Juan Manuel Urtubey: «Voy a ser candidato a presidente, la Argentina necesita salir de esta grieta entre Macri y Cristina».
En una entrevista con Infobae, el gobernador de Salta confirmó su candidatura presidencial por Alternativa Federal, el espacio que comparte con Sergio Massa y 9 gobernadores. «El país necesita una mirada que sea desde la gente y no desde el poder», aseguró
Por Joaquín Mugica Díaz
A las 7:30 de la mañana del primer jueves de enero un trueno le dio paso a una lluvia pesada y duradera. El agua imparable y fría cayó sobre Salta como si el mundo fuera a terminarse en un abrir y cerrar de ojos. La brisa fresca de verano impulsó a Juan Manuel Urtubey a salir de su casona del barrio de San Lorenzo con una camisa blanca arremangada, el mate y el termo en la mano, y la tranquilidad dibujada en las expresiones de la cara. Sabía lo que iba a decir. Tenía en claro que sus palabras eran el punto de partida para un nuevo proyecto personal pero, al mismo tiempo, colectivo. Eran las 11.
«Estamos acostumbrados a las lluvias de verano en Salta. Ayer estaba lindo y hoy amanecimos con este temporal». Mientras ceba mate amargo y repasa en una charla informal los pormenores de la vida peronista, aparece por la puerta principal de la residencia la actriz Isabel Macedo, su esposa, la madre de su última hija, y la mujer que tiene decidido acompañarlo en la campaña presidencial 2019.
Cuando el gobernador de Salta se zambulla en la entrevista sin cavilaciones confirmará ante Infobae que va a ser candidato a presidente por Alternativa Federal. Lo dirá el tercer día de enero del año electoral. Le pondrá nombre y apellido a una idea que tenía en la cabeza desde hace tiempo y que se va a materializar antes de que llegue a su quinta década de vida. «Me preparé toda mi vida para este momento». El peronismo ya tiene un candidato oficializado. El catalán Antonio Sola, consultor y estratega de Urtubey, llegó cuando la entrevista había terminado. Esbozó una sonrisa.
-Hace un año, en este mismo lugar, le brindó una nota a Infobae en la que aseguró que era imposible concretar la unidad del peronismo con Cristina Kirchner. Ese mismo día también se refirió a la posibilidad de crear una alternativa política a Cambiemos y al kirchnerismo.
¿Un año después esa idea se cumplió?
-Pasó un año. Hace un año había sol. Ahora llueve. La verdad es que no cambió eso. La Argentina necesita salir de esta grieta que es un gran negocio político para Macri y para Cristina, y es la crisis para el resto de los argentinos. El desafío del año pasado fue construir este espacio. El espacio esta construido. Hoy ha llegado el momento de generar candidaturas que puedan traccionar este espacio para ser una alternativa posible para este año.
-¿Pero siente que se cumplió ese cometido?
-Sí, pero no con la fuerza y envergadura que me hubiese gustado. Pero el espacio está construido. Construir frente a un personalismo de la polarización tan buscado, tanto del Gobierno como del kirchnerismo, ha sido todo un logro.
-¿Qué le falta a este armado federal para ser competitivo en las elecciones nacionales? ¿Qué le falta para consolidarse?
-Esencialmente un candidato
-¿Y ese candidato puede ser usted?
–Yo voy a ser candidato a presidente. Porque creo que se puede ofrecer esa alternativa que necesita la Argentina. El país necesita una mirada que sea desde la gente y no desde el poder. Que plantee un país posible. Lamentablemente el fracaso de este gobierno de Macri y la construcción de alternativa a este gobierno del kirchnerismo es un verdadero drama que nos lleva a una crisis mucho peor que la que estamos viviendo.
-¿Entonces ya está decidido? ¿Va a ser candidato a presidente por Alternativa Federal?
–Voy a ser el candidato a presidente. Creo que la Argentina necesita un cambio en serio. De verdad. No como lo que se hizo. Si queremos hacer un poco mejor lo que venimos haciendo, vamos a fracasar. Si no salimos de esta grieta, la crisis se va a profundizar y va a ser mucho más grave aún. El desafío es plantear algo superador a este presente que ha decepcionado y al pasado al que la mayoría no quiere volver.
