Días de caos e intentos por corroer el “triángulo de hierro” de Javier Milei

Santiago Caputo viajó al sur y en Buenos Aires proliferaron sus enemigos; Milei lo defiende y Karina no le suelta la mano; el detrás de escena de las derrotas oficialistas
Comisión investigadora de diputados por la visita de algunos diputados al penal de Ezeiza. Diputada Lourdes Arrieta que estuvo en el penal de EzeizaFabián Marelli - LA NACION

“Esta semana me tomo unos días”. El domingo pasado, Santiago Caputo le pasó el aviso a Javier Milei y se fue de vacaciones familiares a un rincón selecto de la Patagonia. No hubo pedido de explicaciones -el Presidente es muy respetuoso de la vida personal- ni un plan de contingencia para dejar ordenadas las cuestiones de palacio durante la ausencia del “consejero del rey”.

Lo que vino después fue el caos, las derrotas legislativas, la destrucción interna a niveles ridículos. El nombre de Caputo estuvo en boca de toda la política. Como nunca antes, se multiplicaron los intentos por corroer el “triángulo de hierro” que el jefe de Estado tiene con su hermana y con su asesor presidencial.

La UTE que se conformó en contra del estratega presidencial tiene cada vez más socios. El principal accionista es Mauricio Macri, que en sus charlas con Milei en Olivos ya no anda con sutilezas. El líder de Pro quiere que el Presidente se deshaga de su estratega, a quien acusa de obstaculizar cualquier alianza entre violetas y amarillos y de pactar con los “malos”. Pero en el “club de enemigos” de Caputo también están la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello y la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Otros funcionarios de segunda línea colaboran para rayar al asesor presidencial. Ahora que amplificó su influencia, ya no es el intocable con el que todos buscan congraciarse.

“No importa, está bien que yo me lleve la marca de la política”, le dijo Caputo a más de un interlocutor en los últimos días.

La principal estrategia comunicacional del Gobierno es que Milei quede inmaculado en su cruzada contra la inflación y el déficit, sin embarrarse con la casta. Karina Milei, que toda su vida cuidó a su hermano, entiende eso a la perfección. Por eso, ella -que tiene una opinión con más peso que ninguna otra- por ahora no está dispuesta a entregar a Caputo ni a romper el “triángulo”. Entiende que el costo para Milei y para el Gobierno puede ser alto -mucho más alto que el que provocó la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete- porque Caputo es un brazo de la anatomía libertaria y no un simple servidor.

El miércoles a la noche, mientras Milei recibía a Macri en Olivos para comer milanesas, la secretaria General de la Presidencia hablaba por teléfono con Caputo, a la distancia. Los dos encuentran en sus críticas a Macri un motivo de complicidad. “Entre ellos está todo bien, como siempre”, aseguró un importante colaborador de la Casa Rosada.

Otro ladero de la secretaria General de la Presidencia, no obstante, aseguró que Karina no le tiene a Caputo la misma confianza que al principio. “A Karina le fueron con cosas de Santiago, supuestos negocios -aseguró- Ella empezó a levantar las antenas. Pero lo banca”, dijo.

Pettovello, que vive alterada por los movimientos de Caputo porque cree que él quiere intervenir su ministerio, esta semana no dudó en enviarle una “postal” al sur. Después de la reunión de gabinete del martes, cuando todos salieron a saludar al balcón de la Casa Rosada, la ministra abrazó fuerte a la hermana del Presidente frente a las cámaras. Al Instagram de Capital Humano subió primero un plano corto con Karina y luego uno foto en la que aparecía Milei.

El Presidente no se deja llevar por las escenas escolares de su gabinete, ni por las voces cada vez más frecuentes que escucha en Olivos en contra de su asesor y fixer. “Junto a mi hermana, Santiago es el triángulo de hierro. Mientras que ellos sigan mostrando un desempeño extraordinario, no hay chances de que se los cuestione”, dijo ayer Milei en una entrevista en Radio Rivadavia. “Les molesta que Caputo tiene un coeficiente intelectual varias veces por encima de la media. Él juega la mancha con los aviones respecto a los precámbricos que andan dando vuelta por la política”, dijo, como resaltando la viveza de su estratega.

Fallo de cálculo

Milei dejó en claro que lo que más le valora a Caputo es su efectividad. Si a Posse le criticaba que fuera un “filtro” que obstruía su gestión, a su asesor le valora que sea un pulpo que resuelve las materias no económicas de las que él se quiere desentender. Entre otras, las cuestiones vinculadas a los tribunales y a los servicios de inteligencia.

Esta semana, sin embargo, las cosas le salieron mal al asesor estrella. Él había trabajado para garantizar que el senador peronista Edgardo Kueider se quedara con la estratégica presidencia de la Comisión Bicameral de Control de los Organismos de Seguridad e Inteligencia, que es la que tiene que auditar a la SIDE. Había hablado con Cristian Ritondo -que iba a integrar la comisión- para contar con el favor de los votos de Pro (hay quienes dicen que el combo de esa negociación era más grande y que incluía una silla en YPF y otra en Intercargo). Por el otro, tuvo conversaciones con el vicerrector de la UBA, el radical Emiliano Yacobitti, para que él le sumara dos voluntades por la UCR (la de Martín Lousteau y la de Mariela Coletta). El esquema se completaba con la senadora Edith Terenzi y con los dos legisladores de La Libertad Avanza (LLA).

Según pudo reconstruir LA NACION, días atrás el asesor presidencial se acercó al Senado y le comunicó a Villarruel, cara a cara, su plan para entronizar a Kueider. Ella quería darle el control de la bicameral al macrista Martín Goerling y no se amedrentó. Para Caputo, la opción Goerling era muy peligrosa: concentraba no solo el apoyo de la vice, sino también el de Macri.

