Boleta Única de Papel: Nuevo sistema electoral en los Partidos y la definición de candidatos

El sistema electoral argentino está a punto de experimentar un cambio histórico con la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP).
Sistema electoral. Boleta única de papel

Este método, que reemplaza la tradicional boleta partidaria, se estrenará en octubre para la elección de 127 diputados y 24 senadores nacionales.

La reforma, sancionada por el Congreso y reglamentada por el gobierno de Javier Milei, promete simplificar el proceso electoral, pero también plantea interrogantes sobre sus efectos en los partidos políticos, el sistema de votación y la participación ciudadana.

Adiós a las boletas «sábanas» y el efecto arrastre

La BUP pone fin a un sistema que durante 40 años fue herramienta de votación y militancia, donde las largas boletas partidarias permitían elegir desde presidente hasta consejeros escolares. El nuevo modelo concentra toda la oferta electoral en una sola boleta, organizada por partidos y candidatos con espacios para marcar con una tilde o cruz. Según Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza —provincia pionera en usar este formato—, el cambio simplifica el proceso, pero debilita la posición de los partidos políticos.

Opiniones encontradas

Expertos y políticos consultados expresaron puntos de vista diversos:

A favor:

Maru Zamarreño, investigadora de CIPPEC, destacó que la BUP nivela la oferta electoral, garantizando igualdad de condiciones para todos los candidatos.

Cornejo calificó el sistema como más simple y eficiente, aunque reconoció un impacto en la representatividad partidaria.

Mario Riorda, analista político, valoró la reforma como un avance hacia la modernización electoral.

Críticas:

Sebastián Galmarini, profesor de la UBA, argumentó que la BUP es más costosa y puede generar confusión entre los votantes. También señaló que en provincias grandes, como Buenos Aires, se omitirán nombres de candidatos más allá de los primeros cinco en las listas, lo que obliga a los partidos a recurrir a estrategias adicionales de comunicación.

Impacto en el sistema político

La eliminación del efecto arrastre —que beneficiaba a los partidos al vincular candidatos de distintas categorías— genera un desdoblamiento entre figuras nacionales y locales. Este cambio, según analistas, puede provocar:

Fragmentación: Los partidos se enfrentarán a una mayor división interna y competencia.

Desafíos en la campaña: Los candidatos menos visibles deberán invertir más en comunicación directa para posicionarse.

Efectos en el voto y el costo electoral

Uno de los retos iniciales será reducir el porcentaje de votos en blanco o nulos, que tiende a aumentar en los primeros comicios con sistemas nuevos. Estudios de CIPPEC identifican que este fenómeno, conocido como “fatiga cívica”, ocurre cuando los votantes se enfrentan a procesos confusos o largos.

En términos económicos, el costo de la BUP supera al de las boletas tradicionales debido a su diseño: gramaje especial, troquelado y sello de agua. En Buenos Aires, el gasto estimado es de $3.600 millones, frente a los $840 millones de las boletas partidarias.

Dudas y ajustes necesarios

La implementación también plantea interrogantes logísticos, como el manejo de elecciones concurrentes para cargos nacionales y provinciales, y el protocolo para corregir errores de votación. Además, expertos enfatizan la necesidad de capacitación tanto para autoridades electorales como para votantes.

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