-El último tiempo caminó por diferentes provincias del país y tuvo reuniones con la mayoría de los gobernadores. Incluso recorrió la provincia de Buenos Aires. ¿En qué momento tomó la decisión de ser candidato a presidente?
-Gobierno la provincia de Salta desde hace unos años. Hemos hecho un trabajo enorme. Y nos damos cuenta que, si no hacemos un cambio de raíz, un cambio de sistema, esto no es sustentable. Creo que nuestro sistema político está agotado. Hay que ir a una reforma profunda y estructural. Hay que salir de este hiperpersonalismo que está lastimando a la institucionalidad argentina. Hay que ir hacia un gobierno de unión nacional. Eso requiere modificar herramientas del funcionamiento del sistema. Hay que ir hacia un gobierno semiparlamentario para obligar a todas las fuerzas políticas a políticas de Estado. Generar participación ciudadana con un consejo económico social. Esas ideas me llevaron a decidir que había que impulsarlo. Y por eso quiere ser candidato.
-¿Lo definió con su familia y sus colaboradores? ¿En qué momento decidió concretar su candidatura?
–Me preparé toda la vida para hacerlo. Es una decisión que involucra de lleno a la familia. Por eso el apoyo de Isabel (Macedo) es vital para esto. Embarcás a toda una familia. No es una decisión personal. La situación que vive la Argentina hoy frente a la falta de resultados es de una insatisfacción permanente, que te lleva a un nivel de exposición y demanda muchas veces perjudicial para tu tranquilidad y tu vida. Tengo profunda vocación de diálogo en el sector público. Si nosotros no generamos esto, para mí no tiene sentido el sistema como está.
-¿Tiene una dupla armada para esta candidatura?
-No todavía. Porque quiero que construyamos un espacio mucho más amplio que el que tenemos nosotros. Hay que abrir más Alternativa Federal a otros sectores que pueden colaborar en construir una alternativa competitiva. Ya sabemos que hay un espacio del macrismo y del kirchnerismo. Nosotros tenemos que hacer que nuestro espacio sea más grande aún. Y eso quiero hacer con esta candidatura también.
-¿Enero de 2019, sigue pensando que no es viable una unidad con el kirchnerismo?
-Definitivamente no. Porque creo que la Argentina lo que está buscando es otra cosa. Los pueblos no vuelven al pasado. Hay algunos datos positivos del kirchnerismo, sin ninguna duda. Algunos los he acompañado en su momento. Hay que garantizar que puedan continuar. Pero la Argentina tiene que ir para adelante. Tenemos que salir de esta encerrona que es la grieta. La única manera de sellar la grieta es con unidad nacional.
-¿La intención de generar un gobierno de unidad nacional no implica también incluir al espacio que lidera Cristina Kirchner y que tiene un respaldo importante del electorado en muchas provincias del país?
-Primero hay que lograr que gane la idea de un profundo y verdadero cambio en el sistema político. Luego, habrá que incorporar. Cuando hablo de políticas de Estado significa garantizar consensos, obligar al Congreso a que pueda actuar con enorme responsabilidad institucional en la definición de esas políticas. Que vayamos a presupuestos plurianuales. Que le demos previsibilidad. Estamos en una Argentina con más de 800 puntos básicos de riesgo país. Es técnicamente imposible pensar en crecimiento y desarrollo con esta desconfianza.
-¿Qué escenario imagina dentro de Alternativa Federal, en primera instancia, para este año? ¿Una PASO en la que compita con Sergio Massa?
-Todos aquellos que tengamos la vocación de ser candidatos a presidente, yo la tengo, vamos a participar de las PASO. Creo en las PASO como una herramienta de crecimiento en donde la diversidad nos va a hacer crecer. La tendencia a uniformarnos a los argentinos, que seamos todos iguales, que digamos y pensemos todo lo mismo, nos achica. Yo quiero que nuestro espacio sea más amplio.
-¿El gran desafío es romper la polarización tan instalada en Argentina entre las figuras de Mauricio Macri y Cristina Kirchner?
-El desafío de este espacio es ofrecerle a la sociedad argentina una alternativa que la interpele desde otro lugar. Macri y Cristina son dos caras de la misma moneda del poder. Ellos representan eso. Nosotros debemos plantearles a los argentinos que están afuera de esa realidad la posibilidad de ser representados. Hoy no lo son.
