Cuando los agentes del Escuadrón 60 «San Pedro» de la Gendarmería Nacional le ordenaron que frenara la camioneta en la banquina de la Ruta Nacional 34, el conductor comenzó a transpirar: pocas horas antes, en la ciudad fronteriza de Pichanal, había ocultado 47 kilos de cocaína en el vehículo.
Ante las primeras preguntas que le hicieron en ese control fortuito, a la altura de la localidad jujeña de Yuto, el hombre, de 31 años -cuyo nombre no trascendió, aunque se sabe que es argentino- comenzó a contradecirse.
Los gendarmes decidieron revisar la Ford Ranger gris. Notaron, primero, un fuerte olor a pintura fresca. También observaron que algunos tornillos habían sido removidos recientemente. Así, descubrieron que la caja de carga se encontraba modificada; bajo un falso fondo hallaron oculta la carga ilegal.
La droga estaba fraccionada y lista para ser distribuida entre traficantes de zonas que no fueron especificadas. Sobre este punto, por el momento, los investigadores han determinado que la cocaína tenía como destino intermedio la ciudad jujeña de Palpalá.
«Gracias al procedimiento, evitamos que una gran cantidad de dosis de cocaína llegue a los barrios», dijo al respecto la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El Juzgado Federal N°2 de Jujuy, que trabaja conjuntamente con la Fiscalía Federal N°1, ordenó la detención del conductor, que ahora deberá prestar declaración y explicar por qué trasladaba los 50 paquetes con cocaína que dieron el nombre al operativo: «Carga maldita».