¿Te gusta arrancar la mañana con la potente dosis de cafeína de una taza de café recién molido? ¿O preferís el suave empujoncito de cafeína de una taza de té caliente?
Prefieras lo que prefieras, los científicos descubrieron que tomar té o café regularmente puede tener varios beneficios para la salud. ¿Pero quién gana en ese duelo cabeza a cabeza? ¿Cuál es mejor para la salud, el té o el café?
Estos revelan las investigaciones hasta el momento.
¿A que no sabían que ese café de la mañana aporta una dosis de fibra? Un estudio reveló que, en promedio, el café tiene entre 1,1 y 1,8 gramos de fibra por taza, dependiendo de si es de filtro, expreso o instantáneo.
Tal vez no parezca mucho, pero sorprendentemente es más fibra que la contenida en el jugo de naranja, que tiene medio gramo por vaso. Por supuesto que para completar los 25 gramos de fibra diaria recomendada hay que ingerir un montón de fruta y de verdura, pero dos o tres tazas de café por día nos ayudan a cumplir ese objetivo. Una taza de té, por el contrario, no suele ayudar mucho con el aporte de fibra, salvo que nos guste masticar las hojitas de té…
¿Tenés que enfocarte en terminar un trabajo? ¿Estás estudiando para un examen importante? La cafeína que contienen tanto el té como el café ayuda a concentrarse. Los estudios demuestran que la cafeína puede extender nuestro lapso de atención, potenciar el estado de alerta, y mejorar los reflejos y la capacidad de reacción. Pero un exceso en sangre puede causar irritabilidad y sobreexcitación, perjudicando en definitiva nuestro rendimiento.
La cantidad de cafeína en el café y el té varía ampliamente en función de muchos factores. Pero según la Clínica Mayo, una taza de café filtrado de 250cm3 contiene alrededor de 100 miligramos de cafeína (El expreso y el café instantáneo tienen menos). En comparación, una taza de té negro de 250 cm3 tiene alrededor de 50 miligramos de cafeína.
¿Entonces qué es mejor, té o café? En un estudio, les pidieron a los participantes que bebieran cuatro tazas de café o té durante el día. Ambas bebidas tuvieron efectos similares sobre el estado de alerta y el rendimiento cognitivo. Pero el té reveló una gran ventaja sobre el café: tiene suficiente cafeína para mejorar al rendimiento, aunque no tanta como para alterar el sueño.
Tanto el té como el café son ricos en polifenoles, compuestos de las plantas a los que se atribuyen muchos beneficios para la salud. Los estudios sugieren que los polifenoles pueden reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y que son un “supercombustible” para las bacterias beneficiosas que componen el microbioma intestinal, como se llama a las comunidades de billones de microbios que viven dentro de nuestros intestinos, dice Tim Spector, profesor del King’s College de Londres. En esa escala, el café tiene significativamente más polifenoles que el té verde y el té verde tiene más que el té negro.
Según estudios realizados en grandes grupos de personas, tanto el té como el café parecen ser buenos para el corazón, disminuyendo el riesgo de infarto y ACV.
Sin embargo, esos estudios no son concluyentes: podría ser que los bebedores de té y café tuvieran muchos otros hábitos saludables para el corazón, como el ejercicio físico o una dieta sana. Pero parece que los antioxidantes y los polifenoles del café y el té tienen un efecto protector sobre la salud del corazón.
Los ensayos clínicos muestran que el consumo regular de té, especialmente té verde, puede mejorar ligeramente la presión arterial y disminuir el colesterol. El café descafeinado (entre dos a cuatro tazas al día) también ha sido vinculado con una menor incidencia de cardiopatías. Esto sugiere que los beneficios cardiovasculares del consumo de café y té probablemente provengan de otros compuestos distintos a la cafeína. Hay más estudios sobre el café y la salud del corazón que sobre el té. Pero no puedes equivocarte de ninguna manera.
A lo largo de los años, muchos estudios demostraron que los bebedores de café suelen tener tasas más bajas de cáncer. Un metanálisis de 59 estudios en 40 grupos reveló que los bebedores regulares de café tenían un riesgo 13% menor de desarrollar cáncer en comparación con los que nunca o rara vez lo ingerían. El consumo regular de café puede ofrecer cierta protección contra el cáncer colorrectal, de próstata, de hígado, de endometrio, de boca y de mama.
Si bien los datos no son concluyentes, la Sociedad del Cáncer de Estados Unidos dice que el café contiene cientos de compuestos biológicamente activos, incluidos algunos que demostraron reducir la inflamación, prevenir el daño de las células y regular los genes involucrados en la reparación del ADN. “Ya sea cáncer, obesidad o enfermedades cardíacas, el gran enemigo es la inflamación, y una forma de mitigar la inflamación es tomando café”, dice Sanjiv Chopra, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard y autor de ¡Café! El Elixir Mágico.
Hasta el momento, los estudios no encontraron una relación entre el consumo de té y la prevención del cáncer. Un metanálisis de 113 estudios encontró “poca evidencia para respaldar la hipótesis de que beber té tiene alguna relación con el riesgo de cáncer”.
En este round, al menos por los estudios hasta el momento, el café es el claro favorito.
