Ataques cerebrales tratan ahora por cateterismo

Está creciendo el uso de una técnica intracerebral mínimamente invasiva por cateterismo muy novedosa, que es llamada trombectomía mecánica’.

 
Es un procedimiento similar a la angioplastia coronaria, pero en lugar de disolver el trombo, lo elimina por retracción o aspiración.
Demostró ser más seguro y eficaz que la administración de fármacos fibrinolíticos que disuelven el coágulo, el tratamiento estándar en este tipo de pacientes.
 
Buenos Aires, 30 de Noviembre de 2015 – Una nueva técnica por cateterismo permite tratar los ataques cerebrovasculares isquémicos con mejores resultados que los conocidos mediante la terapia estándar con medicación trombolítica (fármacos que disuelven el coágulo): numerosos trabajos publicados avalan el éxito de este procedimiento, que ya se está realizando en algunos centros médicos de nuestro país. Así lo informaron desde el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) y auguraron un vertiginoso crecimiento de la llamada ‘angioplastia intracerebral con trombectomía mecánica’, una intervención mínimamente invasiva semejante a la angioplastia coronaria.
 
 
Hasta hace algunos años, el único tratamiento inmediato disponible para el ACV isquémico, que es el más frecuente, era la administración de fármacos fibrinolíticos, que son medicamentos cuya función es disolver el trombo que está ocluyendo el vaso. Sin embargo, su nivel de efectividad -medido en sobrevida, grados de discapacidad y calidad de vida- es muy bajo, por lo que la llegada de nuevas alternativas de tratamiento abre un espectro de esperanza para las personas con stroke.
 
Una investigación sobre 196 pacientes, publicada en el New England Medical Journal en junio de 2015, concluyó que la independencia funcional del paciente después del tratamiento -sumado a la administración del fibrinolítico- era de 60% con la nueva intervención, contra 35% en aquellos tratados únicamente con fármacos[1].
 
En otro trabajo publicado en la misma revista médica en enero de 2015, que incluyó a un grupo de 500 pacientes más comprometidos, se vio una relación del 32,6% con la nueva técnica vs. 19,1% con fibrinolíticos[2]. Además, el porcentaje de territorio isquémico que había experimentado reperfusión (recuperación por eliminación de la obstrucción) a las 24 horas era mayor en el tratamiento con angioplastia que en el de administración del fármaco. Y en una tercera investigación, que evaluó a 70 pacientes y fue publicada también en el NEJM en febrero de 2015, la mejoría neurológica temprana fue del 80% en angioplastia iniciada precozmente (dentro de los 210 minutos del suceso), contra 37% en el grupo control. Además, luego de 90 días, la independencia funcional era del 71% en los pacientes tratados con catéteres, contra el grupo control, que contaba con un 40%[3].
 
En opinión del Dr. Alejandro Cherro, cardioangiólogo intervencionista, vicepresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), “con el desarrollo y la difusión de la angioplastia intracerebral con trombectomía mecánica, se espera obtener mejores resultados y disminuir la mortalidad y discapacidad por esta patología. La técnica consiste en la introducción de un dispositivo hasta el sitio donde se encuentra el émbolo (trombo) que ocluye al vaso y aspirarlo mecánicamente para que se libere la luz de esa arteria. Es una intervención muy similar a la que se utiliza en el corazón ante un infarto agudo de miocardio”.
 
Tal como describió el Dr. Pedro Lylyk, neurocirujano, presidente del Colegio Argentino de Neuroradiólogos Intervencionistas (CANI), “para la realización exitosa de la trombectomía intracerebral, se requiere en primer lugar recibir el paciente a tiempo, ya que muchas veces llegan tarde a la guardia médica y el procedimiento deja de ser efectivo. Por otro lado, es importante contar con un equipo humano capacitado disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año”.
 
El ataque cerebrovascular (ACV), también llamado ‘ictus’ o ‘stroke’, constituye la 2ª causa de muerte y la 1ª de discapacidad en la población adulta[4],[5]. Se produce por el inicio súbito de un déficit neurológico debido a un trastorno generalmente agudo de la circulación sanguínea en el cerebro. Los hay de dos tipos: hemorrágico o isquémico. El primero es comúnmente denominado derrame cerebral y se da en el 20 por ciento de los casos de ACV; en general, es causado por hipertensión arterial o debido a la ruptura de un aneurisma o malformación vascular. El ACV de origen isquémico es el más frecuente y se origina por la oclusión en una arteria cerebral a causa de un trombo (coágulo de sangre).
 
“Preferimos hablar de ‘ataque cerebral, o cerebrovascular’ y no de ‘accidente cerebrovascular’, ya que se puede prevenir, y no es un accidente aquello que pudo haberse evitado cambiando algunas conductas, como por ejemplo el control de la hipertensión y del colesterol elevado, el tabaquismo, la obesidad y el estrés, entre otros”, refirió el Dr. Ignacio Previgliano, especialista en neurología y terapia Intensiva y ex presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
 
Si bien la incidencia del ACV es menor a la del infarto agudo de miocardio (IAM) -se estima que llegan a la guardia 1 ó 2 casos de stroke por cada 10 infartos-, la ventana de oportunidad, que es el tiempo desde que comienzan los síntomas hasta que deja de ser efectivo el tratamiento, es mucho menor en el ACV que en el IAM. Mientras que en el infarto la ventana oscila entre 6 y 12 horas (de acuerdo a las opiniones divididas de distintos grupos de investigadores), la del stroke va de 3 a 5 hs.
 
