Más allá del resultado, Alberto Fernández pretende emular junto a Messi las míticas imágenes de Ricardo Alfonsín con Maradona tras el Mundial ‘86. A la espera de una definición de los jugadores, el Presidente podría tener que conformarse con visitarlos en el predio de la AFA
Cuando las expectativas del electorado, en todo el país, están enfocadas exclusivamente en el partido de este mediodía entre Argentina y Francia, el Gobierno se prepara para el regreso de la Selección al país, prevista para mañana a la tarde bajo un fuerte operativo de seguridad. Y, en paralelo, para lograr una reunión con los jugadores. Más allá del resultado, Alberto Fernández y su tropa quieren una foto con los jugadores que los asocie a la gloria -al menos, de haber llegado a la final-, y en los pasillos de Balcarce 50 se ilusionan con emular las históricas imágenes de la vuelta del mundial ‘86 con Ricardo Alfonsín.
En el Gobierno aseguran que quieren evitar a toda costa cualquier “uso político” de la Selección. Atento al estado de profundo malestar por la situación económica y política, la orden de Alberto Fernández, desde que empezó a celebrarse la Copa del Mundo, fue evitar cualquier traslado de funcionarios nacionales a Qatar. Y en los últimos días, a medida que el equipo nacional avanzaba entre triunfos, sus alfiles se esmeraron en terminar con las especulaciones sobre eventuales viajes de los ministros de Turismo y Deportes, Matías Lammens; y del canciller, Santiago Cafiero.
“No va nadie, nunca estuvo en agenda, se quedan trabajando en Buenos Aires”, dijeron en sus respectivos entornos, con determinación, ayer por la tarde. También el Presidente se privó de tomar un vuelo a tierras qataríes, y en cambio, se limitó a expresar alegría vía Twitter por las victorias albicelestes.
De todas formas, en los últimos días evaluó seriamente cambiar de opinión. Y es que en su círculo algunas voces creían que, de viajar, tenía más para ganar, en términos de imagen y de relaciones políticas internacionales, en comparación con el lado negativo. Por eso le recomendaron responder afirmativamente a la invitación que recibió el miércoles de las autoridades de la sede del Mundial 2022 para asistir a la final. Finalmente, el jefe de Estado decidió negarse, por temor a que su presencia provocara una polémica a nivel local, en medio de la crisis económica, y en la antesala del año electoral.
Sin embargo, hasta el viernes en el entorno del primer mandatario se mostraban deseosos de que Alberto Fernández recibiera a la Selección en la sede del Gobierno. O, en el peor de los casos, que visitara a los jugadores en el predio de la Asociacion de Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, como lo hizo Cristina Kirchner en 2014 después de la derrota en la final con Alemania en el mundial de Brasil. Desde que comenzó a desarrollarse el torneo, los diálogos entre el Gobierno y el titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, se llevan adelante a través de Lammens, y en los últimos días, el contacto se mantuvo por el mismo canal, aunque se mantenían en estricta reserva.
En principio, informaron fuentes oficiales, está previsto que los representantes del país en la copa del mundo regresen el lunes hacia el final de la tarde, por lo que en la Casa Rosada especulan con un encuentro al día siguiente, martes. Pero hasta anoche la eventual reunión no estaba confirmada. De nuevo dividido, en el círculo del Presidente había quienes se inclinaban por impulsar una recepción en Balcarce 50, mientras que otros lo consideraban arriesgado por el nivel de euforia que se impondrá ese día y las posibilidades de incidentes que recaigan sobre el Presidente.
“Lo mejor para la seguridad de todos sería que el Presidente vaya en helicóptero a la AFA, salude, y se vaya”, dijo un funcionario al tanto de las elucubraciones de los últimos días. Más allá de los deseos, dejaron la decisión final en manos de los jugadores, que no avisarán qué harán hasta después del partido, e incluso podrían terminar de decidirse después del aterrizaje en Buenos Aires.
Operativo de seguridad en Ezeiza y el Obelisco
Por fuera del contacto que pueda haber con el seleccionado, la Presidencia está abocada a idear el operativo de seguridad que rodeará tanto el ingreso al país del equipo, como de los festejos del martes. Entre el viernes y el sábado se terminaron de definir los detalles con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y con la Casa Militar, y se decidió aplicar un despliegue similar al que se implementó para el arribo de la Copa América.
El lunes, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, habrá intervención de la Policía Federal (PFA), la Policía Bonaerense (PBA) y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Los trámites de migraciones de los jugadores se realizarán, excepcionalmente, a bordo. Y luego se los trasladará, por via terrestre, al predio de la AFA. Además, se dispondrán “cápsulas” para el desplazamiento de los jugadores que decidan ir ese día o el posterior a sus respectivos pueblos o provincias, por lo cual la Nación está articulando, también, con las respectivas fuerzas de seguridad locales.
Con el antecedentes el furor que se vio en las calles después de los triunfos de los últimos partidos, en caso de que se produzca la visita creen que podría haber una ola de fanáticos en las inmediaciones del Gobierno, y están decididos a evitar incidentes como los que ocurrieron durante el velorio de Diego Maradona, que también se realizó en la sede del gobierno.
Si hubiera una recepción en Casa Rosada, esta vez no planean dejar una sola variable al azar, ni delegar un solo detalle de la organización en el gobierno porteño, comandado por el opositor Horacio Rodrígue Larreta, a quien culparon por los desbordes de aquel olvidable 26 de noviembre de 2020. “Los vallados, esta vez, van a llegar mucho más lejos y va a estar todo muy cuidado”, proyectaron en un importante despacho. Aunque desde la cartera de Seguridad dijeron que el operativo en el Obelisco, donde se prevé una masa de personas el mismo domingo, sí quedará en manos de la Ciudad.
Las presencias de referentes políticos para el martes tampoco están definidas aún, aunque toda la primera plana del Gobierno quiere estar presente para la foto con el equipo de Leonel Scaloni. Sobre todo después de que tuvieran que privarse de asistir en persona a los partidos por corrección política. Se descuenta que Lammens y Cafiero serán de la partida, al igual que el grupo más proximo al Presidente. Pero reinan las dudas sobre la asistencia de los funcionarios del kirchnerismo. Si mantuvieran la lógica del acto para celebrar los 3 años del gobierno, cuando faltaron a la convocatoria presidencial y le vaciaron el acto en Parque Colón a Alberto Fernández, ese día no deberían pisar la sede gubernamental.
“Va a ser una locura”, se adelantó un alfil del Presidente, en referencia a una eventual visita del Presidente a la AFA, o de los jugadores al Gobierno, sino también a la fecha del partido y el lunes posteror. Aunque, a juzgar por los festejos después de los encuentros de cuartos de final y semifinal, se mostraron confiados en que no habrá problemas. “No hubo un solo incidente, eso hay que destacarlo, se está viviendo con calma y alegría”, dijeron en una oficina nacional, aliviados.
En los despachos de la Casa Rosada y oficinas oficiales afines están esperanzados con la posibilidad de que las negociaciones con la AFA prosperen y poder lograr una foto en Gobierno con la selección de Lionel Messi, sea donde fuere. Pero, más allá del desliz de Alberto Fernández, que anteayer insólitamente adelantó que el país será campeón el domingo, en el Gobierno no cantan victoria. Ni por la copa, ni por la ansiada reunión.
Brenda Struminger
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