Tremendo accidente rutero, con el saldo de nueve muertos

Iban 15 a bordo de una camioneta y chocaron en Carmen de Areco: hay 9 muertos. El accidente se registró en el cruce de la ruta provincial 51 y la Ruta Nacional 7. Hay siete heridos.

Nueve muertos. Ese fue el resultado fatal de un choque entre una camioneta y un camión: el impacto se produjo este domingo en el cruce de la ruta nacional 7 con la ruta provincial 51, cerca de Carmen de Areco. Así lo confirmaron fuentes policiales y de Defensa Civil.

Según describió a Clarín el coordinador de la dependencia local de Defensa Civil, José María Véliz, «en la camioneta viajaban 15 personas: venían por la ruta 51, en dirección a Chivilcoy, y el impacto se produjo al momento de cruzar la ruta 7, con un camión que viajaba en sentido Buenos Aires-Mendoza». Fuentes policiales confirmaron que cinco de los nueve muertos eran menores de edad.

«La camioneta es una Chevrolet S-10 doble cabina y el camión es un Volvo de semi-hacienda. Los que viajaban en la camioneta, presumiblemente, habrían pasado el día en un balneario de Carmen de Areco», sumó Véliz. Al momento de hablar con Clarín, el funcionario de Defensa Civil explicó que quedaban dos cuerpos atrapados en la camioneta. «Cuando llegó el operativo de policía, bomberos y servicio de emergencias, ya había ocho muertos», confirmó Véliz. Unas cincuenta personas trabajaron en el lugar.

«Siete personas fueron trasladadas al hospital: una de ellas, un chiquito de alrededor de un año, llegó fallecido. Otros dos menores están en estado reservado, no se encuentran fuera de peligro, y fueron derivados a un hospital de mayor complejidad en San Nicolás», explicó a Clarín Carlos Victory, director ejecutivo del Hospital Nuestra Señora del Carmen de Carmen de Areco. Fuentes del área de Salud de la Provincia confirmaron estos traslados.

Según describió Victory, «uno de los menores trasladados presenta una hemorragia cerebral grave y depende de una ventilación mecánica, y el otro presenta una contusión cerebral sin sangre, pero con pérdidas de conciencia». Y confirmó «otros cuatro heridos: dos menores y dos mayores, con fracturas y contusiones; ahora están fuera de peligro, pero los politraumatismos pueden complicarse con el correr de las horas». Esas cuatro personas, asistidas por un equipo de psicólogas y trabajadores sociales, no serán dadas de alta al menos hasta este lunes.

Juan Ignacio Battaglia, el conductor del camión que transitaba por la ruta 7, según señaló Véliz a Clarín, «no resultó herido aunque estuvo en estado de shock y luego fue trasladado a la comisaría para prestar declaración». «A esa altura, la ruta está en perfecto estado y su señalización es correcta. Es el cruce de una ruta nacional con una provincial: tiene prioridad quien viene por la nacional. El impacto fue en el costado de la camioneta, del lado del conductor. Se presume un error humano de quien venía por la ruta provincial (es decir, el conductor de la camioneta, Néstor Moyano, que murió por el impacto) y debía cruzar la 7: no habría respetado la prioridad de paso. No es un lugar en el que ocurran accidentes de esta magnitud, pero es un cruce peligroso en el que hay que prestar mucha atención», sumó Véliz. Según fuentes policiales, la causa se investiga como homicidio culposo.

Si bien en un primer momento había trascendido que había 16 ocupantes en la camioneta, con el correr de las horas se confirmó que eran 15. A la vez, en un principio fuentes de Defensa Civil y policiales aseguraron que quienes viajaban en esa camioneta pertenecían a la comunidad gitana, aunque luego se desdijeron y sostuvieron que no eran miembros de esa comunidad y que eran dos familias amigas oriundas de José C. Paz.

EL RELATO DE UNA TESTIGO

Paula, oriunda de la ciudad de Rojas, a unos 250 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, viajaba con su familia, su marido, una amiga y un niño de trece años el domingo por la tarde. Lo vio todo de frente. Viajaba a solo tres autos de distancia del camión Volvo FM380 que chocó este domingo último por la tarde en el cruce de las rutas 7 y 51 de Carmen de Areco con la camioneta Chevrolet S10 en la que viajaban 16 personas desde Hurlingham, todos ellos supuestamente miembros de la comunidad gitana. Nueve de ellas murieron en el acto, incluido su conductor, Néstor Adrián Moyano, un hombre de 32 años.

Paula, que pidió que su apellido sea mantenido en reserva, asegura a Infobae: «Nunca en mi vida me lo voy a sacar de la cabeza. Hemos visto accidentes pero no algo así. El camión se puso delante nuestro en la estación de servicio de San Andrés de Giles. Era imposible pasarlo. Llegamos al cruce, cuando cruzás la 7 para Chivilcoy. Empezamos a ver una polvareda y que volaban cosas. Después nos dimos cuenta de que era la gente que estaba volando. Ahí, llamamos a Bomberos».

El Volvo quedó «en la banquina, del otro lado». Su conductor, Juan Ignacio Batalla, oriundo de La Pampa, había salido ileso. «No sabía ni qué le pasaba, estaba en estado de shock», cuenta Paula.

Del otro lado estaban las víctimas. Entre los nueve muertos, cuatro menores, entre ellos Santino, un bebé de apenas un año, con otros cuatro chicos heridos de entre tres años y diez meses de edad. Este último fue trasladado a un hospital cercano en estado crítico: falleció poco después.

Así, la UFI N°4 de Mercedes a cargo del fiscal Lisandro Mazón intervino en el caso, con tareas ordenadas a la Policía Científica en el lugar del accidente. La calificación del caso, según aseveraron fuentes policiales a Infobae: homicidio culposo múltiple.

Batalla, el conductor, fue trasladado a una comisaría de Carmen de Areco. Hasta el mediodía del lunes no había sido indagado. La investigación para determinar la responsabilidad en el choque está en sus primeros pasos.

Paula, por su parte, se sorprende con una dosis de horror ante la cantidad de personas que viajaban en la camioneta Chevrolet. La mujer continúa su relato: «Mi marido vio que había cinco criaturas en el piso, cuatro ya no se movían. Dentro de la camioneta también había otras criaturas. Debía ir la mayoría en la caja de la camioneta. Mi marido se acercó y cuando vio que había tantas criaturas, no me dejó arrimarme. No había mucho para hacer. Tenías a toda la gente desparramada en el pavimento y no te dabas cuenta. Fue una mezcla de polvo y personas. La Policía llegó rapidísimo».

Paula y su marido llegaron a Rojas tiempo después. Lloraron durante todo el viaje de vuelta.

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