Su nombre es Carlos Alberto Cáceres, tiene 43 años, un domicilio en Burzaco y anoche se convirtió en el protagonista principal de una de las persecuciones policiales más feroces de los últimos tiempos.
Después de robar un micro escolar en el barrio porteño de Villa Luro, escapó a toda velocidad través de la avenida General Paz, Camino Negro y Camino de Cintura, se tiroteó con las decenas de policías que tenía detrás y finalmente fue detenido tras chocar 21 vehículos a la altura de de Luis Guillón. Es decir, llegó a recorrer una distancia de 22 kilómetros pese a que al menos 15 móviles policiales le pisaban los talones.
El intento de fuga de Cáceres fue transmitido casi en vivo a través de las redes sociales por los testigos que observaron cómo el delincuente les pasaba a centímetros de distancia con el micro escolar. Las imágenes que se viralizaron en segundos mostraron la tensión, el ruido de las sirenas y el violento desenlace que por muy poco, termina en tragedia. Según indicaron fuentes policiales a Infobae, el hombre había robado el vehículo en la esquina de las calles Zelada y Mozart, en la Ciudad de Buenos Aires sin percatarse que el dueño del micro llegó a ver el robo y comenzó a seguirlo por su cuenta a bordo del auto de un amigo, no sin antes darle aviso al 911.
A través de las cámaras del Anillo Digital, la Policía porteña observó que el micro estaba sobre la General Paz, a la altura de Emilio Castro, en dirección a la Provincia. Fue en ese momento que el personal de la Comisaría Vecinal 8C, junto a efectivos de la unidad de Despliegue de Intervenciones Rápidas y Servicios Especiales (DIRySE) comenzaron la persecución.
Cáceres, que se encontraba armado, efectuó varios disparos y continuó hacia la autopista Juan Domingo Perón, comúnmente llamada Camino Negro, y obligó a la intervención de efectivos de la Policía Bonaerense. Ya esa altura la escena era insólita. Un micro escolar a toda velocidad y los móviles de dos de las fuerzas policiales más importantes del país detrás suyo para tratar de controlar la situación. En el medio, cientos de vehículos que quedaban a merced del tiroteo.
Después, la escena se trasladó al Camino de Cintura, donde el hombre colisionó con una impresionante cantidad de vehículos en la esquina con San Martín, en Luis Guillón: de acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, el hombre chocó contra al menos 16 autos particulares, una ambulancia y cuatro móviles policiales. Fue luego de que perdiera el control a raíz de que los uniformados que lo seguían dispararan contra los neumáticos y el motor del micro escolar. De acuerdo con las imágenes que se dieron a conocer, el impacto fue violento. La parte delantera del vehículo robado terminó completamente destruida.
Ya con la situación controlada, se comenzaron a conocer más detalles de la vida del ladrón. Según indicaron fuentes oficiales a Infobae, no es la primera vez que su nombre se veía envuelto en hecho policiales. En el ámbito de la ciudad de la Ciudad de Buenos Aires, Cáceres estuvo preso por una tentativa de robo en febrero de 2020. En aquella oportunidad fue capturado gracias a la acción de efectivos de la Comisaría Vecinal 9B.
En su breve pero intensa carrera vinculada al delito, el hombre -con domicilio registrado en la localidad de Burzaco- estuvo detenido bajo control del Servicio Penitenciario Bonaerense por el delito de desobediencia. Fue entre junio de 2018 y febrero de 2019, por orden de la Justicia de la localidad de Lomas de Zamora.
Luego del choque múltiple de anoche, fue trasladado al hospital Santamarina de Monte Grande para ser atendido por algunos traumatismos que fueron provocados durante la persecución. En tanto, el arma que portaba el hombre no fue hallada mientras que el colectivo escolar marca Mercedes Benz, visiblemente dañado, quedó secuestrado. En la investigación intervino la fiscal Verónica Ciffarelli, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 2 de Esteban Echeverría.
Después del hecho, el dueño del mismo llegó al lugar y dio detalles de la situación. Según dijo, creía que Cáceres, de quien no sabía ningún dato a esa altura, era un hábil conductor que sabía cómo manejar un micro de semejante tamaño.
“Estoy muy agradecido a ese efectivo que los siguió y a la gente de la provincia que se expuso cómo cruzó la camioneta, esto es un desastre, podría haber sido peor. El conductor la tenía muy clara manejando, no sé si estaba drogado o no, pero la tenía clarísima manejando. No es un improvisado este tipo. Me aconsejaron que no me acercara porque estaban armados. Le pido disculpas a toda la gente que estuvo en el accidente”, declaró la víctima a los medios que concurrieron al lugar.
Miguel Prieto Toledo