Mauricio Macri decidió eliminar 13 ministerios y estudia designar a Carlos Melconian como super ministro de Economía para tranquilizar a los mercados que en la última semana puso en jaque a su programa de gobierno.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, es el único funcionario confirmado por Macri, que hoy en Olivos terminará de definir los ministerios que quedarán en pie y los ministros que abandonarán la Casa Rosada o se transformarán en secretarios de Estado. El presidente también evalúa la posibilidad de nombrar a Alfonso Prat Gay como canciller, quien como Melconian renunció a su cargo en el gobierno por diferencias internas con Peña, que ya no contará con la colaboración de Mario Quintana y Gustavo Lopetegui: ambos vicejefes de Gabinete no sobrevivieron a la profunda reforma política que impuso el presidente a su Poder Ejecutivo.
Si Macri no cambia de opinión en las próximas horas, Nicolás Dujovne (Hacienda), Jorge Faurie (Relaciones Exteriores), Luis Etchevehere (Agroindustria), Sergio Bergman (Ambiente y Desarrollo Sustentable), José Lino Barañao (Ciencia y Tecnología), Pablo Avelluto (Cultura), Oscar Aguad (Defensa), Germán Garavano (Justicia y Derechos Humanos), Andrés Ibarra (Modernización), Adolfo Rubinstein (Salud), Jorge Triaca (Trabajo) y Jorge Santos (Turismo) dejarán sus cargos como ministros, aunque alguno de ellos continuarán en el gobierno con rango de secretarios de Estado.
En este contexto, y con la dinámica que impone la crisis económica y política, serían inevitables las renuncias de Dujovne, Faurie, Etchevehere y Aguad, mientras que Ibarra, Triaca, Avelluto y Bergman, continuarían como secretarios de Modernización, Trabajo, Cultura y Desarrollo Sustentable.
Macri nunca creyó en los super ministerios y desplegó una estructura burocrática que era engorrosa y lenta frente a la velocidad de los mercados y las exigencias políticas. El Presidente también se mostraba reacio en achicar la planta de ministerios, pese a que ese despliegue institucional era criticado afuera y adentro de Cambiemos. Frente a los constantes cuestionamientos, Macri exhibía a su interlocutor de turno un listado de países modernos que tenían tantos o más ministerios que su propio gobierno.
La defensa argumental del Presidente encalló cuando el dólar trepó a cuarenta pesos y el riesgo país se acercó a los 800 puntos básicos. En este escenario, Macri se reunió a solas con Melconian –por segunda vez en dos semanas—y lo sondeó como ministro de Economía. Melconian está muy cerca de aceptar y en principio solicitó tres condiciones básicas, recordando sus legendarias refriegas con Peña: acceso directo al despacho presidencial, las renuncias de Quintana y Lopetegui y la creación de un Super Ministerio para liderar un programa económico que restaure la confianza del mercado y satisfaga las metas propuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con la aceptación de Melconian como super ministro –un hecho que debería confirmarse hoy en Olivos-, Macri avanzó en su estrategia de vincular su nuevo plan económico con una fuerte ofensiva diplomática que profundice la presencia de las exportaciones de la Argentina alrededor del mundo. Entonces, el presidente decidió reemplazar a Faurie y ofrecer el puesto a Prat Gay, que contestaría en las próximas horas. Macri está conforme con la actuación de Faurie, pero apuntó a Prat Gay por sus vinculaciones con las finanzas internacionales, en un momento en que los mercados golpean a la economía nacional y afectan la estabilidad política del gobierno.
Aunque la nómina de ministerios aún estará sujeta a una última revisión en la quinta de Olivos, adonde Macri se reunirá con Peña y sus aliados de Cambiemos – gobernadores y líderes parlamentarios -, el nuevo gabinete estaría integrado de la siguiente manera:
Economía: Carlos Melconian
Cancillería: Alfonso Prat Gay
Producción: Dante Sica
Energía: Javier Iguacel
Transporte: Guillermo Dietrich
Interior: Rogelio Frigerio
Desarrollo Social: Carolina Stanley
Educación: Alejandro Finocchiaro
Macri debe resolver una interna política antes de determinar cómo quedarán las carteras de Defensa y Seguridad. El presidente le propuso a Ernesto Sanz ocupar el ministerio de Defensa, en reemplazo del ministro Aguad. Y Sanz replicó que le gustaría sumar Seguridad a Defensa, un pedido que transforma a Patricia Bullrich en secretaria de Estado. Bullrich ha trabajado 20 horas por día, y Macri lo sabe. Bullrich no quiere ser secretaria de Seguridad y el Presidente no quiere que abandone la Casa Rosada. Hoy a la tarde se sabrá si Macri optó por la interna radical o por la capacidad de trabajo de Bullrich.
El diseño del nuevo gabinete privilegia el peso político de los futuros ministros. Macri necesita gestión política y ministros que privilegiaron el proyecto de Cambiemos frente a cualquier adversidad en la coyuntura. Por eso, el presidente rescata a los ministros Finocchiaro y a Stanley, que aumentaran su poder institucional con la nueva composición del Gabinete Nacional.
Durante la larga jornada que Macri protagonizará en Olivos, se terminará de ajustar la fusión de los ministerios que pasarán al rango de secretarías de Estado. Está previsto que Ibarra será secretario de Modernización en la Jefatura de Gabinete, y que Triaca actuará como secretario de Trabajo a las órdenes del ministro de la Producción Dante Sica. En definitiva, se trata de un bordado burocrático que estará sujeto a las presiones de la interna de Cambiemos y a las necesidades de enfrentar a los mercados y a las exigencias del FMI.
Macri no quería achicar su gabinete, ni forzar un ajuste violento del gasto público. El Presidente creía en el gradualismo y en el éxito de su programa económico. Un shock externo inesperado y la mala praxis para manejar la inclemente suba del dólar y el riesgo país, terminó con las aspiraciones programáticas de Macri. Ahora está en juego su reelección presidencial, y no le quedó otra alternativa que demoler su gabinete y probar con un esquema de poder inestable: Peña zamarreado por la crisis y Melconian y Prat Gay –si finalmente asumen—ocupando espacios de poder que achicaran los márgenes de maniobra del jefe de Gabinete.
Todo en medio de una crisis económica y financiera que aún no concluyó. El gabinete será anunciado el lunes a la mañana, antes que abran los mercados en Buenos Aires. Y ese mismo día se conocerá el programa de ajuste que ya se negocia con el FMI. Sin dudas, ese lunes quedará registrado en la historia moderna de la Argentina.
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