-¿Cómo se hace para calar hondo en la sociedad con ese mensaje?
-Debemos garantizar no solo hablarle a la gente, sino desde la gente. Salir de la lógica de las construcciones políticas estructuradas que trabajan con la lógica del poder como única forma de organización. Esa cuestión obsesiva que tenemos de ver cuantos dirigentes tiene uno y cuantos tiene otro. Hay que ir a la gente. Hay que leer que la sociedad argentina, al igual que está pasando en todo el mundo, le ha dicho basta al viejo sistema político.
-En las últimas semanas en el mundo de la política giró con bastante fuerza el nombre del ex ministro de Economía Roberto Lavagna como una opción electoral y como un posible candidato de consenso. ¿Considera que puede ser una posibilidad?
-Roberto me parece una persona muy interesante para la política argentina. Es una persona con la que hablo y a la que escucho. No solo tiene experiencia, sino que tiene una mirada interesante sobre la Argentina que viene. Creo que es un aporte valioso. La Argentina necesita el aporte de todos.
-Hay otros sectores del peronismo, incluso dirigentes que están dentro de Alternativa Federal, que expresaron la voluntad de negociar una unidad pero sin la conducción de Cristina Kirchner. En simples palabras, pidieron la unidad de la oposición pero sin el liderazgo de la ex presidenta. ¿Es posible?
-Estamos trabajando en la construcción de esta alternativa en la Argentina. Todos los que participamos de este espacio tenemos que abrir los brazos. Pero tenemos que salir de la lógica de macrismo y kirchnerismo. Eso no le sirve a la Argentina. Hay que construir algo superador. Porque si queremos ir hacia el futuro, nuestro patrón referencial es el futuro de Argentina, no el pasado. Si el pasado fue hace dos años, tres o veinte, es lo mismo. Es pasado. Aquellos dirigentes que formaron parte del pasado pero tienen voluntad de construir hacia el futuro, en buena hora que sean parte. Macri y Cristina son dos caras de la misma moneda del poder.
-¿En qué momento se rompió su relación con el kirchnerismo?
-Desde antes de que sea electo en el 2007. Competí contra candidatos oficiales del kirchnerismo ese año, en el 2011 y en el 2015. Les gané siempre en mi provincia. Siempre con elecciones desdobladas. En alguna medida hemos planteado desde el peronismo la existencia de una fuerza política que no nació con el kirchnerismo ni muere con el kirchnerismo. Es solo una circunstancia. He apoyado políticas públicas del gobierno de Cristina porque creo que a la Argentina le tenía que ir bien. Hoy apoyo políticas públicas del gobierno de Macri y no soy macrista. Argentina necesita que al gobierno le vaya lo mejor posible. A este Gobierno le está yendo mal. Este Gobierno fracasó. A pesar de que ayudamos a que funcione lo mejor posible, las cosas le salieron mal. Si nosotros no generábamos mínimas condiciones de sustentabilidad, a la Argentina le hubiese ido mucho peor.
-¿Después de tres años de gestión de Mauricio Macri qué análisis hace de la gestión? ¿Por qué sostiene que fracasó?
-Esencialmente creo que no hubo vocación de construir un gobierno de unión nacional. Se subestimó la envergadura de la crisis y se sobrestimó el prestigio del presidente. El prestigio de la persona no te acomoda la situación en el mercado, no te trae inversiones. Lo que necesitás son políticas públicas que te den previsibilidad. Este gobierno no pudo generar previsibilidad en Argentina. Las pruebas están en lo que vivimos todos los días. Claramente no funcionó.
¿Usted cree que se subestimaron los problemas que surgieron como consecuencia de las decisiones de la política económica?
-Se subestimó el problema que había. Y, por otro lado, se exageró la polarización con el kirchnerismo, como lógica de construcción política. Elegís al peor de tus adversarios a los efectos de ser menos peor. Esa mediocridad en la construcción le terminó pasando factura en la desconfianza enorme que hay en el mundo y también en la propia Argentina, respecto del gobierno argentino.
-¿Se eligen mutuamente Macri y Cristina con la idea de polarizar, lograr el crecimiento individual cada uno por su lado y que este espacio político se caiga en el medio?
