En diálogo con Radio Mitre, el ministro reafirmó que sus oficinas están abiertas para dialogar con las organizaciones sociales. «No hace falta cortar calles para hablar con el ministro», dijo. Ratificó además que no atenderá las protestas que interrumpan la circulación.
Zabaleta explicó que el objetivo del Gobierno es cambiar planes sociales por trabajo. «Queremos fortalecer la economia popular, proponer recursos para comprar herramientas, materias primas, materiales, insumos», dijo
Para el ministro, Argentina «vive momentos críticos y hay que transformar eso en oportunidad». En este sentido, sostuvo que desde el Gobierno plantean «cambios estructurales en el marco de las políticas sociales, y uno es generar programas que vinculen a beneficiarios de la asistencia del Estado con el empleo formal».
«Vamos a dar la discusión en una mesa de diálogo con las iglesias, los municipios, los gobiernos provinciales. Es una gestión que en este momento critico quiere generar empleo formal», sostuvo.
Al respecto, citó el caso de una joven de 21 años, beneficiaria de un plan potenciar, que se incorporó a una fábrica automotor en Zárate. O el de una cooperativa catamarqueña que se equipó de herramientas de trabajo. Sin embargo, resaltó que todavía «hay 17 millones de personas que necesitan un trabajo».
Pero fue tajante a la hora de referirse a los cortes de calles. «Basta de apretar a los argentinos de esta forma. Los argentinos no se lo merecen porque está claro que hay un Gobierno que hace un esfuerzo enorme, que está saliendo de una situación muy complicada con el acuerdo» con el FMI, puntualizó en diálogo con radio Mitre.
«Laburantes contra laburantes»
El ministro consideró que lo que pasa con los cortes en la 9 de Julio «es de laburantes contra laburantes».
«Entendemos que hay derechos constitucionales y los respetamos, pero sentimos que lo que pasó en la avenida 9 de julio es de laburantes contra laburantes, de aquellos que tienen que cortar el pelo o vender el cafe con aquellos que son beneficiarios de un salario social complementario que quieren mejorar su situación», sostuvo.
Y agregó: «Los argentinos que transitan por la 9 de julio, taxistas, remiseros, los que van a bordo del Metrobus tienen derechos y los tenemos que garantizar». Hay que buscar otra forma de protesta».
Tras las críticas, sostuvo que «las organizaciones sociales tienen que ser parte de la reconstrucción de la Argentina y la enorme mayoría está en ese camino». «A los que piden trabajo formal, nosotros vamos a tener una propuesta», dijo
Además remarcó que el acuerdo con el FMI no significará una merma de los distintos programas sociales. «El acuerdo no va a tocar un solo programa que amplíe derechos, igualdad o justicia social. Vamos a seguir construyendo espacios de primera infancia, playones deportivos, brindando prestación alimentaria», reafirmó.
Consultado por la interna entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, Zabaleta sostuvo que «hace falta responsabilidad de todos».
«Tiene que haber mucha responsabilidad de todos, porque hay argentinos que la están pasando mal. En ninguna cooperativa de las que recorro me hablan de las elecciones, me hablan de que quieren más trabajo. Tenemos que lograr que los argentinos vivan mucho mejor», cerró.
Las declaraciones de Zabaleta se dan días después del acampe de movimientos sociales de izquierda frente al Ministerio de Desarrollo para reclamar más planes sociales.
El viernes, las organizaciones opositoras del frente de Unidad Piquetera, con preponderancia del Polo Obrero, adelantaron que volverán a protestar el 13 de abril, pero no aclararon si van a volver a la metodología de acampe.
Frente a esta situación, desde la Ciudad pidieron coordinar acciones conjuntas con Nación para enfrentar la protestas. Marcelo D’Alessandro, ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, ya reclamó una reunión con Aníbal Fernández y Zabaleta.
“Hay muy poco para hacer sin ejercer la violencia. No escapamos a la responsabilidad, pero no es un reclamo al que podamos darle respuesta nosotros y resulta que el resto lo balconea. Por lo menos tenemos que trabajar en conjunto”, dijo a Clarín uno de los funcionarios porteños involucrados en el control de la calle, un propósito “muy complejo”.