El coronavirus, que una vez fue un “tigre agresivo” de una enfermedad, se ha debilitado y se ha convertido más en un “gato salvaje”, según un importante médico italiano.
De acuerdo al profesor y doctor Matteo Bassetti, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital General de San Martino en Génova, Italia, el virus está “cambiando de gravedad” y aseguró que los pacientes ahora están sobreviviendo a infecciones que los habrían matado antes.
“Si el debilitamiento del virus es cierto, COVID-19 podría incluso desaparecer sin una vacuna al volverse tan débil que se extingue por sí solo”, afirmó.
Él ha dicho varias veces en los últimos meses que los pacientes con coronavirus parecen estar mucho mejor de lo que estaban al comienzo de la epidemia en Italia.
Para el investigador, esto podría deberse a una mutación genética en el virus que lo hace menos letal, debido a tratamientos mejorados o porque las personas no se están infectando con dosis tan grandes debido al distanciamiento social.
Sin embargo, otros científicos respondieron a las afirmaciones en el pasado y dijeron que no hay evidencia científica de que el virus haya cambiado en absoluto.
Bassetti dijo: “Fue como un tigre agresivo en marzo y abril, pero ahora es como un gato salvaje. Incluso los pacientes de edad avanzada, de 80 o 90 años, ahora están sentados en la cama y respiran sin ayuda, los mismos pacientes habrían muerto dos o tres días antes”.
Italia fue uno de los países más afectados en el mundo durante las primeras etapas de la pandemia, y ahora registra más de 238.500 casos positivos y 34.634 muertes a raíz del COVID-19.
Los científicos italianos han vaticinado que la población de ancianos allí, la propagación del virus en las zonas rurales y la repentina aparición del brote contribuyeron al elevado número de muertes del país.
El profesor Bassetti sugiere que una de las razones por las cuales el virus podría estar causando enfermedades menos graves es una mutación genética que lo ha hecho menos dañino para los pulmones de las personas. También cree que las personas pueden simplemente recibir cantidades más pequeñas del virus SARS-CoV-2 cuando se infectan, debido a las reglas de distanciamiento social vigentes.
Esta teoría depende de la gravedad de la enfermedad de alguien que se ve afectada por su “carga viral”: la cantidad de virus que ingresa al cuerpo de alguien cuando es atacado por primera vez.
El profesor Bassetti dijo: “La impresión clínica que tengo es que el virus está cambiando en gravedad”.
“En marzo y principios de abril, los patrones eran completamente diferentes. Las personas acudían al departamento de emergencias con una enfermedad muy difícil de manejar y necesitaban oxígeno y ventilación, algunas desarrollaron neumonía y ahora, en las últimas cuatro semanas, la imagen ha cambiado por completo en términos de patrones”, agregó.
Asimismo, sostuvo que “podría haber una carga viral más baja en el tracto respiratorio, probablemente debido a una mutación genética en el virus que aún no se ha demostrado científicamente”.
El médico especialista en enfermedades infecciosas ha hecho afirmaciones similares en el pasado, pero provocó críticas por ser demasiado optimista. Dijo a principios de junio: “La fuerza que tenía el virus hace dos meses no es la misma fuerza que tiene hoy”. Pero otros científicos no aceptaron la idea y dijeron que no había evidencia para respaldar las afirmaciones del profesor Bassetti.
Para el doctor Gideon Meyerowitz-Katz, de la Universidad de Wollongong en Australia, la idea de que el virus haya desaparecido “parece dudosa”. El epidemiólogo advirtió que Italia, que fue el centro de la crisis europea de coronavirus en marzo, todavía estaba registrando nuevos casos y muertes de COVID-19, lo que demuestra que el virus seguía siendo un peligro.
A principios de junio, en respuesta a la afirmación del profesor Bassetti, la doctora Angela Rasmussen, de la Universidad de Columbia, tuiteó: “No hay evidencia de que el virus esté perdiendo potencia en ninguna parte”, y agregó que “menos transmisión significa menos hospitalizaciones y muertes”, pero advirtió: “Eso no significa menos virulencia”.
De acuerdo al doctor Oscar MacLean, de la Universidad de Glasgow, “estas afirmaciones no están respaldadas por nada en la literatura científica, y también parecen bastante inverosímiles por razones genéticas”.
“La gran mayoría de las mutaciones del SARS-CoV-2 son extremadamente raras, por lo que aunque algunas infecciones pueden atenuarse por ciertas mutaciones, es muy poco probable que sean lo suficientemente comunes como para alterar la naturaleza del virus a nivel nacional o global, hacer estas afirmaciones sobre la base de observaciones anecdóticas de pruebas de hisopos es peligroso”, insistió.
“Si bien el debilitamiento del virus a través de mutaciones es teóricamente posible, no es algo que deberíamos esperar, y cualquier afirmación de esta naturaleza necesitaría ser verificada de una manera más sistemática”. explicó MacLean.
“Sin evidencia significativamente más sólida, nadie debería minimizar innecesariamente el peligro que representa este virus altamente virulento y arriesgarse a la respuesta continua de toda la sociedad”, concluyó.
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