La Justicia accedió a mensajes de WhatsApp que dan cuenta del momento en que María Cantero le puso el freno a una operación que le acercó el hermano del actual candidato a la Corte Suprema
Lanzada a conseguir negocios con el Estado para su marido, el broker Héctor Martínez Sosa, la secretaria privada del presidente Alberto Fernández aprovechó cada oportunidad que se le presentó en la Casa Rosada o en la quinta de Olivos. Pero los chats extraídos de sus teléfonos reflejan que María Cantero sí pisó el freno en una ocasión. Fue cuando el lobista Alfredo “Freddy” Lijo les acercó un negocio junto a un allegado inquietante. Ella, que abordaba sin pruritos a ministros, secretarios de Estado y titulares de varios organismos públicos, lo tomó como una línea roja. Porque ese allegado era “impresentable” y, peor, “bocón”.
El contrapunto ocurrió el 15 de abril de 2021, cuando temprano por la mañana, Cantero le envío a Martínez Sosa por WhatsApp el teléfono de “Freddy” Lijo, hermano del juez federal Ariel Lijo, actual candidato a la Corte Suprema a propuesta del presidente Javier Milei. Y seis horas después, volvió a la carga. Le preguntó a su marido si lo había llamado.
-”Mañana viene a la oficina con los petroleros”.
-”Bien, no?”
Martínez Sosa le respondió con un archivo –acaso un mensaje de voz-, que los expertos no lograron recuperar, aunque la respuesta de Cantero a ese material es elocuente:
-”Nooooo. ¿Por qué va él?”
Del intercambio de mensajes no surge a quién se referían. Es decir, quién acompañaría a “Freddy” Lijo, un reconocido lobista que entre sus clientes tuvo al otrora ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, pero que también era accionista de Caledonia Seguros. Su socio, según reveló LA NACION en abril pasado, era un exfuncionario del PAMI condenado por corrupción que recurrió a un operador financiero acusado de lavar activos para una de las tramas de narcotráfico más grandes de la Argentina y para una red de trata de personas.
Ante la reacción de su esposa, el broker le envió otro mensaje de voz, explicándole el motivo, que rechazó la secretaria privada del entonces Presidente.
-”Que vaya Freddy” –replicó Cantero, para luego ir más lejos, en tres mensajes sucesivos
El primero: “Nadie puede ver a ese tipo ahí.”
El segundo: “Que no registren la entrada.”
El tercero: “Es impresentable.”
Consultado por LA NACION, Alfredo Lijo confirmó que mantuvo alguna conversación “preliminar” con Martínez Sosa, que quedó trunca. También remarcó que él se encuentra “retirado” y lamentó que los focos de la prensa se centraron en algo que ocurrió hace ya varios años y que quedó en el aire. “Entiendo el interés mediático por la postulación de mi hermano a la Corte, pero esto no lo involucraba a él, ni lo afecta tampoco ahora, pero a mí sí, que no había hecho nada incorrecto”, remarcó.
Pero aquella tarde del jueves 15 de abril de 2021, mientras Alberto Fernández y el entonces jefe porteño, Horacio Rodríguez Larreta, mantenían un contrapunto público por la reapertura o cierre de las escuelas tras un año de cuarentena larga, Cantero no cedió un ápice. Y lejos de defender al enigmático acompañante de “Freddy” Lijo al cónclave programado, Martínez Sosa terminó por validar su parecer.
-”Ya lo sé.”
-”Entonces decile a Freddy que por favor evite esa situación” –le replicó Cantero, y tanteó tomar la iniciativa-. “¿Quieres que lo haga yo?”
La respuesta de Martínez Sosa, a través de otro mensaje de voz, es una incógnita. Pero Cantero le respondió por escrito:
-”Decile [a Lijo] xfa que no pueden ver a ese tipo entrar a tu oficina.”
Acaso porque estaba apurado o porque su respuesta requirió mayor elaboración, el amigo y acreedor desde hace años de Alberto Fernández le envió a su esposa dos mensajes de audio, pero ella no cedió.
-”Igualmente no me parece que tengas que darle entidad a ese tipo. ¿Es capaz de tirar para atrás el negocio? ¿Te afecta?”
La siguiente respuesta de Martínez Sosa, a través de otro mensaje de voz, debió llegar en otro tono, según se colige de la réplica de su mujer.
-”No te cago a pedos” –respondió, para 10 minutos después reenviarle a su marido la respuesta de Freddy Lijo a un mensaje que ella le había escrito.
¿Qué le respondió “Freddy” Lijo, que por entonces afrontaba investigaciones judiciales por sospechas de lavado de activos vinculados a su hermano? “Me parece bien, despreocupate que ya les digo que no vayan. Cualquier cosa te molesto en otra oportunidad”.
Esta vez, a Martínez Sosa le tomó apenas unos segundos responderle a su mujer:
-”Ok. Terminaste con el negocio !!!!!!”
¿Respuesta de la secretaria privada del entonces presidente Fernández? La misma mujer que en la mismísima Casa Rosada abordó ministros, secretarios de Estado y titulares de organismos públicos para pedirles o reclamarles que se reunieran con su marido para sondear posibles negocios con el Estado, se mostró tajante como pocas veces apareció en todo el contenido de sus teléfonos que recuperó la Justicia.
-”Sí”-le respondió-. “Hablalo con Freddy. Es una avivada. O háblalo con Matías. Lo tienen que entender. El problema no es que lo vean. Es que hablen. Ese pibe es un bocón.”
Y no se habló más del tema. Al menos por WhatsApp. Ni ese día, ni ningún otro.
Hugo Alconada Mon