En un testimonio de casi una hora, aseguró su inocencia y aceptó responder preguntas personales, aunque evitó referirse directamente a la causa.
«Hoy no podría volver a tocar a un niño», afirmó Agüero, quien relató haber sido agredida en prisión debido a la mediatización del caso. También reconoció las muertes de los bebés, pero negó cualquier responsabilidad en los hechos: «Las muertes existieron, de eso no hay duda, pero no pueden seguir culpándome a mí de todo eso».
La acusada describió cómo el caso ha cambiado su vida: «El lugar que tanto amaba, por el que tanto luché, me arruinó la vida. No puedo creer que ese sueño se haya convertido en una pesadilla».
Un testimonio marcado por el rechazo a las acusaciones
Familiares de las víctimas ayer lunes en la sala (Mario Sar)
Agüero sostuvo que las pericias psiquiátricas demostraron que no tiene antecedentes o problemas de salud mental: «Me hicieron ocho pericias y en ninguna salió nada de lo que decían. Inventaron una imagen de mí que no corresponde a la realidad».
La enfermera también apuntó contra los medios de comunicación, acusándolos de construir una narrativa que la presenta como una asesina: «Jamás le hice daño a nadie, y menos a un niño. Todo esto ha sido una distorsión de los periodistas».
Agüero explicó por qué decidió hablar durante esta etapa del juicio: «Acepté declarar, pero no puedo profundizar porque aún no tengo todo el expediente. Me lo entregaron hace pocos días y quiero analizarlo antes de responder sobre el caso».
Su ingreso al hospital y la vida en prisión
En su relato, Agüero recordó su ingreso al Hospital Neonatal como un logro personal tras años de esfuerzo: «Me fascinaba ese lugar. Dejaba mi currículum todas las semanas y al final logré entrar. Fue un sueño hecho realidad hasta el día de mi detención».
Desde la cárcel, la enfermera estudia abogacía y realiza tareas de artesanía. Además, afirmó que su fe religiosa la ayuda a sobrellevar su situación: «Asisto a la iglesia dentro del Servicio Penitenciario. Es un espacio que me da paz».
La acusación en su contra
Según la fiscalía, Agüero habría inyectado insulina y potasio de manera intencional a 13 recién nacidos, con el objetivo de sobresalir en su trabajo. Las autopsias realizadas a dos de las víctimas revelaron niveles tóxicos de ambas sustancias, aplicadas de forma exógena.
El fiscal Raúl Garzón descartó que las muertes fueran accidentales. Además de Agüero, se espera que otros 10 acusados declaren en el transcurso del juicio.
El caso continúa bajo un intenso escrutinio público y promete ser uno de los procesos más relevantes de los últimos años en la provincia de Córdoba.