Director de la Residencia Médica de Anestesiología.