Un grupo comando sorprendió a una familia en una estancia de Saladillo, provincia de Buenos Aires, este sábado a la noche y se robó elementos de valor, como computadoras y celulares, y un auto.
En la fuga hubo un tiroteo entre los delincuentes con el propietario y luego con la policía. Lograron escapar.
Al menos cinco hombres fuertemente armados fueron los que ingresaron a la estancia, ubicada a unos 18 kilómetros de Saladillo, por la ruta 91. Ocurrió el sábado cerca de las 22 y, según la denuncia, la entrada de los delincuentes fue violenta: tomaron de rehén a uno de los integrantes de la familia y lo golpearon.
Según información que trascendió este domingo, una de las personas que estaba en la estancia habría cruzado disparos con los delincuentes y herido a uno de ellos, mientras abandonaban la vivienda. «Se pudrió todo, rajemos», gritaron cuando notaron que no iban a poder continuar con el robo.
El casco de la estancia tiene varias casas y la casona principal. Los ladrones, tras tomar de rehenes a uno de los propietarios y a su familia en una de las casas, se dirigieron a la mansión, pero no pudieron ingresar. Ya en ese momento el cruce de disparos había tornado de terror toda la escena. «Aún están todos en shock», dijeron a Clarín allegados a la familia.
El grupo comando salió de la estancia con un un auto Honda Accord que pertenece a la familia. Los investigadores sospechan que pudo haber un entregador y que los delincuentes tenían información sobre algún otro tipo de valor que podría haber en la casona.
Alertados, los policías de Roque Pérez establecieron un retén en la ruta 30, donde se produjo otro tiroteo. Fuentes de la investigación informaron que los ladrones lograron huir al pasar por la mano contraria a muy alta velocidad.
Ya en el kilómetro 127, cerca de la ciudad de Lobos, los oficiales encontraron el Honda Accord al costado del camino, entre unos pastizales. La Policía sospecha que los delincuentes pudieron haber escapado a pie a través del campo.
Dentro del vehículo se encontró un arma de fuego, proyectiles, una computadora notebook, entre otros elementos. En el asiento trasero quedaron enormes manchas de sangre, por lo que se presume que uno de los delincuentes podría haber sido herido.
AFG