Es una comparación estadística, matemática, mesa por mesa. La consultora Inteligencia Analítica, vinculada al oficialismo, analizó los votos de las PASO 2021 en la provincia de Buenos Aires y los confrontó con las PASO 2019 en el mismo distrito.
Lo hizo, básicamente, para entender dónde estuvo la raíz de la derrota. ¿Lo conclusión? Por un lado, se confirmó lo más grueso: hubo casi 900.000 electores que hace dos años fueron a apoyar al Frente de Todos y ahora se quedaron en sus casas. Pero el dato más llamativo, quizá, está en los que pegaron el salto: la firma concluyó que unos 400.000 votantes bonaerenses del oficialismo migraron a Juntos por el Cambio.
En números gruesos, en la PASO 2019 en Provincia el Frente de Todos ganó 52 a 30. Ahora perdió 38 a 34. Es decir, el oficialismo cayó 18 puntos y la principal coalición opositora creció 8. Con bases de presentismo distintas: hace dos años se acercó al 79% y ahora apenas superó el 68%.
Según aclara el informe, se comparó ambos escrutinios provisorios para que las bases fueran similares. Y se descartaron datos de mesas «sospechosas»: por ejemplo, cuando la suma daba más votos que electores habilitados. Pero la base de análisis terminó siendo enorme: más de 30.000 mesas provinciales.
Fidelidad y cambio de voto
Ya de arranque, el primer cuadro del documento permite visualizar la «migración» con una particular paleta de colores. Allí se detalla cómo se movieron los votos que habían sacado las principales fuerzas entre 2019 y 2021. En la primera columna, la de Juntos por el Cambio, queda claro que la gran mayoría se quedaron allí: el color que predomina es el amarillo.
Pero en la segunda columna, la más grande ya que corresponde a los votos 2019 del Frente de Todos, se ve una mezcla de tonalidades importante. Si bien predomina el azul (es decir, votantes que se quedaron en el oficialismo), una parte considerable aparece en verde y otra en amarillo: la primera corresponde a los ausentes y la segunda, a los que se fueron hacia Juntos por el Cambio.
En un cuadro, más abajo, a esos movimientos se les pone números. De porcentajes y votos. Con estas conclusiones principales:
– Juntos por el Cambio retuvo en Provincia el 81,7% de los votos que había obtenido en las PASO 2019 y «sólo» un 6,8% se ausentó este año respecto a aquellas primarias.
– El Frente de Todos, en cambio, retuvo apenas el 57,5%, un 10,3% se le fue a Juntos por el Cambio y un 22,7% se ausentó. En números precisos, 405.579 se cambiaron de vereda y 896.777 se quedaron en su casa.
Se trata de estimaciones al comparar las mesas. Por ejemplo, si sobre 100 personas de la PASO 2019, 50 votaron al FdT, 30 a JxC y 20 se ausentaron, y ahora 45 lo hicieron por JxC, 30 por el FdT y 25 se ausentaron, se presume que de los 20 que dejaron de votar al oficialismo 15 pasaron a JxC (creció de 30 a 45) y 5 se ausentaron (subió de 20 a 25).
Pero no hay certeza de que haya sido exactamente así. Por ejemplo, si no hubiese habido cambios en los resultados, uno concluiría que todos votaron lo mismo y quizá no fue así: si alguien había votado al FdT y ahora lo hizo por JxC y hubo otro que hizo lo contrario, en la comparación se «anulan».
De todos modos, por el volumen de los cambios, más lo que venían anticipando las encuestas, la conclusión es que -números más, números menos- los dos fenómenos se produjeron: la caída por ausentismo y la migración de un sector del Frente de Todos a Juntos por el Cambio.
Sobre moderados y desencantados
Más difícil es precisar qué tipo de votantes son los que «abandonaron» al Frente de Todos. La presunción, por lo que venían marcando los sondeos y por las localidades en las que se dieron ambos fenómenos, es que en ambos grupos prevalecieron votantes distintos.
El ausentismo llamó la atención en sectores de clase media baja y baja. Es decir, en ese caso, habrían sido los sectores más postergados los que habían votado al oficialismo en 2019 y ahora faltaron.
En cuanto a la migración de votos desde el Frente de Todos a Juntos por el Cambio, se dio en corredores más de clase media. Por eso, se cree que allí habría preponderancia de un grupo sobre el que vienen advirtiendo los encuestadores hace tiempo: los «desencantados». Votantes moderados, por fuera de la grieta, que se habían sumado al FdT en 2019 defraudados por el gobierno de Cambios y ahora, descontentos, lo volverían a abandonar.
En la lectura interna, son los votantes que habían aportado las figuras de Alberto Fernández y Sergio Massa, como un plus al electorado duro de Cristina Kirchner. Quizá se trate de los más difíciles para recuperar para el oficialismo. No alcanzaría con ponerles «platita» en el bolsillo.