El objetivo del acuerdo es desarrollar y posicionar el Corredor Ecoturístico de Capricornio en el norte de Argentina, promoviendo la conservación ambiental, el desarrollo sostenible y fomentando el turismo responsable en la región.
Durante el acto, el ministro Posadas celebró la iniciativa y comprometió el apoyo del gobierno provincial. Destacó la importancia de superar las barreras mentales y simbólicas que dividen al país: «Toda la logística está diseñada para concentrarse en Buenos Aires, y el desafío pendiente es imaginar una Argentina federal, más equilibrada y armónica. La riqueza de nuestras provincias depende de cambiar esa visión».
Posadas subrayó que, para alcanzar el desarrollo regional, es crucial que todos los sectores, tanto público como privado, trabajen de manera conjunta: «El turismo actual demanda productos y experiencias diferentes; la gente ya no busca destinos masivos tras la pandemia. Tenemos un potencial cultural y una diversidad de lugares, comunidades y personas que son invaluables». Finalmente, expresó: «Cada vez que recorremos una provincia, uno se enamora de esa Argentina profunda».
Por su parte, Alejandro Brown, presidente de la Fundación ProYungas, destacó: «Buscamos la integración regional, el trabajo conjunto y el diálogo entre gobiernos, comunidades locales, empresas y organizaciones civiles. El corredor ecológico Capricornio refleja esos principios dentro del Proyecto Impacto Verde, que se basa en la innovación, la puesta en valor del patrimonio natural, la inclusión social y la visibilidad de los territorios».
El documento también fue firmado por Verónica Mazzaroli, presidenta del Ente de Turismo de Chaco, y los ministros de Turismo de Corrientes y Misiones, Alejandra Eliciri y José María Arrúa, respectivamente, junto con Nadia Loza, secretaria de Turismo de Salta.
El Corredor Ecoturístico de Capricornio conecta seis provincias del norte argentino: Jujuy, Salta, Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, resaltando sus valores naturales, culturales, turísticos y productivos. Esta iniciativa es liderada por el Proyecto Impacto Verde, financiado por la Unión Europea y gestionado por un consorcio de organizaciones sociales, incluidas Fundación AVINA, Fundación ProYungas, Fundación Pronorte, ACDI y la Asociación Franciscana Pata Pila.