José Luis Espert: “Un policía tiene que ganar mínimo lo que gana un diputado”

En una extensa entrevista con Infobae, el precandidato a senador nacional de JxC pidió mejores condiciones para las fuerzas de seguridad. Insistió en su idea de “cárcel o bala” para combatir el delito.

Aliado de Rodríguez Larreta en la interna contra Bullrich, cree que hay que eliminar el cepo “inmediatamente”. Cuestionó a Massa por las medidas económicas. “Si el FMI aprueba el acuerdo, Dios es argentino”, sotuvo.

Fue la última incorporación a Juntos por el Cambio (JxC). Su ingreso implicó fuertes discusiones internas entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Se disputó si convenía que fuera candidato a presidente, a gobernador o a legislador nacional. Habló con Mauricio Macri, con toda la cúpula del radicalismo, con Elisa Carrió y con Miguel Ágel Pichetto. No fue fácil, pero hubo acuerdo. José Luis Espert, finalmente, es precandidato a senador nacional de la coalición opositora por la provincia de Buenos Aires. Economista de profesión, el diputado nacional de Avanza Libertad concedió una extensa entrevista a Infobae y contó detalles de su rol en la campaña electoral, su visión de la economía y la política.

En relación a la seguridad, uno de sus temas predilectos, exigió que los miembros de las fuerzas tengan mejores condiciones. “Un policía tiene que ganar mínimo lo que gana un diputado, $700 mil por mes”, sostuvo Espert. En esa línea, insistió con su idea de “cárcel o bala” para combatir en delito. “Que el Estado ejecute el mandato constitucional de usar el monopolio de la ley para poner orden”, pidió el dirigente.

En materia económica, brega para que el próximo Gobierno elimine el cepo el primer día. Es algo en lo que difiere con Rodríguez Larreta. Evitó opinar sobre Bullrich y elogió a Javier Milei. Respecto a las posibilidades electorales del peronismo, Espert opinó: “Tengo mucha fe que el kirchnerismo va a perder la elección”.

Acompañado por su jefe de prensa y su secretaria política, Espert llega al estudio de Infobae unos minutos antes de lo pautado. Es cerca de las 20. Está tranquilo, aunque algo cansado. Su look, de polera alta y saco, lo asemeja al filósofo francés Michel Foucault. Aunque sus palabras encuentran espejo en las ideas de Milton Freedman y George Stigler.

— Luego de varias conversaciones, finalmente desembarcó en JxC, como precandidato a senador nacional. También sonaba como candidato a presidente. ¿Por qué esa decisión?

— Es el lugar donde considerábamos que era lo mejor, después de largas charlas. Lo mejor para los argentinos era que, luego de la muy buena elección que hicimos en el 2021, la manera de seguir solidificando las ideas de la libertad era como candidato a senador en esta elección.

— Usted también mantuvo diálogo con Patricia Bullrich. Finalmente, decantó por la propuesta de Rodríguez Larreta. ¿Por qué eligió este lado de la interna?

— Porque todo el espacio este que se crea dentro Juntos por el Cambio, ampliado por el liberalismo nuestro, está cargado de buena gestión. Pensemos que Larreta, continuando los cambios que hizo Mauricio Macri, cambió la Ciudad de Buenos Aires comparada con la Buenos Aires que teníamos en épocas de Aníbal Ibarra. Gerardo Morales en Jujuy fue una persona que cambió la provincia en materia productiva, metió presa a Milagro Sala. Te diría Lilita Carrió en su defensa férrea durante décadas de la honestidad, de la cristalinidad en la acción pública. Y Diego Santilli, que ya le había ganado al kirchnerismo en el 2021 y creo que le va a volver a ganar en el 2023 al kirchnerismo. Le di mucha importancia porque creo que las ideas de la libertad para que se apliquen y se apliquen bien necesitan de gente que sepa lo que es gestionar el Estado y el Congreso.

— Hablando de gestionar, sé que de ambos lugares, tanto del bullrichismo como del larretismo, le llegaron propuestas para que usted pueda ocupar un rol en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio.