-En esta grieta que se arma en el medio nos caemos todos los argentinos. Ellos sostienen sus posiciones de poder y la Argentina profundiza cada vez más la grieta. Para salir de la crisis hay que salir de la grieta. En un clima de desunión de la Argentina como se vive actualmente, es técnicamente imposible que vuelva la inversión, la previsibilidad y el futuro. Es imposible.
-¿Cuáles son las consecuencias de la grieta de la que tanto se ha hablado en estos años?
-Lo que vivimos hoy. Un país afuera de los mercados, sin inversión, sin previsibilidad. Estas tres variables generan el peor de los escenarios. Un país donde la mitad de los chicos son pobres. El 50% de los niños de la Argentina están debajo de la línea de pobreza. Ese es el verdadero drama nacional.
-En el principio de su gestión el presidente Mauricio Macri decía que su gestión debía medirse por los niveles de pobreza e inflación. Los resultados, al final de su tercer año, no son positivos. Le pido un análisis sobre la gestión haciendo hincapié en los indicadores más importantes que ha tenido el gobierno nacional.
-Los eligió el propio presidente. El Gobierno eligió ser medido por estas variables y le fue muy mal. Las cosas no solo que no mejoraron, sino que empeoraron. Claramente esto no funcionó. Tampoco la solución es volver al pasado. Porque es un pasado en el cuál la mayoría de los argentinos quisimos salir y no queremos volver. El desafío es animarnos a construir algo nuevo.
-¿El Gobierno tuvo autocrítica durante el último año en el que hubo una profunda devaluación y aumento de precios? La autocrítica necesaria para poder transitar el último año de mandato.
-No vi autocrítica profunda. Es un problema que compartimos muchos argentinos. Se invierte gran parte del tiempo en ver de quién es la culpa del problema, en vez de trabajar en solucionarlos. Si realmente no cambiás eso, nunca vas a tener autocrítica.
-En el 2018 desde diferentes sectores de la oposición se lo cuestionó por su acercamiento a Cambiemos, por colaborar con el gobierno nacional y acompañar la votación de leyes importantes…
-Es una cuestión de responsabilidad institucional. Si nosotros no hubiésemos ayudado, hoy la situación sería un caos peor al que estamos viviendo. Cuando uno mira solamente la lógica del reedito personal, obviamente es mejor quedarte afuera, levantar el dedo, acusar y decir que está todo mal. Algunos nos arremangamos y tratamos de ayudar. Porque está visto que cuando al Gobierno le va mal, a los argentinos les va peor.
-¿Los gobernadores que forman parte de Alternativa Federal piensan lo mismo que usted?
-La mayoría sí. Por eso le hemos dado gobernabilidad a este gobierno. Sigamos la línea de los últimos tres años, y nosotros hemos garantizado la institucionalidad de la Argentina. Y eso es lo que permitió que este Gobierno, a pesar de los indicadores de pobreza, endeudamiento e inflación, siga sosteniendo un clima de institucionalidad en el país.
-¿En este nuevo camino que decidió seguir con su candidatura presidencial, cuál es la hoja de ruta que armó? Habrá muchas elecciones provinciales desdobladas…
-Tengo en claro que quiero construir una Argentina federal en serio. Esa idea parte de la premisa de respetar las construcciones políticas de cada provincia. Pretender llevar agua para tu molino en cada una de las elecciones provinciales para generar un proyecto nacional es no entender el federalismo argentino. Y además es pretender manipular una situación que muchas veces se mide por variables locales. Yo quiero y respeto cada una de las construcciones que se hacen en las provincias. Lo que planteo es la necesidad de un nuevo proyecto nacional y voy a llevar a cada uno de los lugares de la Argentina la necesidad de la construcción de ese espacio.
-¿Pero la intención es estar en cada una de las provincias donde haya elecciones o no?
-Sí, obviamente, en la medida de las posibilidades. Las campañas son cada vez más cortas. Tengo que hacerlo también compartiendo mi responsabilidad de gobernador de la provincia de Salta. Hoy hay posibilidades de llegar a la gente con más facilidad que en otras épocas y vamos a trabajar en eso.
-¿En qué momento cree que la gente decide realmente a quién va a votar para presidente?
-Sinceramente es cada vez más cerca de la elección. Los políticos, el periodismo, nos la pasamos todo el año discutiendo eso. En la sociedad argentina y en todos los países del mundo se resuelve una semana antes.
