La escuela religiosa Roque González de Posadas, Misiones, se convirtió en el eje de una investigación judicial por acoso sexual y distribución de pornografía infantil.
Por: Martín Candalaft
El foco de la imputación son seis adolescentes de 14 años. Las víctimas: sus compañeras de la misma edad. Las menores contaron a la Justicia que sufren un hostigamiento sistemático desde hace meses, aunque lo peor se desencadenó con un episodio de manoseo en plena jornada escolar y con la filtración de los mensajes de un grupo de chat en el que los varones hablan de abusar de sus compañeras, torturarlas y hasta secuestrarlas.
“La denuncia la realizó la mama de una de las nenas en la Comisaría de la Mujer de Posadas. Las chicas cuentan que desde hace meses los varones del curso les tocan la cola, les dicen barbaridades y, lo más grave, es que les sacan fotos por debajo de la pollera y luego esas imágenes las distribuyen por todos lados. Incluso, las envían al chat grupal donde están las mismas víctimas”, explica una fuente de la justicia misionera.
Según reconstruye por estas horas la doctora María Laura Álvarez, experimentada y prestigiosa fiscal de Posadas, el reclamo de las victimas tomó notoriedad pública cuando medios locales se hicieron eco de una sentada, a modo de protesta, que las alumnas realizaron durante un recreo. Allí exhibieron carteles en lo que se podía leer sus reclamos: “No me siento segura en mi propio colegio”, “No es culpa de mi pollera”, “Merezco respeto” y “No es no”, se leyó entre otros mensajes. Ese mismo día, la madre de una de las chicas realizó la denuncia.
En esa presentación se cuentan detalles del padecimiento de las víctimas cada vez que ingresan al aula a estudiar. “Les levantan las polleras y les sacan fotografías de las partes íntimas que luego las distribuyen en grupos de chats. Además, les tocan la cola deliberadamente o ponen la mano en la silla y se niegan a sacarla con el objetivo de que la nena se sienta obligada a sentarse”.
El viernes pasado, la fiscal Álvarez decidió impulsar la investigación con un escrito enviado al juez de instrucción César Jiménez. En ese documento, al que accedió Infobae, se realiza una descripción de los hechos denunciados y se imputa a seis jóvenes, todos de 14 años, por delitos realmente graves: abuso sexual agravado por ser la víctima menor de edad, en referencia a los tocamientos en el aula, y producir, distribuir y publicar pornografía infantil, por las fotos que les sacaron a sus compañeras y luego distribuyeron.
“Tiene que quedar claro que esto no se trata de una broma ni nada por el estilo. Estamos hablando de un acoso y de nenas de 14 años que quieren dejar el colegio porque los varones les hacen la vida imposible. No fue una vez, fueron varias veces, hace bastante tiempo. La justicia tiene que actuar de inmediate”, dice a este medio una fuente del caso.
Sin embargo, en la incipiente causa no sólo está la denuncia. También hay pruebas.
La justicia tiene en su poder una serie de capturas de pantallas de un chat grupal que suelen usar los seis acusados. En distintas conversaciones de un tono aberrante hablan de violar a sus compañeras, de someterlas sexualmente en grupo y hasta de “raptarlas”.
En un tramo de la conversación un integrante del chat habla de secuestrar a una de sus compañeras: “amigo, la raptamos a L. y listo. Nos la follamos”. Otro avala ese mensaje y sube aun mas el tono: “Sino la atamos y le hacemos ver cómo nos la follamos a la hija de puta de C. Y mientras le pegamos”.
En cuanto a las fotografías que les tomaban a sus compañeras, una de las menores cuenta en la causa cómo lo hacían: “Aprovechaban que nuestra vestimenta es una pollera y cuando pasamos nos sacan fotos con el celular de abajo. Tienen un montón así. No podemos caminar tranquilas porque en cualquier momento te sacan una foto. Lo peor es que después se pasan las fotos entre ellos e, inclusive, las difunden en el chat donde también estamos nosotras. No les importa nada”, explica.
Ante el reclamo de las nenas en el recreo y el posterior accionar de la justicia, el colegió emitió un comunicado en el que asegura que se encargará del asunto: “Ante los graves hechos de público conocimiento, manifestamos nuestro pesar y nos solidarizamos con las alumnas afectadas. Entendemos el enojo, la angustia y la impotencia que estos hechos generan. La institución tomó las medidas disciplinarias y restaurativas de acuerdo a la normativa y protocolo vigente”, afirmaron.
En la mañana de hoy lunes, la fiscalía envió un escrito al juez Jiménez con el objetivo de que los alumnos acusados no concurran al colegio de manera presencial en lo que resta del año: “Requerimos se dicte la prohibición de acercamiento a las víctimas y solicitar que se ordene al Colegio Roque González que los menores mencionados continúen el 2do año en modalidad on line sin concurrencia a la escuela”.
En ese mismo documento se solicita al magistrado que le ordene a las autoridades de la institución no renovar la matricula de esos chicos para el año 2022.
Cabe aclarar que como los acusados tienen 14 años son inimputables. Es decir que no serán juzgados ni recibirán ningún tipo de condena. Sin embargo, se solicitará que reciban un especial tratamiento con psicopedagogos y reuniones con los padres para que ejerzan un control parental más estricto con los celulares.
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