Ofrecían autos y camionetas en la Web, cobraban el depósito y desaparecían

A las personas que ya habían hecho la transferencia de la seña les llegaba por WhatsApp la misma fotografía y un mensaje similar: "La 'chata' te la subí al transporte. Está en viaje hacia Buenos Aires. Depositame el dinero que falta"

En la imagen se veía el vehículo por el que habían pagado arriba de un camión.

Los compradores no lo sabían, pero habían caído en la última etapa de una estafa que se repitió numerosas veces durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) para combatir la pandemia de coronavirus. Las camionetas 4×4 y los autos de alta gama ofertados a precios demasiado atractivos nunca llegaban a sus adquirentes. Yen cuestión de horas, una vez que tenían acreditado en sus cuentas el monto de los anticipos, los vendedores desaparecían y dejaban de contestar llamadas y chats.

Está banda de estafadores, radicada en Mar del Plata, fue identificada en las últimas horas. Sus miembros son integrantes de una misma familia de la comunidad gitana. «Están apareciendo una víctima detrás de otra», explicaron a LA NACION fuentes judiciales. Los perjuicios fueron variados y cuantiosos. Hubo quienes llegaron a pagar hasta $1.000.000 para no perder «la gran oportunidad».

Los estafadores publicaban los supuestos vehículos en venta -en su mayoría camionetas 4×4- en Marketplace, la plataforma de Facebook para la compraventa de todo tipo de productos. Para atraer a potenciales interesados el precio de los vehículos era muy conveniente. Así se desprende de una investigación hecha por el fiscal de Vicente López Alejandro Musso y detectives de la policía bonaerense.

La trampa no hizo distinciones: entre las víctimas hay odontólogos y obreros de la construcción. Con los sospechosos identificados, el fiscal Musso solicitó la inmovilización de los fondos de las cuentas bancarias de los imputados y, también, pidió que se les devuelva a los damnificados el dinero que pagaron.

«El precio de las publicaciones era muy inferior al valor real de mercado. Este era el primer paso para captar la atención de potenciales clientes. Los interesados creían que estaban ante una gran oportunidad, sobre todo porque los vehículos parecían estar en excelentes condiciones mecánicas y la documentación que les mostraban parecía estar en regla», explicó a LA NACION una fuente con acceso al expediente.

Una vez que tenían un interesado por alguno de los vehículos que publicaban en las redes sociales, le enviaban más fotos del vehículo y los datos del supuesto vendedor, que no eran los verdaderos.

«Los sospechosos daban prioridad en las negociaciones a las personas que no vivían en Mar del Plata o sus adyacencias. Por las restricciones para circular decretadas en la cuarentena no se podían acercar para entablar una negociación cara a cara», explicaron fuentes del caso.

En los primeros contactos, los vendedores mostraban un perfil amable. Eran seductores y convencían a sus futuras víctimas de hacer el primer depósito a modo de seña.

«Después de que el incauto comprador hacía ese primer depósito comenzaba la segunda parte de su raid delictivo, que tenía como objetivo que las víctimas continuaran con la entrega del dinero. Cómo si fuese el guion de una obra de teatro, tenían una respuesta convincente para cada inquietud de los interesados. Los vendedores les enviaban fotos de los DNI reales para ganar confianza», agregaron los informantes consultados.

Aún cuando uno de los interesados pagaba la seña, la banda continuaba ofreciendo el mismo vehículo para captar nuevas víctimas.

«Vendían un mismo auto o una misma camioneta a varias personas al mismo tiempo. En algunas oportunidades, los sospechosos recibieron varios depósitos por el mismo vehículo. Una vez que tenía el dinero en sus cuentas bloqueaban el contacto telefónico del cliente o dejaban de atender las llamadas de un momento al otro», dijo uno de los investigadores.

Para convencer a los interesados de que hicieran la transferencia del pago, los estafadores les aseguraban a sus clientes que el vehículo elegido estaba en camino, pero como los encargados de hacer el transporte no estaban autorizados a recibir el dinero, debían hacer un depósito.

«A algunas víctimas les llegaron a sacar el monto casi completo de las camionetas. Tenemos personas que llegaron a pagar $1.000.000 cuando las camionetas estaban entre $1.200 a 1.500.000, antes que el dólar explotará y los precios subieran. Los interesados creían que estaban ante una oportunidad que no podían desaprovechar», explicó una fuente del caso.

Una de las víctimas que no llegó a hacer el depósito viajó a Mar del Plata con el dinero. En un lugar pactado se encontró con el supuesto vendedor que lo llevó hasta un inmueble. «En un momento lo dejaron solo con la excusa de que iban a buscar los papeles y la camioneta, pero a los pocos minutos le robaron todo. Tuvo que pedir prestado para poder regresar a su casa», recordó un detective.
Por: Gabriel Di Nicola

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