La investigación, realizada por la University College London y la Universidad de Sídney, involucró a más de 14.700 personas y destacó que actividades como subir escaleras, andar en bicicleta o trotar pueden marcar una diferencia significativa.
Impacto positivo en la presión arterial
Los investigadores analizaron cómo pequeños intervalos de actividad física intensa pueden reducir tanto la presión sistólica como la diastólica. Según el profesor Emmanuel Stamatakis, director del Consorcio ProPASS, “cinco minutos adicionales de ejercicio diario pueden asociarse con una reducción notable de la presión arterial, lo que demuestra el impacto de períodos cortos de actividad vigorosa”.
La hipertensión, conocida como el «asesino silencioso» por su falta de síntomas visibles, afecta a más de 1.280 millones de personas en todo el mundo y es un factor de riesgo clave para infartos, accidentes cerebrovasculares y fallos renales. Incluso reducciones modestas en la presión arterial pueden disminuir significativamente estos riesgos.
Opinión de expertos
El cardiólogo Marcos Marín señaló que aunque la reducción promedio de presión arterial observada en el estudio fue pequeña, su impacto a nivel poblacional es relevante. “Una disminución de 2 mmHg en la presión sistólica puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares en un 10%”, explicó.
Por su parte, el cardiólogo y deportólogo Norberto Debbag destacó que el ejercicio aeróbico mejora la eficiencia del corazón, lo que disminuye la presión sobre las arterias. Además, la liberación de óxido nítrico durante la actividad física contribuye a la vasodilatación, lo que también reduce la presión arterial.
Un enfoque accesible y eficaz
El estudio subraya que no es necesario realizar entrenamientos largos para obtener beneficios cardiovasculares. Actividades como caminar a paso ligero, subir escaleras o realizar breves sesiones de ciclismo son suficientes para mejorar la salud arterial. La doctora Joanna Blodgett, autora principal del estudio, enfatizó que “para quienes no tienen una rutina de ejercicio, incluso pequeñas dosis de actividad física intensa pueden ser un punto de partida eficaz”.
Este hallazgo ofrece una solución accesible y práctica para controlar la hipertensión y prevenir complicaciones graves, destacando que cada pequeño esfuerzo cuenta en la búsqueda de una mejor salud cardiovascular.