Por el Dr. Tomás Jure.- El 16 de octubre del año 2013 se festeja el Día del Medico Anestesiólogo; se cumplen 167 años desde su creación en el año 1846. Considero importante hacer una breve reseña histórica de esta especialidad que marco una nueva era en las intervenciones quirúrgicas.
Vencer el dolor físico quizás sea el esfuerzo mayor y más constante del hombre en su lucha por sobrevivir.
Pueden clasificarse las intervenciones quirúrgicas hechas antes de 1842 como de lucha del cirujano y de prueba del paciente. La rapidez, mas la destreza, era básica en la cirugía-
Desde los albores de la historia el hombre ha buscado medios de aliviar los golpes, de la espalda, implacables y a veces mortal del dolor.
Los primeros intentos para evitar el dolor humano comenzaron con el empleo de adormidera, mandrágora, beleño y alcohol. Los egipcios, que practicaron ampliamente la cirugía, probablemente emplearon narcóticos de varias clases. Los médicos árabes estaban familiarizados con el uso del opio. En 1680 Sydemham escribió: “Entre los remedios que Dios todopoderoso ha dignado conceder al hombre para aliviar sus sufrimientos, ninguno es tan universal y eficaz como el opio”
En China se uso el hashish (Cannabis Indica) por su propiedad analgésica. Plinio, Dioscórides y Apuleyo recomendaron la administración de raíz de mandrágora que contiene alcaloides de la belladona antes de las operaciones.
Además de las frogas para producir un estado de inconsciencia temporal en los pacientes, se idearon curiosos y crueles métodos físicos. Por ejemplo los asirios producían asfixia en Italia en el siglo XVII.
Otro método empleado fue la contusión cerebral que se obtenía golpeando la cabeza con una escudilla de madera hasta que perdía el conocimiento.
La mas antigua referencia escrita acerca de la anestesia se cree que es la de San Hilario de Poitiers (hacia el año 350) que en su obra de Trinitrate escribió: “el alma puede ser inducida al sueño mediante drogas que vencen el dolor y producen en la mente un olvido de la capacidad de sentir semejante a la muerte”. El opio, la belladona, el hashish y pociones alcohólicas fueron durante siglos las principales drogas empleadas para atenuar el dolor en las operaciones.
El uso de anestésicos para abolir totalmente y con seguridad el dolor de las intervenciones quirúrgicas fue un acontecimiento de cinco años entre 1842 y 1847, inicio una época.
La primera anestesia general fue realizada con éter en el año 1842 por el Dr. Carwford Williamson Long, pero este hecho no se dio a conocer públicamente hasta el año 1849.
Por consiguiente, el dentista William Morton realizo por primera vez la anestesia oficial con éter el 16 de Octubre de 18476 en el Hospital general de Massachusetts, Boston. El quirófano (cúpula de éter) se conserva como un monumento a la primera demostración pública de anestesia quirúrgica
En el anfiteatro se reunieron algunos espectadores escépticos, pues se había difundido la noticia que un estudiante de segundo año de odontología había inventado un método de suprimir el dolor quirúrgico. Se trajo al paciente a quien esperaba el cirujano, doctor Warren, en traje formal de mañana, pues en aquel tiempo se desconocían las batas, mascarilla, guantes, la asepsia quirúrgica y el origen bacteriano de la infección. En cuanto Morton entra al quirófano con su aparato para administrar éter el Dr. Warrem señalando al hombre atado a la mesa de operaciones dijo: “Bien, señor: su paciente está listo”.
Rodeado de un público silencioso y hostil, Morton empezó a trabajar tranquilamente. A los pocos minutos de inhalar éter el enfermo quedo inconsciente, Morton levanto la vista y dijo: “Doctor Warrem su paciente está listo”. La operación empezó, el paciente no daba señales de dolor motivo por el cual no hubo necesidad de emplear a los hombres fuertes. Cuando termino la operación, el Dr. Warrem se volvió al asombrado público y dijo: “Caballeros aquí no hay engaño”.
El Dr. Henry J. Bigelooow, eminente cirujano que asistió a la demostración, advirtió: “hoy he visto algo que dará vuelta al mundo”.
El éter fue descubierto por Valerius Cordus en el año 1540. Oliver Wendell Holmes introdujo los términos anestesia, anestésico y anestesista.
La palabra anestesia proviene del griego cuyo significado es insensibilidad.
Holmes no invento el vocablo, pues ya lo habían empleado filósofos griegos y había aparecido en el diccionario de Bailey. El English Dictionary publicado en 1724.
La importancia de la “muerte del dolor” que resulto de la aplicación de la anestesia quirúrgica ha sido bellamente expresada por el poeta medico ingles Weir Mitchell en el cincuentenario del descubrimiento de la anestesia por el éter: “Por muchos triunfos que consiga la mente, por muchos dones que enriquezcan a la humanidad, no habrá en el transcurso de los siglos, una hora más dulces que aquella en que la esperanza, la duda y el temor, contemplaron, en medio de un profundo silencio, a un cerebro audaz de decreta, con voluntad casi divina la muerte del dolor”.
La anestesia general puede definirse como la parálisis irregularmente descendente de la totalidad del sistema nervioso central, que se realiza llevando al encéfalo, por el torrente circulatorio suficiente cantidad de anestésico para producir la perdida del conocimiento. Es controlado y reversible. Consta de varios factores. A) Perdida de la conciencia, B) Ausencia del dolor, C) Evitar alteraciones que pueden ocasionar varios riesgos, D) relajación muscular.
Existen dos tipos de anestesia: por inhalación y por vía endovenosa. Para la anestesia inhalatoria, que fue la primera en practicarse, se utilizaba en sus principios el ter y el cloroformo.
En cuanto al cloroformo Simpson los empleo como practica en la obstetricia. Pronto surgió la oposición de los círculos eclesiásticos. Simpson respondió a estos esperados ataques haciendo notar, que Dios, el Primer Cirujano, había empleado la anestesia al sumir a Adán en un profundo sueño mientras le quitaba la costilla de la que formo a Eva.
Para la anestesia intravenosa se administró en el año 1865 hidrato de clorar y en el año 1928 comenzó el uso de barbitúricos.
John Snow (1813-1857) fue el primer médico que se especializo en anestesia en Londres.
Snow gozo de popularidad en 1853 cuando administro con éxito cloroformo a la reina Victoria para el nacimiento del príncipe Leopoldo. El hecho paso a la historia en frase “anestesia a la reina”.
El cloroformo fue sintetizado por Sam Guthrie de Brinfield, Massachusetts en 1831. También por Soubieraiu, químico francés en el mismo año.
La asociación jujeña de Anestesiología, Analgesia y Reanimación fundada el 07 de Noviembre del año 1977 ha evolucionado de manera tal que la formación y actualización de los médicos anestesiólogos continua a través de los encuentros que auspicia, ya sean de simposios, congresos, jornadas en las cuales todo el saber adquirido se aplica en la práctica sumando técnicas y sapiencia en nuestra especialidad.
El lema del anestesista es “vigilar atentamente a los que duermen”.
Estas sabias palabras avalan nuestra meta en el ejercicio de nuestra profesión como médicos anestesiólogos: “Dormire Somnus Velare”.
(*) Dr. Tomas Jure. Medico Anestesiólogo- MP 1404- Ex Jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital Pablo Soria y Ex Directivo de la Residencia Medica de Anestesiología.