Horas definitorias para el kirchnerismo: Kicillof, a la provincia y La Cámpora, a la guerra

Máximo Kirchner

La agrupación que encabeza Máximo Kirchner desafiará con primarias en todos los distritos de la Provincia; Cristina, como había prometido, no figurará en ninguna boleta

Carlos Pagni

El tablero se mueve con cierta organicidad. La decisión de Mauricio Macri de desistir de su candidatura presidencial aceleró las definiciones en el campo adversario. En las últimas horas, en el Frente de Todos se despejaron tres incógnitas relevantes. Primera: Cristina Kirchner, como había prometido, no figurará en ninguna boleta. Segunda: Axel Kicillof será el candidato único del kirchnerismo para la gobernación bonaerense. Tercera: La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, desafiará con primarias en todos los distritos de la provincia de Buenos Aires. Solo cuando alcance acuerdos convenientes para las intendencias y las concejalías evitará la interna. Este es el inventario de jugadas a las que llegaron los seguidores de la vicepresidenta en las últimas horas, según fuentes muy confiables.

Las dos primeras decisiones están relacionadas. La señora de Kirchner no será candidata a la presidencia, pero esa vacante no será cubierta por Kicillof. El gobernador, feliz. Queda abierto el enigma de quién ocupará ese cargo. La hipótesis Sergio Massa no ha sido descartada todavía. Pero depende del nivel de turbulencia que afecte a la economía, en un momento en que, según la mayoría de los analistas, el Banco Central está luchando para no quedarse sin reservas.

La candidatura provincial de Kicillof descarta, al parecer de manera definitiva, una interna contra algún grupo de intendentes. Las apuestas –nunca más adecuada la analogía que en este caso–, iban hacia Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete de la provincia e intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia. La fantasmagórica candidatura de Insaurralde, a quien Kicillof desafió con una primaria si pretendía su lugar, tenía el supuesto apoyo de Máximo Kirchner. Operación cancelada.

El ánimo de confrontación se desplegará en las intendencias. La Cámpora ha ido preparando dirigentes en muchas comunas de la provincia y pretende desafiar al alcalde establecido. Sobre todo, cuando percibe algún desgaste. Sin embargo, el ánimo de confrontación no está ligado solo a expandir a “la orga”, como ellos llaman a su cofradía. Hay un objetivo más importante: advertir a Alberto Fernández que, si pretende dotarse de una base territorial en la provincia, deberá arriesgar a sus aliados comunales a poner en juego su sillón.

A partir de este criterio, ya se pueden presumir algunos territorios en disputa. El más previsible es Hurlingham, el reino amenazado de Juan Zabaleta. Allí La Cámpora ha avanzado mucho. Tuvo el control de la intendencia a través de Damián Selci mientras Zabaleta fue ministro de Desarrollo Social de la Nación. Y presiona en la interna con Martín Rodríguez, subdirector del PAMI y expresidente del Concejo Deliberante. Quieren darse un gusto porque, en el intento anterior para enfrentar a Zabaleta, debieron desistir a pedido de Alberto Fernández.

El acoso de La Cámpora sobre Zabaleta tuvo su momento surrealista durante la apertura de las sesiones del Concejo. El intendente, atemorizado por el bullying de que pudiera ser objeto, prefirió dirigirse a los ediles vía Zoom. Los acólitos de Máximo Kirchner, desnudando un sentido del humor que no se les conocía, pusieron un vaso de agua al lado de la pantalla en la que hablaba Zabaleta. Por si se le secaba la garganta. Qué atentos, ¿no?

Un territorio todavía más importante, por su dimensión y poder simbólico, La Matanza, también será campo de batalla. Allí gobierna, plagado de impugnaciones, Fernando Espinoza. Quien primero pensó en aprovechar su debilidad fue Emilio Pérsico, el líder del Movimiento Evita, que postuló a su esposa, Patricia Cubría. El lanzamiento tuvo la forma de un video bastante extravagante, en el que el leitmotiv es “llora Espinoza”.

En La Cámpora se proponen, en rigor, otra consigna: “Llora Pérsico”. Es decir: si va a haber un frente de oposición interna contra el intendente, prefieren ser ellos, los seguidores de Kirchner, los que lo encarnen. Están justificados, porque desde siempre se llevan mal con el alcalde. En 2021, por ejemplo, Facundo Tignanelli, que es el dirigente más relevante del camporismo en el distrito, organizó varios desembarcos de La Cámpora en La Matanza, a espaldas de Espinoza. Fue el que tendió un puente clave entre Máximo Kirchner y una de las figuras más carismáticas del conurbano bonaerense: el cura Nicolás Angelotti, conocido como el “Padre Tano”, que trabaja entre los sumergidos de villa Puerta de Hierro. Tignanelli es la llave de La Cámpora en la Cámara de Diputados de la provincia. Para todo: lo visible y lo invisible.

La otra colina en disputa es Avellaneda. A pesar de que las relaciones de Cristina Kirchner con Jorge Ferraresi son impecables, en La Cámpora consideran al intendente como un “falso profeta”. “Gestiona bien, pero carece de visión política: solo así se explica que haya pasado de pedir la reelección de Alberto a decir que Alberto ya se habría ido en helicóptero si no fuera porque llegó Massa”. En esa comuna Máximo Kirchner tiene un alfil: el senador bonaerense Emmanuel González Santalla.

Hay un distrito donde la pelea va a ser inevitable: Esteban Echeverría, el feudo de Fernando Gray. Si le faltaban pergaminos, Aníbal Fernández lo convirtió en un emblema cuando recordó, días atrás, que “los de La Cámpora lo sacaron a empujones de la presidencia del PJ bonaerense”. Es el lugar que ocupa el diputado Kirchner. Aníbal Fernández es el abanderado de la reelección del Presidente. Según él mismo confesó, “él único que la defiende”. La alternativa a Gray es todavía una incógnita, pero muchos peronistas anotan que en Echeverría milita Horacio Pietragalla, el secretario de Derechos Humanos.

Ahora el interrogante a desentrañar es cuál será el ejército de Alberto Fernández en esta confrontación. Hasta ahora solo armó una escuadra para ir contra La Cámpora. Es en la Capital. La agrupación la forman Leandro Santoro, Claudia Neira, Matías Lammens y, aquí está la sorpresa, Graciana Peñafort. La abogada es una seguidora devocional de Cristina Kirchner. Su presencia en esa corriente, en cuya constitución fue clave Juan Manuel Olmos, sugiere un mensaje: “Estamos contra Máximo, no contra su madre”. Eduardo Valdés se sacó una foto con ese grupo, para indicar lo mismo. Para La Cámpora son heterodoxos. Como Ferraresi, falsos profetas. Becerros de oro.
Carlos Pagni

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