En términos de la semántica papal, el distanciamiento político implicaría que Francisco no realizaría una visita a Argentina en 2024, a pesar de su buena salud después de su reciente gira por la Polinesia. Tampoco estaría dispuesto a sostener nuevos encuentros con Milei para evitar que se interprete como un respaldo a un plan económico que busca el equilibrio fiscal a expensas de un aumento considerable en la crisis social.
El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) informó recientemente que la tasa de pobreza alcanzó el 57,4% en enero, debido a la devaluación ocurrida en diciembre y su impacto directo en el costo de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), utilizadas para establecer el umbral de indigencia.
Este porcentaje representa el nivel más alto de pobreza desde 2002 y, proyectado a nivel nacional, equivale a 27 millones de personas en situación de pobreza y 7 millones en situación de indigencia.
Estos datos ya eran conocidos en el Vaticano, y el trato cordial de Francisco hacia Milei se enmarca dentro de su visión de las relaciones personales y la representación institucional.
El líder de la Iglesia Católica considera que es importante brindarle una oportunidad política al líder de La Libertad Avanza, dejando de lado las disputas ideológicas que pudieron haber surgido durante la campaña presidencial.
Durante una audiencia de setenta minutos concedida a Milei la semana pasada, el Papa escuchó con atención sus argumentos sobre economía y el rol del Estado. Sin embargo, expresó su preocupación sobre el impacto del plan de ajuste en los comedores escolares y los programas de medicamentos para jubilados y pensionados.
El Presidente entendió de inmediato la advertencia de Francisco y prometió abordar la situación. Después de la audiencia, el Papa expresó su satisfacción por la respuesta rápida de Milei, quien a su vez quedó impresionado por el trato recibido en el Palacio Pontificio.
Sin embargo, esta armonía personal y política podría verse afectada por las consecuencias del plan de ajuste.
Francisco escuchó las razones de Milei para implementar su programa económico y se sorprendió por los casos de corrupción descubiertos durante la revisión de las compras automáticas y masivas de alimentos para los sectores más vulnerables.
Aunque inicialmente adoptó una postura de observación, esta podría transformarse en crítica y distanciamiento si el plan resulta en un aumento de los niveles de pobreza e indigencia. El Papa tiene un profundo compromiso con los más necesitados y no respaldará una estrategia económica que agrave la crisis social.
Francisco está al tanto de la situación económica heredada de gobiernos anteriores y tiene en cuenta los resultados de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Esta comprensión podría beneficiar tácticamente a Milei, quien deberá demostrar al Vaticano que el aumento en los índices de pobreza no es resultado de su programa económico.
Si el plan de ajuste logra evitar un aumento en la pobreza y la salud de Francisco se mantiene estable, es posible que el Papa visite Argentina a comienzos de la primavera. Sin embargo, Francisco espera los resultados del plan económico antes de tomar una decisión definitiva, considerando tanto su estado físico como la situación social del país.
Para respaldar su análisis, Francisco recibe información diaria desde Buenos Aires, además de mantener canales de comunicación abiertos con la administración de Milei. El Papa ha elogiado el trato recibido por parte de la canciller Diana Mondino y reconoce el papel clave que desempeña Karina Milei en Balcarce 50.
Milei enfrentará una dura batalla política en los próximos meses, y su relación con Francisco podría influir en el curso de esta disputa. En la Casa Rosada son conscientes del valor que tiene un gesto del Papa, más allá de su significado tangible.