«¿Me puedo ir a dormir a tu casa?» Discutí con papá…». El ruego sorprendió a Lucila Neuss, cuando el viernes de la semana pasada estaba cenando afuera y recibió el mensaje de su madre, Silvia Saravia (69). La respuesta fue también escueta, un «sí» seco, sin repregunta, en medio del asombro.
Nadie en la familia Neuss se imaginaba que esa podría ser la última noche de Silvia, tampoco la de su marido, el empresario Jorge Neuss (72). Cuando Lucila volvió a su casa, ubicada también en el Martindale de Pilar, su madre dormía, o pensaba y pensaba, aún conmocionada por una fuerte discusión con su pareja de toda la vida, el padre de sus cuatro hijos.
La cuestión es que no hubo charla de madre a hija, ni preguntas de hija a madre. Saravia no quería dormir en su casa, eso seguro. No quiere decir que quisiera contar lo que había pasado.
La mañana del sábado tampoco hubo mucho diálogo. Ambas salieron en sus autos, Lucila fue detrás de su madre hasta que llegaron a la casa donde sí había dormido Neuss, en la suite del primer piso. Silvia se quedó allí, pero Lucila siguió camino hacia uno de los accesos al country. Antes de llegar a la garita de seguridad, recibió el llamado de uno de sus hermanos.
El femicidio seguido de suicidio acaba de ocurrir.
«Era la primera vez que Saravia se quedaba a dormir en la casa de su hija y no le contó nada de lo que había pasado con Neuss», le confiaron a Clarín fuentes de la investigación.
Una buena parte de la historia se comenzó a desentrañar este jueves, cuando la hija del matrimonio declaró y aportó esos detalles, claves para reconstruir las horas previas al femicidio seguido de suicidio
Los cuatro hijos de la pareja ya declararon ante la fiscal de la causa, María José Basiglio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Pilar. Por su parte, las dos empleadas domésticas, que fueron las primeras testigos en declarar en la causa, habían contado que el sábado a la mañana, previo al crimen, Neuss había desayunado solo en su habitación y que a Saravia no la vieron hasta que regresó al mediodía, por lo que pensaban que la mujer había salido a la mañana temprano a hacer alguna actividad.
Ahora, con lo declarado por la hija, los investigadores saben que hubo una discusión y que Saravia no pasó la noche junto a su marido. Otro de los hijos del matrimonio, Germán Neuss, también declaró frente en la fiscal, aunque no trascendió qué fue lo que aportó. Los otros dos hijos, Patricio y Juan, que fueron los primeros en llegar al lugar del hecho tras el llamado de las empleadas, ya habían declarado el mismo sábado.
En tanto, la fiscal también corroboró que minutos antes de asesinar a su esposa y quitarse la vida, Neuss envió dos mensajes de texto a dos amigos por su cumpleaños.
Se trata de dos SMS -no WhatsApp-, que surgieron en la sábana de llamadas y mensajes que la empresa de telefonía le envió a la fiscal y que salieron, el primero a las 12.36 y el segundo a las 12.37, del celular del empresario.
Basiglio ya comprobó con los destinatarios de esos textos que se trataba de saludos por sus cumpleaños y nada vinculado a lo que sucedió después. A las 12.59, entró el primer llamado al 911 reportando lo sucedido en Martindale.
«Todo sucedió en esos 22 minutos que pasaron desde que mandó los mensajes para saludar a los amigos hasta el llamado al 911», dijo una fuente del caso.
Este viernes, expertos informáticos realizarán un peritaje técnico sobre los dos teléfonos iPhone, las dos tablets iPad y las dos computadoras que pertenecían a la víctima y el femicida, para intentar desbloquearlos, analizar su contenido y ver, más allá de lo declarado por la hija, si surge algún indicio sobre lo que motivó a Neuss a irrumpir en el baño de la suite matrimonial para asesinar a su esposa de un tiro en la cabeza y luego pegarse un tiro en la sien en el vestidor.