Mientras que los agresores de Tiziano Gravier cumplen los 90 días de prisión preventiva que les dictó la Justicia por haber golpeado al hijo de Valeria Mazza a la salida de un boliche de Rosario, habló la madre de uno de los atacantes.
Dio otra versión sobre cómo habría comenzado la pelea que terminó con el esquiador de 20 años con una fractura en la mandíbula por la que debió ser operado. De acuerdo a este relato, fue Gravier el que inició el intercambio.
Elisabet, que es empleada pública, viuda y también trabaja en un comercio, dijo que los jóvenes de 26 y 27 años, identificados como Jesuán -su hijo- y Franco, fueron al boliche del barrio de Pichincha adonde todo ocurrió para celebrar el cumpleaños de un primo. Eran, detalló, 35 personas en el festejo, que se conocían de toda la vida. También formaban parte del grupo las novias de los agresores.
“Lo que me contó Jesuán es que él salió a fumar y este chico, Tiziano, lo miraba. Hasta que en un momento le dijo a Jesuán: ‘¿Qué mirás bobito?’”, contó Elisabet al diario La Capital de Rosario y siguió: “Entonces se acercó Franco y Jesuán le dijo: ‘Este me bardeó’. Y seguro algo más les dijeron. Después pasó lo que se vio en la tele: se acercaron y le pegaron”.
En la denuncia que radicaron los Gravier, aseguraron que antes de golpear a Tiziano, Franco y Jesuán le habían dicho “Tincho”, una forma despectiva de caracterizar a los jóvenes de clase alta. “Mi hijo no habla así. Para él ‘Tincho’ es el apelativo de Martín y nada más. Nunca lo escuché decir ‘Tincho’ y eso que es amigo de chicos que viven en barrios privados de Funes. No es un resentido social, ni mucho menos”, aseveró Elisabet.
También contó que ese domingo los jóvenes volvieron con sus novias a sus casas y que, horas después, sus familias se enteraron la agresión que había sufrido Gravier en el boliche. “Mi madre tiene 70 años y cuando vio el noticiero me dijo: ‘Qué cosa, pobre el hijo de Valeria, espero que los otros se entreguen’. Cuando Jesuán nos dijo que había sido él, a mi madre casi le agarra un ataque. Llegó a casa y me dijo: ‘Mami, me mandé una cagada: le pegué al hijo de Valeria Mazza’”, reveló.
Además, afirmó que los dos atacantes se encuentran “muy mal” y se quejó porque cuando allanaron sus casas buscaban una manopla, ya que según las primeras versiones podrían haber usado un elemento de este tipo para pegarle a Gravier.
“Estos chicos ni saben lo que es una manopla. Franco trabajaba en una casa de aberturas y ahora perdió su trabajo. En el caso de Jesuán no sabemos todavía qué puede suceder”, comentó la mujer, quien detalló que su hijo vive con su novia a pocas cuadras de su casa en Funes, una localidad del Gran Rosario; que trabaja desde hace muchos años en una panadería, y que no terminó la secundaria.
“Ni a los delincuentes los mandan 90 días presos”
Pese a que Elisabet admitió que estuvo “muy mal” lo que hicieron su hijo y el amigo, y a que estuvo de acuerdo con que deben “hacerse responsables”, planteó: “Sería bueno un antes y un después en las agresiones y que la Justicia actué así en todos los casos, pero sé que eso no va a suceder. Mi hijo y Franco pagan por algo que estuvo mal, pero el trato de delincuentes que tienen no es lo que debe ser, ni a los delincuentes los mandan 90 días presos”.
Es que tanto Jesuán como Franco estarán en prisión preventiva por ese período, además de imputados por lesiones graves.
“Nunca tuvo ni siquiera una multa de tránsito, ni hablar de antecedentes penales. La ley debe ser dura para los que lo merecen. Esta doble vara es insoportable”, insistió Elisabet sobre su hijo, que está representado por el abogado Jorge Bedouret. “Ese día en el boliche hubo cuatro peleas y diez robos de celulares y nada se supo. Los chicos estuvieron mal, pero es condenable la acción de la Justicia también”, agregó.
No obstante, remarcó que ella puede ponerse en el lugar de Valeria Mazza, al asegurar: “Si a mi hijo le hubieran pegado, también me hubiera desesperado y reaccionaría con dolor e indignación. En este caso no sé qué le pasó a los chicos, creo que ni ellos lo saben. Sus hermanos están destrozados, Jesuán ocupó para sus hermanos el lugar del padre, protegiéndolos y cuidándolos. Y ahora están muy mal”.