Crisis en Pro: la vertiginosa adhesión a Milei desata un caos en el partido de Macri

Milei, Macri, Bullrich

Quebrado internamente y sin un liderazgo claro, la fuerza que condujo a JxC se resquebraja por la compleja integración al Gabinete de los libertarios; la puja de poder entre los altos mandos

Por: Matías Moreno

“Esto es un sálvese quien pueda, no es el Pro”. En el ocaso de una semana frenética por el arrasador triunfo de La Libertad Avanza en el balotaje y las complejas negociaciones por el armado precario del futuro Gabinete, uno de los máximos referentes del partido fundado por Mauricio Macri en 2002 observaba con indignación y fastidio el caos interno que provocó el ascenso en el poder de Javier Milei. La decisión de Patricia Bullrich de aceptar el ofrecimiento del presidente electo para volver a ser ministra de Seguridad constituyó el corolario de una seguidilla de días plagados de confusión, estupor e incertidumbre por la tensa integración entre Pro y el espacio de los libertarios.

La sorpresiva visita de Macri a Milei en el Hotel Libertador, búnker de LLA, a menos de 24 horas de la victoria del economista ultraliberal en las urnas y después de que se llenaran los primeros casilleros del Gabinete. Su corrimiento y su viaje a Medio Oriente. La puesta en escena de los gobernadores para plantarse como un nuevo polo de poder. El desembarco de Luis “Toto” Caputo en el Palacio de Hacienda y el deseo de Milei de sumar a Federico Sturzenegger a su equipo económico. La presión de Cristian Ritondo para quedase con la presidencia de la Cámara de Diputados, mientras los libertarios buscan pactar con Florencio Randazzo y un sector del PJ. La amenaza de las “palomas” de escindirse en una facción y acelerar el quiebre del interbloque de JxC. La rebelión que sufrió el macrismo en la batalla por el control de la Legislatura porteña, la cuna de Pro. Y la jugada de Bullrich para finiquitar su inclusión al Gabinete de Milei que desató el enojo de Macri.

Parecen capítulos inconexos, pero forman parte de la misma serie: la honda crisis que provocó en Pro la derrota electoral del 22 de octubre. Acostumbrado a liderar JxC hasta la debacle en las últimas elecciones presidenciales, el partido creado por Macri no logra articular un plan para encarar la nueva etapa y transitar el traspaso a un rol secundario. Es que el Pro, que ya no conduce, se dispone a acompañar a Milei. Pero no sabe “cómo”.

Sin una estrategia unificada, el repliegue de Macri por su viaje a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en plena negociación por los cargos en el Gabinete del líder de los libertarios abrió la puerta a un cuentapropismo político. “Esto es una vergüenza, un desastre. Todo estuvo mal hecho”, se queja un dirigente de la plana mayor de Pro, atónito por la mala praxis de sus compañeros.

Esas dificultades se explican por la ausencia de un plan de acción para negociar en bloque con Milei, quien se siente empoderado por la aplastante diferencia que le sacó a Massa, pese a que apenas tendrá 8 senadores y unos 40 diputados. Los estrategas de Milei creen que el aporte de la fiscalización de Pro no fue decisivo como se había especulaba en la previa de la compulsa, ya que el libertario ganó con holgura, por casi 12 puntos sobre Sergio Massa. Dicho de otro modo: consideran que el Pro no le puede facturar ese servicio a Milei. Es más, deslizan que pusieron “demasiadas condiciones” para fiscalizar y que Ritondo se sumó último momento debido al rechazo de los libertarios a contar con asistencias de exaliados de Emilio Monzó.

Con el respaldo del crédito social que cosechó, Milei juega sus cartas con un inesperado pragmatismo y entierra la idea de “cogobierno”, que sobrevuela desde la noche en que cristalizó el trato con Macri y Bullrich en Acassuso. Sus lugartenientes en LLA, sobre todo Guillermo Francos, Guillermo Ferraro y Nicolás Posse, exhiben resistencia en el reparto de poder y levantan un muro para frenar la avanzada de Pro. Priorizan, en cambio, acercar al peronismo no kirchnerista, como Juan Schiaretti, y reclutar legisladores que respondan a los gobernadores.

Esa actitud desestabilizó a las facciones de Pro que habían empujado el carro de Milei en la segunda vuelta y daban por descontado que habría una retribución al “apoyo incondicional”. Pero ya no tienen garantías de que ese sueño se materialice.

En el partido de Macri hay malestar por el menosprecio de los arquitectos libertarios, que priorizaron hasta ahora el vínculo con Schiaretti. No obstante, se resignan a su nuevo rol. “Milei sabe que vamos a votar las reformas del Estado, por eso ahora va por los peronistas”, se lamenta un armador de Pro.
El misterioso rol de Macri

En ese paisaje nebuloso, el papel de Macri disparó interrogantes en Pro. ¿A qué juega el expresidente? ¿Tomó distancia del armado de Milei porque no pretende tener injerencia en el Gabinete para no pagar costos políticos en un futuro cercano por el ajuste inevitable o acaso presiona para manejar puestos estratégicos, como la AFIP o la AFI y Justicia? ¿Es cierto que buscó desplazar a Ferraro de Infraestructura? ¿Milei lo resiste o lo premia a cuentagotas para evitar que su eventual omnipresencia lo perturbe?

Macri se encargó en las últimas horas de despegarse de los eventuales arribos de Caputo y Bullrich al elenco de Milei. Desde Abu Dhabi, donde trajinó el sábado con el fin de obtener financiamiento para el nuevo estadio de Boca Juniors, el expresidente monitoreó los efectos colaterales de la decisión de Bullrich -que aún no fue oficializada en el cargo, pero ya aceptó y avanza con los contactos con los emisarios de Milei- de regresar al Ministerio de Seguridad.

