Los escenarios que se abren después de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, fuera desautorizado por el kirchnerismo en su pedido de renuncia al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, no son prometedores.
Analistas consultados por LA NACION señalaron que el episodio es un factor más de incertidumbre para el mercado, que teme una reedición del enfoque de política económica que tuvo lugar entre 2011 y 2015, en el segundo mandato de Cristina Kirchner. En este sentido, los precios de los activos locales podrían bajar aún más y la brecha cambiaria podría empezar a acrecentarse.
“Guzmán siempre fue visto como la reserva de racionalidad dentro de la visión económica del Gobierno y con esto queda devaluado”, analizó en primer lugar el economista Gabriel Caamaño, socio gerente de la consultora Ledesma, y dijo que “el impacto negativo viene por el lado de que esta situación refuerza el enfoque de política económica del cepo y los controles, lo que es la reedición del período 2011-2015”.
“Cuanta más fuerza gana esa posición, más sufren los activos locales porque es una historia que el mercado ya conoce y, en cierto punto, es la sombra contra la que el Gobierno viene luchando: contra las expectativas que tiene el mercado. Entonces cada suceso que confirma esa historia a la que el mercado le temió ya desde las PASO refuerza en ese sentido. Sufren más los activos locales, aunque ya están muy golpeados”, agregó.
Por su parte, Gustavo Ber, economista del estudio Ber, manifestó que se añadió un factor más de incertidumbre sobre la incertidumbre ya existente, sea cual sea la resolución. “En las últimas semanas hubo un mayor apetito de cobertura con la estacionalidad a favor del Banco Central por la liquidación de divisas del campo. Algunos ven esto con preocupación porque el nuevo aumento de la brecha se esperaba a partir de julio y se está anticipando por la incertidumbre en el frente sanitario, los ruidos políticos y la situación económica delicada. Cualquier chisporroteo o pulseada con trasfondos importantes como esto no ayuda”, apuntó, y dijo que, más allá de los nombres propios, detrás de la controversia está la definición acerca de si se va a reducir o ampliar el déficit fiscal, lo que complicaría el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) este año.
En este sentido, Julia Segoviano, economista de la consultora LCG, dijo que Guzmán tiene un perfil armado que sirve mucho más que virar hacia un perfil más radicalizado. “En todo lo que es tema fiscal, que el FMI mira mucho, tiene más los pies sobre la tierra. El tarifagate así lo muestra, entendiendo que no se pueden seguir acumulando subsidios ahí y teniendo que plantarse”, puntualizó.
De la misma forma opinó el economista de Inversor Global Diego Martínez Burzaco. “Siendo Guzmán de lo más racional dentro de la política económica, y si no puede eventualmente imponer ciertos criterios, es muy difícil y altamente improbable que venga alguien con más peso y capacidad de cambiar las cosas desde el punto de vista de la confianza. Por ende, no podríamos esperar algo superador en términos de las expectativas”, señaló.
En tanto, el analista financiero Christian Buteler habló de tres opciones posibles hacia adelante. “Termine como termine, este episodio no ayuda para nada, aunque la forma en que se resuelva no da lo mismo. Una cosa es que se termine yendo Basualdo y otra que termine dentro del Gobierno. De ser la segunda opción, la posición de Guzmán queda devaluada y eso el mercado no lo leerá bien. Ese puesto no es uno más, y más en la crisis en que vivimos. Y peor sería la situación si se va Guzmán. Entre que se vaya un funcionario de tercera línea o un ministro, sería el peor mensaje. Habría caída de bonos y acciones y recalentamiento de dólares alternativos. No del oficial, porque es tan grande el cepo que no corre riesgo. Pero los alternativos no se mueven de la misma manera y puede haber sobresaltos”, advirtió.
Por su parte, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, también habló de un abanico de posibilidades. “Si se va Guzmán y asume alguien del ala dura del kirchnerismo habrá una dinámica de suba del dólar paralelo, pérdida de reservas del Banco Central, y estarán tentados de pisar más el dólar oficial. Si se va Basualdo, se van a descomprimir tensiones porque eso marcaría un triunfo o victoria de Guzmán, aunque la no dolarización de carteras no descomprimiría el dólar y la brecha. Podría bajar un poquito, pero no sería una baja sostenida. Por último, un escenario en que se queden los dos llevaría a una dolarización de carteras porque Guzmán queda desdibujado, pero seguiría siendo capitán del equipo económico, lo que sigue tranquilizando”, detalló.
“El viernes Guzmán quiso tomar más relevancia y decidió echar a un subsecretario que no funcionaba. Si logra su objetivo, es un avance, y si no, un retroceso. Él ya movió su ficha. Va a ser difícil volver al statu quo del jueves”, concluyó.
María Julieta Rumi
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