-¿Y en todo este tiempo que resta hasta ese momento?
-Hay que preparase para eso. Es como una maratón. Corrés 42 kilómetros en poco tiempo pero para poder hacerlo tenés que haber entrenado todo el año.
-En muchas de las elecciones que van a tener lugar en los primeros meses del año hay buenas posibilidades de que el peronismo logre triunfos. ¿Cree en la posibilidad de que la ola amarilla del 2017 cambie de color, se encadenen las victorias y se genere un clima de triunfalismo?
-Vamos a trabajar para eso. Muchas veces uno trata de estirar demasiado la interpretación de las realidades locales. Una cosa es un proyecto nacional y otra es la discusión local. Pero de todos modos genera influencia.
-¿Cuáles son los ejes centrales de su proyecto político para ser presidente en el 2019?
-Esencialmente garantizar una Argentina de unión nacional. Un país donde podamos salir de este lugar. Por una cuestión práctica, si seguimos viviendo en esta grieta, no salimos más de esta crisis. Necesitamos previsibilidad y estabilidad. Necesitamos alentar la inversión para generar más trabajo. Tenemos que dejar de castigar al generador de empleo para generar más trabajo registrado. Hay que pensar en una Argentina en donde las variables macro no te condicionen un proyecto de país, sino que el proyecto de país termine modificando esas variables. ¿Si es el mercado el que va a ordenar como se organiza socialmente un país, para que querés el gobierno? Yo quiero un gobierno que pueda ser un articulador que genere condiciones de competitividad a los sectores productivos, que haga un país federal, que platee una Argentina vivible.
-¿Cree en la pesada herencia que Cambiemos le adjudica al kirchnerismo?
-Sí, claramente. El Gobierno que creo que me voy a encontrar si soy presidente el 10 de diciembre de este año, es un gobierno que va a tener un nivel de endeudamiento altísimo. Un gobierno que va a tener compromisos de corto plazo que van a ser muy difíciles. Con niveles de inflación y déficit fiscal todavía elevados. Cuando se habla de equilibrio fiscal, se habla de equilibrio primario. Sin servicio de deuda. Con lo cual seguimos con déficit fiscal. Es complicada la situación. A pesar de eso, uno se postula porque cree que puede modificar esa situación. Las herencias siempre existen, pero hay que hacerse cargo.
-¿Usted entiende que el gobierno de Mauricio Macri profundizó esa pesada herencia?
-Lamentablemente sí.
-¿Por qué?
-Tenemos un país más endeudado y con niveles de inflación altísimos. Y, esencialmente, algo que podría haber mejorado mucho y no mejoró, tenemos un país con el mismo nivel de imprevisión. En un país en donde el mercado te mide con 800 puntos claramente te está diciendo que no hay confianza. Y eso es lo peor que le puede pasar al Gobierno.
-La confianza ha sido uno de los ejes de la gestión de Mauricio Macri. El Presidente repitió en varias oportunidades que había que crear confianza para atraer a los capitales externos pero, finalmente, su objetivo no se consolidó en el tiempo. ¿Cuál es la explicación de ese resultado?
-Esa confianza no llegó nunca. No funcionó. Al igual que con la inflación y los indicadores sociales. La intención es buena pero el camino elegido y la forma de hacerlo no funcionó.
-¿Si fuera presidente, cómo haría para generar confianza?
-Esencialmente garantizando la unión de los argentinos. Por eso planteo la necesidad de un gobierno semiparlamentario. No hay que reformar la Constitución. Con la Constitución actual tenes que modificar la ley de la jefatura de Gabinete, para que el Jefe de Gabinete sea designado y removido por el Congreso. Era el espíritu de la reforma de 1994 y después no se hizo. Eso va a obligar a generar consensos duraderos. Hay que ir a presupuestos plurianuales para garantizar previsibilidad en Argentina. Hay que convocar a diferentes fuerzas políticas para formar un consejo económico social. Hay que ir hacia una democracia mucho más participativa. Hay que habilitar la vía de los referéndum o consultas populares en temas en los cuáles el país tiene que ir evolucionando. Hay que cambiar el sistema de verdad.
-¿Cuál su vínculo actual con arco sindical de la Argentina?