— Hoy estoy trabajando como pre candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires. Si hay ofrecimientos, se verá el día de mañana si se dan las condiciones para que lo asuma. Hoy estoy enfocado en esto. La verdad que no me imagino otra cosa que no sea la senaduría nacional.

— Claro. Pero la propuesta del Banco Central existió.

— No, no. A ver, soy economista, se ha hablado de presidente del Banco Central, ministro de Economía, no solo de presidencia del Banco Central. Porque naturalmente soy economista de profesión, básicamente mi trabajo ha sido de economista toda la vida.

— Durante la presidencia de Mauricio Macri tuvo críticas al macrismo y a su Gobierno. ¿Piensa lo mismo? ¿Qué ha cambiado y qué lo entusiasma para ahora en JxC?

— Empecé a tener alguna luz pública cuando tenía 29 años. Hice críticas a los gobiernos de Menem, a los del kirchnerismo. Vino el gobierno de Macri y también hice las mismas observaciones profesionales que había hecho con el plan de Menem con Bunge y Born, el plan de Menem con la convertibilidad, el plan de los Kirchner. Y lo mismo hice con Macri. Tuve razón. El plan de Macri, obviamente, terminó mal. Perdió las elecciones. Mi crítica siempre fue profesional. Por lo tanto, nadie lo tomó a mal cuando ingresé a Juntos por el Cambio. De hecho, mis observaciones han sido muy bien tomadas.

— Usted acuñó una frase que luego se hizo popular durante el macrismo cuando decía que el macrismo era el “kirchnerismo de buenos modales”. ¿Por qué pensaba eso?

— Porque el kirchnerismo volvió después del macrismo . Entonces, fue un puente entre el kirchnerismo puro y duro de Néstor y Cristina con la estafa electoral que es Alberto Fernández, que es kirchnerismo disimulado con Cristina, que está detrás de bambalinas porque es una cobarde y nos manda sus alfiles al centro del ring ¿no? Entonces, como fue un puente, fue kirchnerismo de buenos modales.

— Macri suele reconocer un error de su Gobierno fue no comunicar correctamente cuál era el diagnóstico con el que supuestamente se había encontrado al asumir. ¿Qué piensa en relación con esa autocrítica ahora que también está un poco en discusión los tiempos de la implementación de algunas reformas?

— Argentina tiene por delante dos cosas. Una es un vaso de agua. Y la otra es escalar el Aconcagua en paños menores. El vaso de agua es el cepo cambiario, los controles de precios que hay que terminar. Empezar a terminar con los subsidios a la energía, al transporte. Uno no puede ahogarse ahí, tiene que terminar rápido con eso. Hacerlo con credibilidad, por supuesto, para que no termine mal. Después viene el Aconcagua. O sea, toda la gran reforma estructural en comercio exterior, leyes laborales, reforma previsional, educación, seguridad y salud. En el Gobierno de Macri se terminó rápidamente con el cepo, en el 2015. Pero después la reforma estructural nunca se consideró. Como privatizar todo lo que el kirchnerismo había estatizado, repensar todo el sistema previsional. Hoy se hace campaña diciendo lo que se va a hacer si se es gobierno, esa es una diferencia sustantiva respecto de otras campañas. Y creo que los liberales tenemos mucho que ver con eso.

— Rodríguez Larreta no era serio eliminar el cepo a la compra de dólares porque el Banco Central no tiene reservas. Usted, en cambio, ha hablado de que es importante que se elimine de manera inmediata. ¿Quién tiene razón?

— Estamos discutiendo el tema con Larreta.

— ¿Y por qué cree que él piensa? Porque hay una diferencia de diagnóstico en ese sentido.

— Ahí sí te diría que podemos discutir gradualismo versus shock. Pero ambos tenemos muy claro que el cepo hay que terminarlo cuanto antes.

— ¿Por qué usted sostiene que sí se puede el cepo se puede eliminar rápido?

