Por Silvia Giacoppo, senadora nacional. Las elecciones del pasado 11 de agosto han dejado una sucesión de mensajes, lecciones y hechos para analizar.
Primero y principal es que, si bien el resultado fue de una contundencia notoria, no determina otra cosa que las candidaturas de quienes competirán en las elecciones del 27 de octubre, por lo tanto no corresponde otorgarle una significancia que no sea la correcta.
Dicho esto y entendiendo lo categórico del resultado, el gobierno reconoció la derrota y destacó que escuchó el mensaje de las urnas y presentó una serie de medidas tendientes a atender los reclamos y la situación de quienes más sufrieron los vaivenes económicos. Entre esas medidas, se determinó la rebaja del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a una serie de alimentos que conforman la canasta básica alimentaria y, además, el congelamiento del valor de los combustibles.
Esto motivó la reacción de los gobernadores opositores al gobierno quienes rechazaron las medidas e hicieron diferentes presentaciones judiciales dejando en evidencia que no piensan en “la gente” y que lo único que los motiva es complicar la marcha del gobierno y utilizar eso para su campaña electoral.
El triunfo del Frente de Todos en las PASO también dejó en evidencia las ideas y pensamientos del candidato Alberto Fernández. Si, candidato. Todavía no es presidente aunque él y algunos medios de comunicación pretenden hacerlo ver como “presidente electo”.
Decía que “el candidato” dejó ver que piensa sobre temas que permiten entrever una posible vuelta a situaciones que creíamos superadas. Para él, Venezuela no es una dictadura. Por miedo o por presiones internas de sus socios kirchneristas sólo señala al gobierno de Maduro como “autoritario” haciendo oídos sordos al informe de Michelle Bachelet (Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) que habla de más de 5 mil muertes, detenciones arbitrarias, maltratos y torturas a críticos del gobierno y uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones, entre otros temas. Cuando decimos que el kirchnerismo quiere llevarnos a Venezuela lo hacemos basados en estas cosas. Si no se condena, se apoya. O, al menos, se es cómplice.
Otras definiciones de “el candidato” o de sus colaboradores también remiten a una vuelta al pasado en temas como la posibilidad de reinstaurar la Junta Nacional de Granos, las presiones a los jueces sobre sus fallos o la intención de promover un control cambiario que, sin dudas, remite al cepo aunque intenten negarlo. Hoy, decidieron enfrentarse con el FMI para generar inestabilidad financiera. Nada que no hayan hecho antes. Ya sabemos cómo operan. Además, está la posible libertad de los funcionarios o políticos presos (no presos políticos). Será que esa posibilidad es concreta y, por ejemplo, Milagro Sala será excarcelada? No hace falta mencionar lo que eso provoca en el pueblo jujeño. Los recuerdos de los tiempos violentos de Sala quedaron marcados a fuego en nuestra memoria. Hoy Jujuy respira paz y queremos conservarla.
El sábado cientos de miles de personas salieron a la calle en todo el país en respaldo del gobierno, por la democracia y por la república y pidiendo no volver a un pasado que nos hizo mucho daño. Esta manifestación también dejo ver la intolerancia, el desprecio a los ancianos o a todo aquel que piensa distinto de los militantes del Frente de Todos. Muchas de las personas que marcharon se han comprometido a fiscalizar. Hay ilusión y optimismo.
Las PASO definieron candidaturas. Habrá elecciones en octubre y trabajaremos mucho para revertir el resultado. Estamos convencidos que “si, se puede!”. Porque hay un presidente comprometido, un gobierno presente y seguimos creyendo que el futuro es por este camino. Porque no queremos volver atrás. Porque no queremos dar ni un PASO hacia el pasado.
*Senadora Nacional por JUJUY (UCR/Juntos por el Cambio)