Son los primeros casos de recuperados que se conocen en aquel continente. El nombre del primero de ellos es Mauro y representa una esperanza en el país más golpeado por COVID-19 en Europa. Hay otros 14 en recuperación.
El primer paciente italiano tratado y recuperado con plasma convaleciente retornó a su hogar el pasado lunes, luego de estar “al borde del abismo” tras contraer coronavirus y pasar varias semanas hospitalizado. De 53 años, el hombre fue atendido con esa técnica en el Hospital Carlo Poma de Mantua, Lombardía. Según quienes lo trataron, Mauro -tal como se lo identificó- no presentaba problemas cardíacos, pulmonares o alguna enfermedad previa. Sin embargo, estuvo a punto de morir. A él le siguieron otros tres enfermos que fueron dados de alta en las últimas horas.
Además de Mauro y los otros tres curados, 14 positivos más muestran signos de recuperación, de acuerdo al diario La Repubblica que agrega que el protocolo utilizado allí fue requerido en los Estados Unidos e Inglaterra. El primero de la serie de salvados por aquella institución regresó a su hogar donde se repone tras permanecer intubado y sedado durante varios días, un procedimiento normal para aquellos enfermos graves de COVID-19.
Mauro fue el primer paciente que se prestó al tratamiento de plasma convaleciente, cuyos protocolos fueron realizados en el Hospital San Matteo, en Pavía, y llevados adelante por el inmunólogo Cesare Perotti. El médico especialista en enfermedades de transmisión infecciosa indicó que los demás contagiados positivos que tengan dificultad para respirar también serán atendido bajo este procedimiento.
Giuseppe De Donno, el médico que atendió a Mauro, se mostró inmensamente satisfecho con la recuperación de su paciente de quien dijo estuvo al borde de la muerte. “Hoy renazco por segunda vez”, le dijo al especialista el hombre de la Lombardía que pudo volver a ver a sus hijos tras permanecer en cuidados intensivos durante más de dos semanas. “No sólo me devolvió la vida, sino también a mis hijos. Es un arco iris sobre nuestras vidas”, agregó.
“Es un método que ya se usó en el pasado, contra el SARS y el MERS, contra el Ébola. Pedí el visto bueno al Centro Nacional de Sangre el 3 de marzo, luego esperé la aprobación del Instituto Superior de Salud. No quiero triunfalismos, todavía estamos en su infancia. Hasta ahora hemos recogido el plasma de 27 donantes”, señaló Perotti, cauto pero esperanzado.
El nombre de los voluntarios que donaron su plasma es conocido. Angelo Sferrazza y Daniela Gambarana, un matrimonio de la Lombardía, fueron los primeros en infectarse y en sanarse. Cuando sus hisopados dieron negativo, no dudaron un instante en ofrecer su plasma para poder intentar salvar a los demás contagiados. “Por el amor de Dios, era lo mínimo que podíamos hacer”, dicen a coro. “Ahora estamos mejor, lentamente volvemos a nuestra vida y nuestro trabajo”.
El resto de los 14 pacientes que recibieron este tratamiento presentan mejorías desde el punto de vista clínico, producto de una mejor sustancial en la oxigenación. “Otros tres han sido dados de alta y otros están en el mismo camino”, señaló Massimo Franchini, responsable de las transfusiones en el Carlo Poma. “Otros cuatro pacientes se encontraban en condiciones más críticas: tres muestran mejoras, el último es se ha estabilizado y ahora será sometido a una segunda infusión. Soy optimista”, concluyó.
En qué consiste el tratamiento
El plasma es una parte de la sangre que queda cuando, al extraerla, decantan los glóbulos rojos y blancos. La parte líquida, sin células, que suele ser de tono amarillo, es el plasma. “Cuando una persona se infecta con un virus, patógeno o microorganismo que lo enferma -explica la especialista-, la primera respuesta parte del sistema inmune. Este produce anticuerpos con las células de los glóbulos blancos. Se trata de moléculas que van a defender al cuerpo de aquello que lo enferma», explica Laura Bover, del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas.
«Esos anticuerpos específicos van a atacar directamente al virus. Si bien tenemos anticuerpos en para defendernos de otros padecimientos producto de las vacunas, necesitamos que nuestro sistema inmune prepare y tenga listos para usar anticuerpos para el COVID-19. Como aún no tenemos vacunas para él, y, por ende, no tenemos anticuerpos, cuando el virus llega la persona se enferma. Cuando un sujeto se cura, más allá de la medicación que haya recibido, desarrolló esos anticuerpos que lo ayudaron a curarse”, señaló.
Este tipo de tratamiento comenzó a ser utilizado hace dos semanas en Nueva York de acuerdo al anuncio hecho por entonces por el gobernador del estado, Andrew Cuomo. España también informó que comenzaría con este tipo de transfusiones e Inglaterra también las implementaría para tratar a sus pacientes más críticos. En América Latina, por ejemplo, la Argentina ya cuenta con los protocolos para poder comenzar a atender a sus contagiados con este sistema.