Agustín Irustía y Priscila Nicolle Ochoa, de 17 y 16 años respectivamente, eran dos promesas del vóley de San Luis. Nicolás Ellena (19) estudiaba Ingeniería Civil y Gabriel Rodríguez (20) acababa de terminar el colegio. Quiénes eran
Las peores vacaciones. Ninguna de las personas que ayer disfrutaban de la playa de Villa Gesellpudo imaginar lo que ocurriría cuando promediara la tarde. Cerca de las 17 un rayo cayó en el balneario Áfrika. El saldo: cuatro jóvenes muertos y más de 20 heridos. Y una conmoción general por una tragedia impensada que empaña el comienzo de las vacaciones.
El último fallecimiento que se reportó fue el de Priscila, quien hasta hace pocas horas luchaba por su vida en el hospital local. En el momento del impacto se encontraba con Agustín Irustía. «Eran como hermanos», definieron en su entorno.
Eran dos promesas del vóley puntano. De hecho, Agustín era hijo del presidente de la Federación Sanluiseña de Voley, Fabio Irustía, mientras que el padre de Priscila, Fabián Ochoa, es vicepresidente del club Atlético Lafinur, árbitro nacional y técnico del equipo.
El joven recién había egresado del colegio San Luis Rey, tenía 17 años y jugaba en Atlético Lafinur. Los periodistas deportivos de San Luis lo distinguieron en 2013 como deportista del año. Capitán de su equipo y del seleccionado provincial, que logró el cuarto puesto en los juegos binacionales, tenía posibilidades ciertas de dedicarse profesionalmente a ese deporte.
El jefe del Programa de Deportes Federados de San Luis, Tulio Lucero, lo describió como un joven «excelente, solidario y prometedor en el deporte que lo vio crecer». «Comenzó jugando desde muy pequeño, alrededor de los 8 años en la categoría de minivoley, y finalizó siendo punta receptor de su equipo», recordó Lucero.
Priscila, en cambio, jugaba como central en su equipo. También ella integró la selección puntana en los juegos binacionales, donde el conjunto femenino logró el quinto puesto.
Las dos familias se conocían desde hacía mucho tiempo y era habitual que compartieran vacaciones y proyectos deportivos. Los integrantes de Atlético Lafinur tenían previsto recibir hoy en el aeropuerto los cuerpos de sus compañeros fallecidos, según contó el tesorero del club, Facundo Falvo. «Alrededor de 200 jugadores se aprestan para esperar el vuelo particular, otorgado por la provincia de San Luis, para el traslado de los cuerpo de estos jóvenes brillantes», anticipó.
Quien también era un apasionado del vóley era Nicolás Ellena. Oriundo de Nueve de Julio, dio sus primeros pasos en Azul Vóley, pero más tarde se instaló en La Plata y pasó a jugar para Universitario.
Según el diario El Día, Ellena estudiaba en la Universidad Tecnológica local. Cursaba el tercer año de Ingeniería Civil y gracias a su buen desempeño fue beneficiado con una beca de investigación en el LEMaC, centro dedicado a las investigaciones viales. «Nicolás iba dos o tres veces por semana, siempre muy amable, atento, alegre y sumamente colaborador en sus actividades. Una excelente persona», indicó a ese medio el ingeniero Luis Ricci, docente investigador del LEMaC, dependiente de la UTN.
En el momento del incidente, Nicolás se encontraba en Gesell de vacaciones con la familia de su novia, Victoria Prestera, quien resultó herida, al igual que su papá Carlos, de 51 años. Victoria, de 19 años, también jugó al voley en Universitario y actualmente lo hacía en el club Banco Provincia.
El mayor de los fallecidos era Gabriel Rodriguez, quien apenas tenía 20. Nacido en la localidad bonaerense de Henderson, era el único hijo de una maestra de ese pueblo de 9.500 habitantes y de un mecánico.
De su padre heredó su pasión por las motos. Su otro hobby era la música. Hacía poco había comenzado a animar fiestas como disc jockey, indicó Ricardo Toledo, director de Deportes municipal que viajó hasta Villa Gesell. Según trascendió, recientemente había conseguido trabajo en un boliche del pueblo.