-Hay algunos con los que tengo mayor vinculación que con otros. El sindicalismo es un espacio esencial en la construcción de esa Argentina que todavía nos debemos. Obviamente, en el entendimiento de la genuina representación de los intereses del trabajador con la agenda del Siglo XXI. Hay muchos dirigentes que son muy valiosos en eso y otros que dejan mucho que desear.
-Ha tenido enfrentamientos con los Moyano, que representan una parte importante del arco sindical y que son parte del peronismo. ¿Es posible conversar con ese sector?
-Ellos tienen una lógica de construcción que es muy difícil de compartir. Yo creo mucho más en los acuerdos y mucho menos en la confrontación. Creo que en definitiva la representación de los sectores se debe dar en un marco y en un clima en donde no asfixies al otro sector, en donde podamos entender una Argentina de todos. No creo en la Argentina de la prepotencia. Creo en una mirada distinta. Por eso planteo un esquema de unidad nacional, de políticas de Estado y de consensos más duraderos.
-¿La Argentina está preparada para una democracia que no tenga dos polos y en el que haya un tercer espacio político más consistente?
-El actual sistema fracasó. Hace 40 años que cada año caemos un poco más. Evidentemente el actual sistema no funciona. Hay que explorar algo nuevo.
-¿Qué diferencia a este proyecto del que participa del que encabezó Sergio Massa en estos últimos años como líder del Frente Renovador?
-En ese momento no había espacio del medio porque no estaba esta grieta. Estaba el poder y los que estaban en contra de ese poder. Hoy hay dos polos de poder. Dos expresiones que son el macrismo y el kirchnerismo que, en alguna medida, trabajan sobre sus intereses dejando afuera a la mayoría de los argentinos. La situación ha cambiado porque se han consolidado dos polos de poder. Hace tres años no existía eso. Había un solo polo y una oposición. La gente eligió a Macri porque realmente tuvo expectativa para que se puedan lograr las cosas. Lamentablemente no funcionó.
-Habló de ampliar el espacio de Alternativa Federal. ¿Hacia dónde pueden crecer? ¿A quiénes buscarán sumar?
-Tenemos que ser más amplios. Abrir a otras expresiones políticas. A todas aquellas fuerzas que están afuera de la polarización entre Macri y Cristina hay que darles un espacio en esta alternativa. Tenemos que construir ese gran espacio que piense en un gobierno de unión nacional por arriba de esta discusión y polarización.
-¿El socialismo que representa Miguel Lifschitz en Santa Fe es una opción?
-Sería muy valioso para mi la participación en un espacio común con ellos. Y no solo ellos. Hay otras expresiones de distintas provincias y otros sectores, como los movimientos sociales, donde tenemos que empezar a entender una nueva lógica de participación democrática. Una democracia que no sea solamente representativa sino bastante participativa. Hay que abrirse a muchos sectores.
-¿Hay movimientos sociales que se están acercando a este nuevo espacio?
-Sí. Y se están acercando de distintos lugares de la sociedad. Tenemos que construir el consejo económico social. Yo lo hice en Salta y me dio un buen resultado. Hay que darle un espacio de participación a los sectores en la toma de decisiones de la vía pública. No quedarse con los partidos políticos como única reserva de participación democrática porque ya vemos que no funciona.
-¿Cuáles son las diferencias internas que tienen entre los gobernadores en Alternativa Federal?
-Tenemos una mirada común que es construir una alternativa y que esa alternativa sea federal. Después cada uno tiene matices y, en alguna medida, eso es lo que nos da fortaleza. Crear un lugar en donde todos pensamos igual, quiere decir que alguien no está pensando.
-En la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país, le cuesta hacer pie a esta alternativa. ¿Cómo van a hacer para poder generar volumen en ese distrito clave?
-Es parte integrante e importante de la Argentina y tenemos que trabajar en la construcción de un proyecto nacional que nos integre a todos. Particularmente en la provincia de Buenos Aires. Pero no pensarlo desde la lógica de la acumulación desde un lugar grande. El proyecto no es acumulación, es síntesis. Hay que lograr incluir a todos.
-¿Cuáles son las diferencias entre la construcción de poder federal que usted interpreta y la construcción de ese poder político en Buenos Aires y, especialmente, en el conurbano?
