Durante 2016 creció la incautación de cocaína en relación al año anterior.
En números: 5.508 kilos contra 4.304 kilos. En porcentajes: un 28% más. Eso indican las cifras oficiales que el Ministerio de Seguridad de la Nación elaboró en base a los operativos realizados por Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria. Pero ¿esto qué quiere decir exactamente? ¿Que los controles fueron más eficientes? ¿Que hay más droga en nuestro territorio? ¿O un poco de ambas cosas?
Desde la Secretaría de Seguridad, a cargo de Eugenio Burzaco -de quien depende el área de lucha contra el narcotráfico- sacan pecho argumentando que el crecimiento en las incautaciones se debió en gran medida al aumento de los operativos realizados, que pasaron de 13.961 a 15.077. “No parece mucho, es un 8 % más, pero es uno más cada tres días”, se entusiasmó, calculadora en mano, uno de los funcionarios nacionales consultados por Clarín.
Sin embargo en el Ministerio no desconocen otros factores, como que en septiembre de 2016 Gendarmería secuestró 865 kilos de cocaína que, literalmente, les cayeron del cielo: habían sido arrojados desde una avioneta en el chaco salteño. De manera que sólo este caso podría explicar gran parte del aumento en los números (el crecimiento interanual fue exactamente de 1.204 kilos).
Como siempre, las estadísticas permiten sacar conclusiones limitadas pero aún así, valiosas. Por ejemplo: el 36% de la cocaína incautada en 2016 fue secuestrada en la provincia de Salta, principalmente en controles sobre la ruta 34 (la “ruta blanca”). En tanto, en Jujuy se decomiso el 15%. “El NOA (noroeste argentino) es el reino de la cocaína”, definió otra fuente, según la cual el mismo kilo que en Salta se paga 1.000 dólares, puesto en Buenos Aires sube a 5.000 dólares, siempre hablando de una pureza superior al 80%.
Del mismo estudio surge que en la provincia de Buenos Aires se secuestraron el año pasado 646 kilos (poco menos del 12 % del total), un monto muy parecido al registrado, por ejemplo, en Santiago del Estero (608 kilos). Una explicación posible: la Dirección de Análisis del Narcotráfico aún no sumó los números de las policías provinciales y de la Aduana, cifras que deberán estar listas a mediados de año para ser informadas a Naciones Unidas.
La ausencia temporal de los números aduaneros tal vez también tenga algo que ver con que en Capital Federal el secuestro significó apenas el 7% del total, pese al gran mercado que representa la ciudad de Buenos Aires; es un lugar que combina mucha demanda por parte de consumidores con puntos de venta que superan el narcomenudeo, como es el caso de la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
En base a un mismo dato las lecturas pueden ser muchas e incluso contradictorias. Desde el Ministerio de Patricia Bullrich aseguran tener esperanzas en un programa que, de progresar, permitiría sacar conclusiones menos subjetivas. Se llama “precio pureza” y, aunque parece un eslogan de márketing para productos de supermercado, fue diseñado para tratar de establecer la efectividad en los controles contra el narcotráfico.
“Consiste en investigar la pureza de la droga secuestrada y su relación con el precio de venta. Si las pericias químicas muestran que la droga está cada vez más cortada pero su precio en el mercado no baja sino que aumenta, quiere decir que hay menos cocaína disponible en la calle como consecuencia de que los operativos fueron efectivos”, sintetizó una fuente del Ministerio de Seguridad. El programa está pensado a largo plazo (se necesita al menos un año base para hacer comparaciones), pero ya cuenta con datos cargados de septiembre y octubre de 2016.
A nivel estadístico la contracara de los números de la cocaína son los números de la marihuana, cuyo secuestro bajó 16% en 2016 (122.296 kilos) respecto a 2015 (146.250 kilos). Las explicaciones son varias, desde climáticas hasta deportivas. Desde el área de Narcotráfico, a cargo de Martín Verrier, resumieron cuatro factores: En 2015 se secuestró más marihuana que en 2016 por el simple hecho de que aquel año hubo una cosecha récord en el principal país productor y exportador de esta droga, Paraguay.
Según la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) de Paraguay, en 2015 se destruyeron menos plantaciones que en 2014.
El factor climático: las inundaciones en el Litoral afectaron las principales rutas de tránsito de la marihuana, principalmente la Ruta Nacional (RN) 11, la RN 12 y la RN 14.
Tanto en 2014 como en 2016 los secuestros de marihuana en Argentina fueron menores que en 2015. Esto coincide con que en 2014 fue el Mundial de Brasil y en 2016, las Olimpíadas de Río de Janeiro, lo que llevó miles de turistas hacia allá y, detrás de ellos, miles de kilos de droga.
Las cifras muestran que el narcotráfico es un juego sin misterios entre la oferta y la demanda. Sólo hay que saber leer las variables.