— Porque creo que si es presidente, Horacio va a empezar a cambiar en serio. Si el presidente anuncia por cadena nacional, juntamente con la eliminación del cepo, que el Banco Central deja de emitir dinero y además se compromete a congelar el gasto público hasta que desaparezca el déficit, se puede eliminar rápidamente como ocurrió en 2015. Hay que reponer esa credibilidad perdida anunciando medidas más fuertes como que el Banco Central deje de emitir y que el gasto público se congela hasta que se elimine el déficit.

— La semana pasada, el ministro de Economía anunció nuevas medidas en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ¿Qué piensa de las políticas implementadas?

— El problema de Argentina es que hace todo mal, se prende fuego y entonces pedís que venga el bombero del Fondo. Esa es una parte que a veces no tenemos en cuenta los argentinos: al Fondo llamamos nosotros, el Fondo nunca llama para prestarte. El Fondo viene porque vos pedís que venga y evite que tu casa se prenda toda fuego.

— En este caso, el gobierno de Macri fue quien pidió el empréstito con el FMI, en 2018.

— Claro, sí, sí. Pero Macri firmó el acuerdo número 28. Te cuento que ya estamos en el número 29 y antes de Macri hubo 27 acuerdos con el Fondo y muchos de ellos fueron Stand by como el de Macri, como el de Alberto Fernández. Ahora, las medidas de Massa es estar engañándonos en la cara a los argentinos. ¿Un nuevo dólar, el dólar 4 ya? No había Impuesto País a los servicios, ahora sí va a haber. Es una devaluación fiscal. Entonces, eso hace que el Banco Central no devalúa sino que devalúa la AFIP. Es medio raro esto. Si el Fondo avala esto, es tan vergonzoso como el gobierno de Alberto y Massa. Porque lo que ha anunciado Massa es un mamarracho total. La verdad que si el Fondo Monetario aprueba esas medidas de Massa, Dios es argentino.

— ¿En relación con la unificación cambiaria que usted sostiene, ¿a qué valor o tipo de cambio la implementaría?

— Bueno, si unificas vas a flotar. Vas a liberar el mercado de cambio porque no tenés reservas. O sea, el cepo lo pones cuando empezás a tener problemas con reservas. Si te quedaste sin reservas, no hay manera de que el dólar no quede libre.

— ¿Y no hay posibilidad de que se vaya por las nubes el precio?

— No. La experiencia del 2015 es aleccionadora. Liberaste el dólar, te subió la inflación un par de meses, después bajó. Porque había un plan que inicialmente fue creíble para la sociedad. Va a ser mucho peor no eliminar el cepo.

— Considerando la situación de los indicadores socioeconómicos de Argentina y la inflación, ¿cómo se contiene desde el punto de vista político y social una devaluación del peso y una salida del cepo?

— Me parece que hay mucha psicopatía de parte del kirchnerismo con la eliminación del cepo. O sea, vos tenés que eliminar el cepo. Obviamente, va a haber costos inicialmente, en términos de suba de inflación. Pero si el plan que armas es creíble. La inflación te salta un par de meses y después te baja. No dudo que Rodríguez Larreta va a armar un plan creíble.

— ¿En el lapso de cuánto bajaría la inflación?

— Si el plan es creíble, baja automáticamente. Subirá pero te va a bajar. En meses. Te baja a una inflación igual que la previa al cepo, que ya era altísima. Si Argentina sigue con este descontrol donde no para de perder reservas el Banco Central, vamos a una explosión cambiaria y una explosión de la inflación. El cepo es una olla a presión que cuanto más la mantengas, más presión tiene.

— O sea, usted dice que el próximo gobierno tiene que eliminar el cepo el primer día, congelar el gasto público y liberar el dólar a flotación. Eso quiere decir que inevitablemente, corríjame si piensa que me equivoco, ¿Argentina va a tener más pobres los primeros meses o el primer año para luego escalar lo que usted llama “Aconcagua”?