Todo dio un vuelco el jueves de la semana pasada. Yacobitti telefoneó a Caputo y le dijo que había llegado a un acuerdo con los seis miembros kirchneristas de la bicameral para colocar a Lousteau al frente de la comisión. Esa negociación se venía amasando hace tiempo, con extremo bajo perfil. Caputo tuvo la chance de recalcular todo. Pero prefirió abrazarse a su plan original y sostener su acuerdo con Kueider. Todo se le escurrió cuando Ritondo se fue de viaje con un grupo de legisladores a Silicon Valley y se ausentó de la conformación de la bicameral. Su silla la ocupó Silvia Lospenatto. En esa trama debe leerse el tuit del usuario libertario Pregonero castigando a la comitiva que viajó a California, con Ritondo incluido.La empresa Worldcoin le garpó un viaje a Estados Unidos a la verdadera CASTA. Mayra Mendoza, Cristian Ritondo, Nachito Torres. Cuando aparece don Lobby, van Todos Juntos.

La opción de Lousteau -una figura crítica, que votó en contra de la Ley Bases y el mega DNU- es menos mala para Caputo que la de Goerling. En la política de hoy, todos atienden los dos teléfonos. Y él tiene un canal abierto con Yacobitti.

De esto le habría hablado Macri a Milei esta semana cuando lo visitó en Olivos. “Mauricio cree que Santiago arregló la bicameral con Yacobitti y con el kirchnerismo y que ahora va a negociar con ellos el pliego de (Ariel) Lijo”, dijo un referente que conoce muy bien al expresidente.

Macri no dudó en instruir a sus diputados para que voltearan el DNU que le asignó $100.000 de fondos reservados a la SIDE. Desde la Casa Rosada gastaron los teléfonos de varios gobernadores, el martes por la noche, para evitar que sus diputados votaran en contra del decreto. Pero no alcanzó. “Todos entendimos que con esos fondos estábamos entregando al Gobierno la pistola con la que después nos iban a matar”, dijo un diputado que conoce bien a los servicios.

Milei dijo que no le satisfizo la explicación que Macri le dio en Olivos para justificar el voto en contra del decreto de los gastos reservados. Pero la trama de la SIDE apenas generó un ruido en la relación del Presidente con su antecesor.

Más complicado fue lo que pasó el jueves, cuando los senadores de Pro votaron a favor de la ley que cambia el cálculo previsional del Gobierno y brinda una recomposición de un 8,1% para los jubilados. No hay nada peor para Milei que aquello que rompa el equilibrio fiscal y ponga en peligro la baja de la inflación, su leit motiv. Ello explicaría el mensaje de Macri en X avalando el veto presidencial a la ley que votaron sus propios senadores.

Milei se tomó varios segundos para medir su respuesta cuando el periodista Jonatan Viale le preguntó si Macri era responsable por la “jodita populista” de la ley previsional. “No lo sé… si yo tomo su tuit -de rechazo a la ley de jubilaciones- significa que él no maneja la tropa”, lo criticó. No dejó que la sangre llegara al río.

Fragilidad política

Las tres derrotas al hilo de esta semana en el Congreso le demostraron a Milei su enorme fragilidad política ¿Qué pasa si las votaciones adversas al Gobierno se replican una tras otra al infinito? Lo más llamativo, en el caso de la ley de jubilaciones, fue que el trabajo de la Casa Rosada para controlar el tema fue mucho más pobre que el que se vio con la Ley Bases. Apenas lograron que algunos de los artículos más complicados para el Poder Ejecutivo lograran 20 votos negativos en la votación en particular.

A esto se suma el papelón de los bloques libertarios en el Congreso. La diputada Lourdes Arrieta, que denunció a titular de Diputados, Martín Menem, y esta semana protagonizó un escándalo en una reunión de bloque, es, por caso, la presidenta de LLA en Mendoza. Fue la principal referente del espacio durante la campaña en su provincia.

En la Casa Rosada ya nadie defiende a los legisladores oficialistas. Tampoco pareciera que nadie se esté ocupando de ordenar la situación. “Nuestros bloques son impresentables”, se resignó esta semana un funcionario en Balcarce 50.

Milei sabe bien todo esto. Por eso quiere sostener viva la posibilidad de hacer una alianza con Macri. “Por un lado, hoy Javier siente que tiene un mamarracho y que si el año que viene gana, va a tener más de este mamarracho en las cámaras. Por el otro lado, él quiere evitar el abordaje de Sandokán y que Mauricio le tome el Gobierno”, dijo un dirigente de Pro con llegada a la Casa Rosada.

Días atrás, el Presidente le dijo a su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que era necesario avanzar en una mayor convergencia con Macri. El ministro coordinador, que antes era mucho más reticente a los amarillos, estuvo de acuerdo con él. “El año que viene podemos ganar con la boleta violeta… pero no tenemos ni un cuadro político digno”, dijeron muy cerca del ministro coordinador.

Los encargados del armado libertario -que derivará en la confección de las listas legislativas- son Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem. Ya avanzaron con la arquitectura jurídica para tener un sello en cada distrito y un partido nacional, y ahora están construyendo una red de dirigentes.

Se valen para ello de las delegaciones de Anses y de PAMI. Recientemente sumaron la estructura de Vialidad Nacional. Karina quiere una tropa de violetas fieles y puros.

El mayor desafío político de Milei, si finalmente se decide a avanzar en un acuerdo con el líder de Pro, estará en convencer a sus dos laderos de mayor confianza. A su triángulo de hierro.

Maia Jastreblansky

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