Las víctimas tienen entre 3 y 5 años: las pericias psicológicas validan sus relatos como veraces. Hay siete denuncias en su contra. El tenso cruce con el hijo y hermano de las mujeres detenidas y la pelea en el barrio.
Por Martín Candalaft
La psicóloga acababa de terminar la entrevista con T., de 5 años, y salió al pasillo a hablar con la mamá del nene. Así, la especialista le confirmaba a la mujer que el calvario que venía escuchando de boca de su hijo, al menos según su evaluación, era real. Afirmó que el chico no fabuló cuando relató que en el jardín Patito Feo de Moreno al que asistía lo obligaban a bajarse el pantalón y “hacerle pis encima” a un compañerito, ni mentía cuando decía que la “Seño R.” le gritaba en el oído porque “quería dejarnos sordos”. Siete denuncias ingresaron en el mes de junio a la UFI N°3 de Moreno contra docentes y personal del jardín.
En los últimos días, a cuatro meses de iniciada la investigación, la Policía Bonaerense detuvo a la “Seño R.”, la maestra que el nene señaló y a la directora del lugar que, además, son madre e hija.
El viernes cerca de las 19, llegaron al lugar dos móviles de la Comisaría N° 2 de Moreno con una orden de detención firmada por la fiscal Luisa Pontecorvo contra E.M.A, de 55 años, que está identificada como la directora del establecimiento y contra su hija R.F.P, de 31, quien figura como maestra aunque no tendría capacitación para hacerlo y título habilitante. Dos denuncias apuntaron contra ellas.
Los distintos exámenes físicos y psicológicos que atravesaron las víctimas, que tienen entre 3 y 5 años, indicaron que los chicos no habrían sido abusados sexualmente pero sí que las docentes los obligaban a realizar actividades que alteraron notablemente su maduración sexual. Por eso la imputación contra las dos mujeres es por corrupción de menores agravada por ser cometida contra menores de 13 años y por ser personas encargadas de su educación. El artículo 125 del Código Penal señala que este delito tiene una pena que va de los 10 a los 15 años de prisión.
En una de las entrevistas, uno de los chicos más grandes relató una serie de maltratos que recibió por parte de la “Seño R.”: “La maestra siempre nos grita en el oído y nos dice que nos quiere dejar sordos. A mí me empuja hasta el rincón y me tapa la boca. A veces desde que entramos hasta que nos vamos estamos parados mirando la pared”.
Sin embargo, el relató más elocuente lo dio T., cuando contó, a su manera y con la vergüenza lógica del caso, los abusos a los que fue sometido con sus compañeritos: “la Seño R. nos hacía jugar con L. -otro menor que asistía al jardín- a que nos teníamos que tocar el pito. Después la Seño me bajó el pantalón y me dijo que le haga pipi encima de él pero yo no quería. L. sí quería. La seño nos decía que hagamos eso”.
La primera denuncia llegó a la UFI N°3 de Moreno el 28 de junio luego de que la madre de T. notara comportamientos extraños en su hijo que no eran propios de su edad: empezó a hacer cosas raras para los 5 años que tiene, cosas que antes no hacía. Me acostaba al lado de él en la cama y se me subía encima y me empezaba a frotar o cuando quería darle un beso él trataba de dármelo en la boca adrede y con la boca abierta”.
Cuando la mujer notó estas actitudes las compartió con otras madres que también habían notado comportamientos similares que se sumaban a las típicas de la edad como no querer dormir solos o con la luz apagada. Como suele ocurrir en estos casos, la noticia no tardó en diseminarse y en total fueron siete los casos denunciados. También se sumó la denuncia de la madre de un chico de 8 años, un ex alumno del Patito Feo que, si bien ya no va al jardín, notó que las actitudes extrañas perduraron en su hijo aunque nunca las había asociado a posibles abusos.
Infobae fue hasta la puerta del jardín ubicado en la calle Thames 1306. Jonathan, hijo y hermano de las detenidas, increpó a este cronista. El hombre, que vive en esa casa/jardín pero no tendría participación en la educación de los menores, primero se acercó con tono amenazante con la intención de echar a Infobae de la puerta del lugar. Luego de recibir las explicaciones correspondientes y calmar sus ánimos, accedió a contar su versión: “Es todo mentira. Acá hay un trasfondo político. Alguien que nos quiere hacer daño. Mi mamá hace 35 años que tiene el jardín y nunca pasó nada. Es verdad, estaba sin habilitación pero solo eso. Acá a los chicos se los trata bien. Podés preguntar a cualquiera del barrio. Si querés te junto un montón de gente”.
Casi la totalidad de los vecinos, ya con hijos adultos, asegura que mandó a sus hijos a ese improvisado jardín y que nunca tuvieron problemas. Incluso aprovechan la oportunidad para menospreciar las denuncias tratándolas de “temas de la familia de cada nene”.
A raíz de esto se produjo una especie de pelea barrial en la cual hay dos bandos bien divididos, los que apoyan al jardín con la excusa de que “en 30 años nunca pasó nada” y, del otro lado, los padres que buscan que el jardín permanezca cerrado y que la maestra y la directora queden detenidas. Incluso estos últimos denuncian presuntas amenazas por parte de Jonathan: “Me dijo que nos iban a encontrar en una zanja. Me recomendó también que me cuide, siempre en tono amenazante. A otra de las mamás se le paró en la puerta de la casa con el auto varias veces y se queda ahí mirando”.
Más allá de las experiencias de cada uno y de la situación en el barrio, hay un dato que es insoslayable: las pericias psicológicas dieron resultados afirmativos en la mayoría de los casos, por eso se produjeron las detenciones.
“Es cierto que muchas veces nos topamos con casos donde los padres notan comportamientos extraños en sus hijos y, sugestionados por lo que ven en los medios, someten a los nenes a preguntas inducidas del tipo ‘¿la seño te tocó?’ y el chico dice todo que sí porque se siente acorralado y solo quiere sacarse de encima la situación. En este caso no es así porque los psicólogos elevaron las pericias y, en su mayoría, coinciden en que los chicos no fabulan”, dice a este medio una fuente del departamento judicial de Moreno.
A raíz de las denuncias y el avance de la investigación el jardín fue clausurado el 5 de agosto y por el momento permanece cerrado. Los carteles con el nombre del establecimiento fueron retirados. Lo mismo pasó con la faja de clausura que el municipio ya colocó dos veces pero al día de hoy no está. Fue arrancada. La causa continuará con más pericias sobre las víctimas. Según fuentes oficiales, en las últimas horas las dos detenidas se negaron a declarar.