— El drogadicto si no para con la drogadicción, se muere de droga. Para no morirte de droga, o sea, para no terminar pobres, para hacer el paralelo, ¿tenemos que pasar por un síndrome de abstinencia? Sí. ¿El síndrome de abstinencia es tener más pobreza? No. No porque si vos eliminas el cepo como hay que eliminarlo, técnicamente bien y con credibilidad, la economía crece y va a compensar con crecimiento y baja de la pobreza el aumento de la pobreza que te puede traer la suba de la inflación. Si haces bien las cosas en materia económica no vas a tener más pobres y vas a poder eliminar el cepo.

— ¿Cuáles son las cinco medidas que le parecen indispensables para implementar en un próximo Gobierno?

— Asumir que que hay que empezar a vender lo que tenés arriba de la tierra y abajo de la tierra: commodities. Eso requiere de tener muy claro que para poder vender commodities y ser rico haciéndolo. Hay países que han sido humildes, han empezado vendiendo commodities y se han hecho ricos. Para eso tenés que abrir la economía al comercio. Y para eso no tenés que tener prohibiciones al comercio exterior. Luego, tenés que tener un Scaloni, un tipo no haga mucha burbuja, mucho ruido, pero que sabe manejar equipos.

— ¿O sea, Larreta sería como Scaloni?

— No tengo dudas.

— ¿Larreta no hace muchas burbujas pero sabe manejar equipos?

— Larreta es músculo, no es grasa, no es burbuja. Es equipo. Esa concepción de que todo tiene que funcionar como un Mecano. Lo tiene clarísimo eso.

— ¿Y Patricia Bullrich qué es?

— Hablo de Larreta, que es del que puedo hablar con propiedad. Por eso estoy ahí. Es un espacio de gestión. Capacidad y prestigio.

— Un tema que usted suele tratar habitualmente es la seguridad, ¿qué haría en ese sentido?

— Hay que bajar la edad de inimputabilidad a los 14 años, dotar a la policía de sueldos razonables, no la miseria que cobran hoy en general.

— ¿Cuánto debería ganar un policía hoy?

— Como mínimo lo que gana un diputado.

— ¿Cuánto gana un diputado?

— 700.000 pesos por mes.

— ¿Le parece bien?

— Lo mismo que un gendarme. Lo mismo que un militar. ¿Por qué no? ¿Por qué, no dependemos nosotros de la vida de un policía? La vida es mucho más importante que una ley. Cómo no le vamos a pagar al policía lo que gana un diputado. Yo creo que la vida está ante todo y el policía defiende nuestras vidas.

— ¿Sigue sosteniendo su idea de “cárcel o bala” para los delincuentes? Se lo pregunto honestamente porque sé que hay personas dentro del espacio que usted ahora integra en Juntos por el Cambio que no concuerdan con esa idea.

— Es una frase. Simplemente, lo que pido es la aplicación de la ley. Que el Estado ejecute el mandato constitucional de usar el monopolio de la ley para poner orden. Por definición, la Constitución y el Código Penal te dicen que es cárcel. Y si el delincuente se resiste a dejar de comer el delito, ahí es bala. La ley dice que es cárcel o bala. Se aplica la ley.

— No, la ley no dice eso.

— Sí.

— No, no.

— La ley, sí.

— De hecho, el delito de homicidio no tiene pena de “bala”. Ningún delito tipificado habilita a aplicar eso.

— No, lea bien la ley. Es cárcel o bala.

— No, no, el Código Penal dice, en los delitos contra la vida, que matare a alguien se le aplicará cárcel de ocho a veinticinco años.

— Estamos hablando de la autoridad, no estamos hablando de cualquiera.

— Pero José Luis, la ley no dice bala en ningún lugar.

— ¿Qué dice la ley? ¿cárcel? ¿Y si no es cárcel?

— Sí, cárcel.

— ¿Qué hacemos frente al delincuente que está asesinando, se lo descubre en flagrancia y se resiste al arresto?

— No, disuadirlo, juzgarlo y encarcelarlo.

