Tras la fallida sesión por el presupuesto y las advertencias que el oficialismo envió a las provincias, los gobernadores de Juntos por el Cambio se reunieron para enviar un mensaje a la Casa Rosada.
Se necesita un nuevo presupuesto, pero “realista y creíble”, para discutir con la oposición. El encuentro en la sede de la administración porteña se dio también luego de las tensiones que la coalición padeció con el recambio legislativo y las rupturas al interior del interbloque opositor.
El mensaje al cierre del encuentro apuntó al primer escenario: el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta (Pro) y los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suarez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes) le pidieron al gobierno de Alberto Fernández un presupuesto “realista” y con pautas económicas “creíbles” que pueda ser discutido con la oposición y no discrimine a las provincias no oficialistas.
Cumbre de jefes de Juntos por el Cambio para definir el nuevo esquema de conducción
“Los mandatarios coincidieron en la necesidad de que el gobierno nacional elabore y envíe al Congreso un presupuesto realista que pueda ser analizado y discutido por todo el arco político, un presupuesto con pautas macroeconómicas creíbles que no discrimine a las provincias ni en inversión ni en obra pública”, expresa el comunicado que se conoció al cierre de la reunión.
Allí también se señala que los mandatarios opositores “coincidieron en la necesidad de lograr un consenso fiscal que garantice la sustentabilidad económica de las mismas”.
El domingo, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, advirtió que tras el rechazo al presupuesto 2022 en el Congreso nacional, los gobernadores “deberán definir si rehacen sus presupuestos o si recortan gastos por la caída de recursos en cada provincia”, ya que en conjunto dejarán de recibir 180.000 millones de pesos en concepto de coparticipación y otros $19.000 millones por mayores subsidios al transporte que contemplaba el texto.
Lo que siguió fue una airada reacción de la oposición, que acusó al líder parlamentario de amenazar a los mandatarios provinciales y que volvió a responsabilizar al Frente de Todos por el fiasco de la sesión del último viernes.
A diferencia de otras discusiones, que intenta eludir refugiándose en su rol como gestor en la ciudad, Rodríguez Larreta tomó el guante tras las declaraciones de Massa y del jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner. “Están amenazando a las provincias que van a tener menos fondos y no muestran mucha vocación de diálogo”, sostuvo. El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, lo acusó de victimizarse.
El comunicado del encuentro entre los gobernadores opositores se cierra con un mensaje que pareció apuntar a la crisis interna que la coalición sufrió tras el recambio legislativo: “En un claro gesto de unidad, los gobernadores y el jefe de Gobierno acordaron llevar estos puntos de acuerdo a la mesa nacional de Juntos por el Cambio”.
Los cruces que se dispararon antes del 10 de diciembre continuaron durante la semana. “Cada vez que pasa un radical, Horacio Rodríguez Larreta le quiere dar un contrato”, disparó Morales, cuando se conoció que doce diputados radicales, referenciados en el senado Martín Lousteau, rompían con el bloque de la UCR. “Estoy harto de esa minoría de porteños pedante”, agregó el jueves, un día antes de ser consagrado como presidente del Comité Nacional de la UCR.
La foto de hoy buscó poner paños fríos en una tensión que, se descuenta, continuará hasta 2023, por las ambiciones presidenciales de Larreta y Morales.