La medida tiene como objetivo principal garantizar una gestión ambientalmente responsable y segura de los desechos farmacéuticos que pueden generar riesgo químico.
Enmarcado en la Ley Nacional N.º 24.051 sobre Residuos Peligrosos, este procedimiento establece una serie de normas para la clasificación, almacenamiento y disposición de residuos considerados peligrosos por su potencial para causar daño directo o indirecto a seres vivos o al ambiente. En particular, se abordan los residuos farmacéuticos originados tanto en el ámbito domiciliario como sanitario, clasificados como Y2 (desechos de producción y preparación de medicamentos) y Y3 (desechos de medicamentos y productos farmacéuticos para la salud humana y animal).
Clasificación y ubicación de residuos
Cada farmacia o establecimiento adherido debe disponer de contenedores rígidos, enfundados con bolsas amarillas de alta resistencia, especialmente rotulados con los datos del generador, el tipo de residuo (Y2 o Y3), su origen (hogareño o sanitario) y la fecha de inicio del llenado. En el caso de residuos domiciliarios, el contenedor debe estar ubicado en un sector visible y cercano al mostrador, donde el personal farmacéutico pueda supervisar la correcta clasificación e inutilización de los medicamentos vencidos o deteriorados entregados por los usuarios.
Antes de su disposición final, los medicamentos deben ser inutilizados por el usuario o el personal autorizado, bajo la supervisión del farmacéutico. Los envases secundarios (cajas, prospectos, etc.) serán descartados como residuos domiciliarios si no contienen restos de medicamentos. En tanto, los envases primarios deben inutilizarse mediante marcador indeleble o corte, para impedir su reutilización o reingreso al circuito ilegal.
Recomendaciones y medidas de seguridad
Para evitar derrames o accidentes, los residuos líquidos deben ser almacenados en recipientes de plástico resistentes, con buena base de sustentación, y no deben llenarse más del 75 % de su capacidad. Asimismo, se especifica que los trabajadores deben utilizar siempre equipos de protección personal, y que los establecimientos deben contar con un protocolo de actuación en caso de derrames, incluyendo kits de respuesta y personal capacitado.
Los residuos se almacenan de manera sectorizada, en áreas ventiladas y señalizadas, lejos del calor o fuentes de humedad, sobre bandejas o contenedores rígidos para evitar contacto con el suelo. Se utilizan precintos blancos para residuos de origen hogareño y negros para los de origen sanitario. El máximo de acopio permitido para pequeños generadores no debe superar los 20 kilogramos.
Recolección y trazabilidad
Una vez llena la bolsa en tres cuartas partes de su volumen, se procede a su precintado y se alista para la recolección, conforme al cronograma mensual del Colegio Farmacéutico de Jujuy. El transportista designado deberá completar la hoja de ruta y entregar al establecimiento un recibo oficial de recolección.
Este nuevo protocolo forma parte de una estrategia más amplia de responsabilidad ambiental y salud pública, impulsada por el Colegio Farmacéutico de Jujuy, con el fin de asegurar que los medicamentos vencidos o en desuso no contaminen el ambiente ni representen un riesgo para la salud de la población.