Adicionalmente, la persona que padece un ACV demora más en acudir en busca de asistencia médica que la que sufre un IAM. Esto posiblemente sea debido a la sintomatología menos reconocible, que generalmente incluye debilidad o adormecimiento de un brazo, una pierna o ambos, ceguera o trastornos visuales en un ojo, inestabilidad en la marcha, dificultades para hablar y asimetría en el rostro, entre otros.
 
Signos del stroke: Identificar un posible ataque cerebral y acudir a tiempo al centro médico es fundamental para alcanzar las mejores chances de sobrevida, calidad de vida y reducir el riesgo de discapacidad. 
 
Los principales signos a los que debemos estar alerta son:
 
Debilidad en un brazo, pierna o ambos 
Ceguera o trastornos visuales en un ojo 
Inestabilidad en la marcha 
Dificultades para hablar 
Asimetría en el rostro 
Principales Factores de Riesgo para sufrir un ACV
 
No modificables o no tratables:
 
Pertenecer al sexo masculino 
(mayor incidencia que en la mujer) 
Ser mayor de 65 años 
Ser de raza negra 
 
Modificables o tratables:
 
Hipertensión arterial 
Colesterol elevado 
Diabetes 
Tabaquismo 
Obesidad 
Fibrilación Auricular 
Sedentarismo 
Elevado consumo de alcohol 
Estrés 
Detalles del nuevo procedimiento
 
Esta nueva técnica se realiza mediante la introducción de un catéter desde la ingle por la arteria femoral o desde el antebrazo por la arteria radial hasta llegar al cerebro. El equipamiento necesario es similar al utilizado para una angioplastia coronaria, sumándose tecnología de imágenes (tomógrafo y/o resonador magnético); sin embargo, el dispositivo es diferente y requiere de un entrenamiento específico. “Si bien por ahora son pocos los centros médicos de la Argentina que realizan las angioplastias cerebrales, los resultados son tan alentadores que se espera un crecimiento importante para los próximos años”, agregó el Dr. Alejandro Cherro.
 
Es importante tener en cuenta que la administración de fibrinolíticos tiene indicación médica siempre y cuando el episodio haya ocurrido cómo máximo en las 3 horas anteriores; de lo contrario, no corresponde la utilización de estos fármacos. En contrapartida, “la intervención por cateterismo se puede realizar hasta 8 hs después del comienzo de los síntomas en algunas ocasiones, y entre 12 y 24 horas en aquellos casos en que medianteimágenes se puede establecer que el déficit todavía es reversible con el uso del procedimiento”, explicó el Dr. Lylyk.
 
Hoy en día, la trombectomía intracerebral se está aplicando en aproximadamente el 1,5% de los casos de stroke, ya que la gran mayoría no llega a tiempo a la consulta o el centro médico no dispone del equipo humano y técnico para la realización del procedimiento. “Sin embargo, aquellos países que se han capacitado en la nueva técnica y que han implementado campañas de concientización para que el paciente acuda en forma inmediata a la consulta, han logrado incrementar 10 veces su uso, alcanzando a entre el 10 y el 15% de los ACV”, insistió el Dr. Previgliano.
 
“En el infarto agudo de miocardio, se solía utilizar fibrinolíticos para tratar la patología, hasta que la angioplastia demostró ser la opción más favorable y de a poco se indicó para distintos grupos de pacientes hasta pasar a ser la opción de cabecera en todos aquellos casos en que estuviese disponible. Se prevé que en el mediano plazo ocurrirá lo mismo en los accidentes cerebrovasculares”, sostuvo el Dr. Arturo Fernández Murga, cardiangiólogo intervencionista y presidente del CACI.
 
“No obstante -aclaró el Dr. Ignacio Previgliano-, pese a los excelentes resultados obtenidos con este procedimiento endovascular, es importante destacar que actualmente aún no está indicado para todos los ACV, sino para aquellos isquémicos con una localización en el tronco o en las ramas principales, y que su utilización debe ser complementada también con la administración de la medicación fibrinolítica”.
 
“La angioplastia intracerebral con trombectomía mecánica puede ser realizada por Neurocirujanos endovasculares, Cardioangiólogos intervencionistas o Neuroradiólogos intervencionistas, trabajando en equipo con Neurólogos clínicos, especialistas en Imágenes y Neurointensivistas, lo importante es que estén entrenados y especializados en el uso de la técnica”, concluyó el Dr. Cherro.
 
Entre las complicaciones posibles de este procedimiento endovascular, están las hemorragias intracerebrales, que se presentan entre el 5 y el 10 por ciento de los casos.
 
Acerca de CACI
 
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) es la única sociedad argentina en esta especialidad. Fue creado en 1985 con la finalidad de nuclear a todos los especialistas en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares por cateterismo. Hoy cuenta con más de 500 miembros asociados.
 
CACI desarrolla una amplia actividad científica en el país. Desde el año 1990 realiza un congreso anual de Cardioangiología Intervencionista en distintas ciudades del interior, con una importancia cada vez mayor y una creciente concurrencia.
 
Coordina el Programa Educativo Integral (P.E.I.), junto con los consejos de hemodinamia y cardiología intervencionista de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
 
CACI cuenta con la primera y más antigua carrera de Especialista en Cardioangiología Intervencionista del mundo, de tres años de duración, llevada a cabo conjuntamente con la Universidad de Buenos Aires. Ya ha formado a más de 150 cardioangiólogos intervencionistas de Argentina y del mundo.
CACI participa, junto a distintas organizaciones de Salud, en el desarrollo de nuevas regulaciones y guías de trabajos, así como en la aceptación de la tecnología de reciente lanzamiento; y es el encargado de supervisar a los médicos y a los centros asistenciales que practican la especialidad en la Argentina.
 
Para mayor información consultar en www.caci.org.ar //  www.revistacaci.org.ar
 
 
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