— Ajá. ¿Y cómo lo encarcelamos si se resiste?

— Las fuerzas de seguridad son profesionales y se entiende que están preparados para resolver esas situaciones.

— No me estás contestando lo que te pregunto.

— ¿A ver?

— Tenés un delincuente que está matando. Está acuchillando a una persona. Viene el policía y le dice alto. El delincuente desenfunda. ¿Qué hace el policía? ¿se va a dejar matar y después de muerto le va a decir el delincuente que era cárcel?

— Si el delincuente lo apunta o le dispara, en una situación límite de esas características puede implicar legítima defensa por parte del policía.

— ¿Pero el policía tiene que esperar a que le tiren para tirar? Analicemos qué hacemos frente al delincuente que se resiste al arresto. Sea de espalda, de costado o lo que sea. No importa si es por la espala o de costado. Es si se resiste al arresto. Qué hacemos frente al delincuente que mató, robó o acuchilló o hirió gravemente a alguien y se resiste al arresto. Ese es el punto. Palmadas creo que no. Podemos discutir si es bala pimienta, Taser, bala de goma o en serio. Es bala. Hasta usted está de acuerdo conmigo. Frente al delincuente que comete un delito y que se resiste al arresto qué hacemos. ¿Viste que es cárcel o bala?

— No, no. Lo correcto es que la policía cumpla con el procedimiento correspondiente y que luego se apliquen las garantías constitucionales del Derecho Penal, en el marco del debido proceso.

— Eso es un deseo, yo te digo frente al hecho. Vos querés que se aplique la ley del más fuerte. No la garantía constitucional.

— ¿Por qué la ley del más fuerte?

— Te hablé de la Constitución y del Código Penal. La aplicación de la ley te lleva a la diyuntiva cárcel o bala. No la no aplicación de la ley. Vos estás equivocado. Obviamente que lo importante es no llegar a esa circunstancia. Yo estoy en contra de la libre portación. Estoy a favor solo de la portación para los legítimos usuarios.

— ¿Y de la pena de muerte qué piensa?

— No, estoy en contra. Creo que el Estado te tiene que defender. Uno paga impuestos para recibir bienes públicos.

— Retomando lo político y económico, usted ha tenido un vínculo con Javier Milei y ambos hablan sobre el concepto de “ideas de la libertad”. ¿Qué piensa sobre el momento del líder libertario y su rol en el sistema político?

— Creo que es un imán para los jóvenes Gracias a Javier Milei, no solo a él sino a mí también, a Ricardo López Murphy, a Roberto Cachanovsky, Alberto Benegas Lynch e hijo, muchos jóvenes empezaron a ver a la libertad como algo que puede hacer que la vida tuya sea una vida buena.

— ¿Y por qué, pese a la afinidad ideológica, no está con Milei y entró a Juntos por el Cambio?

— Javier Milei decidió hacer política conmigo en Avanza Libertad. Y un día decidió no hacerla más con mi espacio. Dio vuelta el nombre, La Libertad Avanza, y decidió hacer su camino solo. Soy un liberal hecho y derecho en esas cosas. Si no quiere estar más y hacer su camino, se sintió con la fuerza suficiente, con la madurez, cómo lo voy a atar. No estamos juntos porque él decidió no estar más conmigo. Y está todo perfecto. De hecho, mantengo una muy buena relación con él.

— ¿Cómo definiría en un tuit al kirchnerismo?

— Lo peor que le pasó a la democracia en su historia.

— ¿Cree que el peronismo tiene posibilidades de ganar las elecciones o piensa que es definitivo que la oposición se hará con el triunfo?

— Los partidos se ganan en la cancha. Yo soy muy competidor. He competido mucho. Y los partidos se ganan en la cancha. Pero tengo mucha fe que el kirchnerismo va a perder la elección y como creo que Horacio Rodríguez Larreta va a ser el presidente y va a hacer las reformas que hay que hacer: kirchnerismo nunca más.

Robertino Sánchez Flecha

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