Estaba disgustado, según sus allegados. Es que, antes de viajar, machacó a sus socios con que debían hallar la forma de colaborar y darle gobernabilidad a Milei. Pedía encontrar una fórmula institucional para aunar fuerzas con los libertarios. Ese enfoque gradual y cauteloso chocó con la determinación de Bullrich de avanzar para saltar al Gobierno.

El miércoles, cuando trascendían negociaciones entre exfuncionarios cambiemitas y Milei, envió a Fernando de Andreis para que aclarara que no estaba pidiendo ni vetando nombres. No obstante, hay jerarcas de Pro que ven a Macri interesado en influir en el área de la AFIP, la AFI y Justicia o energía. “Patricia se mandó sola. Y él está apretando por otro lado”, remarca uno de los dirigentes que participó de las conversaciones. Por caso, la sombra del expresidente sigue de cerca los movimientos de Diana Mondino en la futura Cancillería.

En el entorno de Macri insisten en que el autor intelectual de la alianza con los libertarios le dijo a Milei que Pro podría nutrirlo con cuadros técnicos o dirigentes con experiencia en la gestión de Cambiemos. Pero los allegados a Macri aclaran que imaginaban un esquema mixto, en el que Pro rodeara a ministros de LLA con segundas o terceras líneas. En paralelo, Macri monitorea los cortocircuitos por el manejo de la Cámara de Diputados. Avala la idea de Ritondo de ocupar esa silla en un acuerdo parlamentario con Milei, quien insiste por ahora en negociar con Randazzo y gobernadores del PJ. ¿Acaso intenta equilibrar la pelea en el Senado para evitar que el kirchnerismo llegue a 35 escaños? Es una interpretación que sobrevuela en Pro.

“Mauricio está de acuerdo con lo de Ritondo, pero no está empujando”, dicen cerca del expresidente. Macri también se desliga de la llegada de Omar Yasin, que responde a Jorge Triaca, a la secretaría de Trabajo. ¿Una estrategia consensuada con Milei o una táctica para negociar?

Macri habló con Bullrich para apaciguar los ánimos. El expresidente estaba molesto porque entendió que la exministra actuó de forma autónoma, sin respetar lo acordado, según fuentes cercanas al expresidente. Ella lo niega y deja trascender su malestar con Macri por su visita inconsulta a Milei del lunes. Así como el Pacto de Acassuso los unió, el triunfo de LLA los volvió a distanciar. Hay reproches cruzados y pases de factura entre ambos por el diseño de la campaña. Quienes frecuentan al exmandatario especulan con que se pondrá al frente de las tratativas para ordenar a Pro apenas aterrice en la Argentina, entre el lunes y martes. ¿Habrá tabula rasa?

Feroz disputa de poder

La actitud de Bullrich provocó enojos en casi todas las tribus de Pro. El gobernador electo de Entre Ríos Rogelio Frigerio consideró que debería dejar la presidencia del partido y reiteró la posición de la liga de mandatarios de JxC: el mandato que le dio la sociedad a la extinta coalición no fue cogobernar, sino ser una oposición “responsable”. Es la misma línea que piensa adoptar Horacio Rodríguez Larreta cuando vuelva al llano. “Son decisiones personas, acá no hubo una consulta dentro de la coalición”, puntualizó Frigerio en diálogo con El Fin de La Metáfora, en diálogo con Radio Con Vos. El martes la liga de gobernadores de JxC buscará reunir a diputados y senadores para hacer una nueva demostración de fuerza. Será un nuevo mensaje a Macri, Bullrich y los referentes de Pro o UCR sin poder territorial. Otra línea interna de cuentapropistas para negociar con Milei.

Frente a las críticas, Bullrich ordenó abroquelarse a sus dirigentes fieles. Blinda su tropa y estrecha lazos con los libertarios. Es más, procura incrementar su influencia en puestos codiciados del Gabinete. ¿Pide Defensa para el radical Luis Petri e impulsa a Hernán Lombardi? Cerca de la exministra sugieren que hizo una jugada defensiva: prefirió garantizarse un puesto de poder para colaborar con el éxito de la gestión de Milei, su nuevo aliado predilecto en el tablero. Además, consejeros de Bullrich sugieren que el Pro ya no tendrá peso ante el auge libertario. “No se cortó sola”, repiten.

Entre los adversarios internos de Bullrich sospechan que le ofrendó a Milei a su grupo de diputados. A partir de diciembre, la exministra tendrá un scrum de legisladores. Su jugada descolocó a Ritondo y al resto de los jefes de Pro que negociaban con los libertarios. “Al Pro ya lo partió Patricia”, despotrican un dirigente con influencia en la fuerza.

Un síntoma indudable de la crisis en Pro fue el conflicto en la Legislatura porteña, que alarmó al núcleo duro del macrismo. Si bien Jorge Macri avanzó con el armado de su Gabinete -no incluiría libertarios de Milei por ahora- debió enfrentar una crisis en la Legislatura, donde el Pro se quedó con apenas 12 representantes puros. Las negociaciones se habían tensado y los adversarios del macrismo amenazaban con arrebatarle la vicepresidencia primera. Tenían los votos para plantarse y poner la gobernabilidad, en jaque. Finalmente, todo indica que Matías López, del riñón de Diego Santilli, sucederá a Emmanuel Ferrario. Por estas horas procuraban cerrar un acuerdo con los radicales. “Paramos el tsunami”, confesó un jerarca de Pro.

Matías Moreno

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