Una taza de café puede producir un breve pico en los niveles de azúcar en sangre, debido a su contenido de cafeína. Sin embargo, hay grandes estudios que muestran que las personas que beben café de forma rutinaria tienen menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Marilyn C. Cornelis, profesora asociada de medicina preventiva en la Universidad Northwestern y experta en el metabolismo del café, el té y la cafeína, sostiene que esto podría deberse a la gran concentración de ácido clorogénico del café, un polifenol que en algunos estudios demostró mejorar la sensibilidad a la insulina y control de azúcar en la sangre.
Un metanálisis de investigación que incluyó a más de un millón de personas descubrió que quienes bebían hasta cuatro tazas de café al día tenían un riesgo 25% menor de desarrollar diabetes en comparación con las personas que bebían poco o nada de café. Las personas que bebían hasta cuatro tazas de café descafeinado al día tenían un riesgo 20% menor. “El café es muy beneficioso para reducir el riesgo de diabetes”, dijo Cornelis.
Si bien el té no contiene ácido clorogénico, sí tiene otros compuestos vegetales que se cree que son beneficiosos para el control del azúcar en la sangre. Pero los estudios que analizan la relación entre el consumo de té y el riesgo de diabetes produjeron hallazgos contradictorios. Algunos sugieren que tomar cuatro o más tazas de té verde, negro u oolong al día puede reducir el riesgo de diabetes. Un metanálisis de ensayos aleatorios encontró que el té verde podría reducir los niveles de azúcar en la sangre. Pero otros estudios no hallaron un vínculo claro entre el té y el riesgo de diabetes. En definitiva, según los expertos, la evidencia indica que la protección contra la diabetes que brinda el café es más fuerte que la del té.
Si lo que buscamos es una bebida suave y amable que incluso pueda aflojar un poco el estrés, no hay ni que pensarlo: es el té, ese “bálsamo para el alma” como lo llamó el famoso autor P. L. Travers. Los estudios descubrieron que cuando las personas están estresadas, beber té verde o negro puede ayudarlas a sentirse más relajadas y reducir sus niveles de cortisol, la hormona del estrés. Los estudios sugieren que en parte se debe a la L-teanina, un compuesto presente en el té, sobre todo verde y negro, que parece promover la relajación. “La L-teanina tiene una especie de efecto calmante –explica Cornelis–. A veces incluso se incluye en los suplementos de melatonina que facilitan el sueño”.
En comparación con el té, el café contiene niveles mucho más altos de cafeína, y se sabe que la cafeína estimula los niveles de cortisol y levanta el estado de ánimo. Pero como puede atestiguarlo cualquiera que haya tomado demasiadas bebidas energizantes o tazas de café, la cafeína en exceso también puede causar nerviosismo, ansiedad e insomnio.
En pocas palabras, tu apuesta más segura es una taza de té, el ganador de este round.
¡Amantes del café y del té, felicidades! Los bebedores de café y té tienden a vivir más que las personas que no beben ninguna de las dos infusiones.
En cuanto a los bebedores de té, tanto el té verde como el negro se asocian con una vida más larga. En un estudio reciente, los científicos hicieron un seguimiento a medio millón de personas durante un período de 14 años y descubrieron que quienes bebían al menos dos tazas de té al día tuvieron un riesgo de muerte entre un 9% y un 13% menor, durante el período que duró el estudio, en comparación con las personas que no bebían té. El estudio se realizó en el Reino Unido, donde la mayoría consume té negro, pero numerosos estudios sobre bebedores de té verde llegaron a las mismas conclusiones.
En cuanto al café, un estudio hizo el seguimiento de casi 172.000 personas y demostró que quienes bebían de 2,5 a 4,5 tazas de café al día tuvieron un 30% menos de probabilidades de morir durante los siete años que duró el estudio, en comparación con las personas que no bebían café. Incluso aquellos que bebieron su café con una cucharadita de azúcar parecieron obtener ese beneficio.
Sin embargo, estos estudios tienen una limitación importante: son observacionales, lo que significa que no pueden probar la causalidad. Pero el té y el café brindan tantos beneficios para la salud que es razonable concluir que podrían reducir las probabilidades de una muerte prematura, señalan los expertos. Chopra señala que al menos cinco grandes estudios en las principales revistas médicas hallaron que los bebedores de café tienen tasas de mortalidad más bajas. “Y se suman más estudios día tras día”, agrega.
Esta ronda es un empate.
Y el ganador es…
En esta batalla por los beneficios para la salud, el café sale ganando. Beber café aumenta la ingesta de fibra, mejora la salud del microbioma, y reduce el riesgo de cáncer y diabetes.
Pero que los bebedores de té no desesperen. Sin duda, el té es bueno para la presión arterial, el colesterol, los niveles de estrés, la salud mental y la productividad. Y ambas bebidas son ganadoras cuando se trata de la salud del corazón y la longevidad.
Hay una última categoría en la lucha entre el té y el café que se debe considerar: la popularidad. Se ha estimado que el mundo bebe tres tazas de té por cada taza de café. Y el té es la segunda bebida más popular del mundo. La primero, claro, es el agua.
Por Anahad O’Connor, Aaron Steckelberg y Garland Potts
(Traducción de Jaime Arrambide)
The Washington Post