Emma Puch Sleive, coordinadora general de Ordenamiento Territorial y Tierras Rurales, destacó que este proyecto lleva más de tres años en ejecución, enfrentando una complejidad que surge de las diversas intervenciones necesarias, como el fraccionamiento de los terrenos y la ejecución de obras de infraestructura. «Es un proceso complejo que implica no solo la mejora física del barrio, sino también el establecimiento de acuerdos entre las familias para avanzar de manera conjunta», explicó Puch Sleive.
El proyecto inicial incluyó obras de infraestructura fundamentales, como la construcción de cordón cuneta, badenes y la provisión de energía eléctrica, así como la mejora del entorno urbano mediante la plantación de árboles. Según la coordinadora, las etapas del proyecto se definieron a partir de los acuerdos alcanzados con los vecinos, un proceso que en ocasiones se vio interrumpido por la falta de cumplimiento de dichos acuerdos.
Sectorización y avances en obras
Una de las estrategias implementadas por SECOTyH para facilitar el avance ha sido la división del barrio en sectores, según la ubicación de las viviendas. En una reciente reunión, se presentó el plan de fraccionamiento al sector G, alcanzando un acuerdo para comenzar con la tarea de amojonado, que permitirá a cada familia identificar su lote de manera adecuada.
«La participación activa de los vecinos ha sido clave para avanzar, aunque el ritmo ha sido lento», destacó Puch Sleive, señalando que ya se han completado obras en los sectores A y C, incluidas redes de agua, energía eléctrica, y cordón cuneta, además del alambrado público sobre la Avenida 1ero. de Mayo. Asimismo, Agua Potable ha instalado medidores individuales en las viviendas de los sectores regularizados.
Regularización dominial: Un paso fundamental
Paralelamente, la Dirección de Desarrollo Territorial y la Coordinación de Hábitat, dirigida por Ruth Gutiérrez, llevan adelante el proceso de regularización de los lotes en el sector La Isla. Hasta la fecha, se han entregado unas 50 constancias de adjudicación de terrenos a familias que residen en la zona.
Gutiérrez subrayó que el trabajo es minucioso y toma tiempo, dado que implica analizar las condiciones particulares de cada familia y su situación de ocupación. «Hemos realizado relevamientos exhaustivos y encontramos diversas situaciones, desde familias que residen en el lugar hasta otras que no», indicó. Además, enfatizó la importancia de acompañar a las familias en la regularización de sus lotes, ya que esto no solo les otorga derechos formales sobre sus terrenos, sino que también es esencial para avanzar en la mejora integral del barrio.
Este proyecto de fraccionamiento y regularización en el barrio San Martín representa un paso significativo en la mejora del hábitat urbano, promoviendo el desarrollo sostenible y la equidad territorial en una de las zonas más vulnerables de la capital.