-Es una diferencia profunda. Porque en definitiva se piensa que, como estás en un lugar grande, vos construis y los demás se tienen que sumar. Y nosotros creemos en algo distinto. En una mirada que integre a todos desde el origen. Y, esencialmente, no es construir desde el poder. El gran vicio de la política argentina es que no se concibe la construcción desde la gente, sino desde el poder. El gran desafío es ese. Yo les hablo a los argentinos desde la sociedad, no desde el poder. Porque el poder ya está ocupado y son Macri y Cristina. Que lo ocupan, naturalmente, en beneficio de sus proyectos políticos.
-¿Nota un cansancio de la gente en lo que respecta a la discusión política y los cruces permanentes entre los dirigentes?
-Definitivamente. Yo creo que el sistema político está agotado. Por eso hay que generar un cambio profundo. Por eso estoy planteando: ¿Queremos sostener el sistema representativo que tenemos? Modifiquémoslo porque si sigue como está, fracasa. Por eso quiero ir a un sistema semiparlamentario y generar condiciones de participación con consultas populares. Que la gente pueda, sin tanto dramatismo, colaborar desde el gobierno con aquellos que tienen una responsabilidad.
-¿Cuándo llegará la verdadera renovación del peronismo?
-Cuando logremos salir de esta manipulación a la cual nos tiene sometido esta grieta.
-¿Con Cristina Kirchner o sin ella?
–Evidentemente, es pasando por arriba de eso. Yo creo en la renovación. Y la única manera de garantizar la renovación es ganarle a lo anterior. Pretender que alguien dé un paso al costado con una generosidad histórica, es una ingenuidad. Lo que hay que hacer es ganarle y generar algo nuevo.
-¿La renovación no es solo de edad sino también de ideas?
-Si, esencialmente de la cabeza.
-¿Qué escenario imagina en octubre de este año?
–Un escenario de la Argentina que va a segunda vuelta, donde nosotros vamos a ser uno de los actores. Y el otro actor será uno de los que integran la grieta. Vamos a ir a la segunda vuelta y en noviembre vamos a definir un nuevo presidente.
-Entonces se imagina peleando en un ballotage…
-Sí. Yo creo que la Argentina no es más una Argentina de mayorías y minorías. Es una Argentina de tercios o de cuartos. El mundo moderno ya no hay mayorías. Se generarán en segundas vueltas. Pero en primera vuelta va a ver distintas expresiones.
-¿Por qué la sociedad argentina debería acompañar su proyecto electoral?
-Quiero construir un espacio desde la gente, desde nosotros, no desde el poder. Necesitamos un gobierno que piense desde la gente y no desde el poder. Para eso hay que trabajar y unirnos todos, porque sino esto no tiene sentido.
Isabel Macedo se sumó a la entrevista en los últimos minutos. Antes de que el agua arrastrada por el viento salpicara la galería y precipitara el final de la nota. Su mundo no es la política pero es la esposa de un político que ahora quiere ser presidente. No sabe de acuerdos y negociaciones con dirigentes, ni de la lógica que atraviesa a la política nacional. No le interesa. Es actriz. Pero respeta el trabajo de la pareja que eligió. Lo acompaña. «Como hace cualquier pareja. Lo apoyo en lo que hace. Es lo normal», sostiene.
«Cuando me puse de novia con él no me imaginé para nada que la vida iba a ser como la que tenemos. Que de golpe un día amanecemos en Neuquén, al día siguiente estamos en Bariloche y al otro día en Tierra del Fuego. Ahí me di cuenta de que tengo un poder de adaptación espectacular. A mí me gusta estar con él en cualquier lado». Macedo ya tiene en claro cual será el itinerario del 2019: viajes, recorridas, medios, reuniones. Mucha política.
Durante la charla da respuestas sencillas pero contundentes. «Supongo que después de tantos años de estar como gobernador el paso siguiente es el que tomó. Es natural. Tiene las condiciones, la experiencia y la preparación», afirma. Luego, pero sin meterse demasiado en la discusión de género asegura que le parece importante la participación de más mujeres en la política. «En Salta en casi todas las listas que vi hay mujeres». En la provincia del norte argentino hay paridad de género en el armado de listas. Lo mismo que se implementará a nivel nacional en este 2019.
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