Generación Zoe: la ciudad donde nació la estafa y los secretos del héroe que se convirtió en villano

En el local de la organización de Leonardo Cositorto hay un cartel con un número de teléfono al que nadie responde. La forma de atraer clientes, los engaños más allá de los ahorristas y las historias de los damnificados.

En Villa María, Córdoba, muchos vecinos vieron con buenos ojos la llegada de Generación Zoe.

La organización se presentó con una escuela de coaching ontológico y hasta hace unas semanas ofrecía “cobrar por educarse” en saberes tan diversos como primeros auxilios y periodismo internacional.

Hace un año, un local comercial de amplias dimensiones ubicado en la avenida Alem 248 se ocupó con las oficinas de la firma que encabeza Leonardo Cositorto (51), sobre quien pesa una orden de captura internacional emanada desde la Fiscalía de Segundo Turno de esta ciudad.

Clarín estuvo en el lugar y se encontró con las puertas cerradas. Un cartel pegado en la puerta principal ofrece un nuevo número de soporte para comunicarse con la organización, pero nadie contesta las llamadas a esa línea.
Villa María, el lugar donde nació la estafa de Generación Zoe y el gurú que se convirtió en villano. Gentileza Emilio Agüero Suárez

Villa María, el lugar donde nació la estafa de Generación Zoe y el gurú que se convirtió en villano. Gentileza Emilio Agüero Suárez

Separada por una propiedad, a pocos metros de ese lugar está una de las sedes de la Iglesia Universal en esta ciudad del este cordobés que es uno de los pulmones económicos de la provincia de Córdoba.

Una vecina de esa misma calle asegura que los domingos por la mañana había “competencia de cánticos” entre ambos locales. De un lado, las alabanzas del culto evangélico más fuerte de Brasil y con amplia difusión en Argentina y, del otro, los jingles pegadizos de Zoe, con Cositorto como gurú.

El expediente

Hasta este fin de semana eran 11 los detenidos por la causa que inició la fiscal del Segundo Turno, Juliana Companys. Las imputaciones son por estafas reiteradas y asociación ilícita y en otros casos por encubrimiento agravado.

Entre los detenidos hay cuatro policías y también está el contador de Cositorto, Norman Próspero (54), quien en los últimos días fue trasladado desde Buenos Aires a Córdoba en medio de un fuerte operativo de seguridad.

Los otros 10 apresados son Gabriela Fernanda Álvarez, Cristian Omar Delgado, Silvia Beatriz Luján, Gabriela Álvarez, René Germán Udrizan, Agustín Pereno y los oficiales Claudia Pereyra, Martín Pereyra, Juliana Bollea y Natalia Romina Noriega.

Con pedido de captura se encuentran Cositorto, Maximiliano Javier Batista, Claudio Javier Álvarez, Silvia Rosa Fermani, Silvio Eduardo Shamne, Ivana Analía Álvarez y Florencia Anahí Álvarez, todos imputados por «asociación ilícita y estafa reiterada».

El periodista Sergio Vaudagnotto es uno de los coordinadores de la redacción de El Diario del Centro del País, un medio que funciona gestionado por sus trabajadores desde 2001. En octubre de 2021 fue el primero en escribir un artículo sobre Generación Zoe luego de que descubriera una situación particular: varios conocidos habían dejado sus trabajos después de años de estabilidad para pasar a formar parte de esta “novedosa organización”.

Lo primero que hizo fue enviar un correo electrónico a la Comisión Nacional de Valores (CNV) para preguntar si Zoe estaba habilitada para ofrecer beneficios de un 7,5 por ciento de interés mensual para quienes “invirtieran” en sus cursos de capacitación.

La respuesta fue tajante: no había autorización y el organismo le dictó el cese de actividad a la firma de Cositorto. En enero de 2022, emitió un alerta internacional en el portal IOSCO-Organización, que vincula a todos los organismos similares de España y Paraguay, donde se había detectado el funcionamiento de Zoe.

Entre las imágenes que se destacaban de la marquesina de la calle Alem, aparecía el logo del Instituto Universitario River Plate, un fuerte atractivo para los hinchas del club «millonario» de la región.

Vaudagnotto volvió a mandar un correo electrónico y otra vez la respuesta fue tajante: no tenían nada que ver con Zoe. “Me mandaron la carta documento que le habían enviado”, contó el periodista, que lamentó que su medio haya sido el centro de críticas del prófugo Cositorto desde algún lugar de Centroamérica, en un reportaje que dio a un noticiero de la capital cordobesa.

Andreis es uno de los periodistas radiales más conocidos de Villa María y la región. Desde Radio Centro comenzó a hablar de Generación Zoe el año pasado, cuando empezó a ver que mucha gente metía sus ahorros y buscaba ganar ese ansiado 7,5 por ciento mensual con inversiones de todos los volúmenes.

“Aparecieron nombres de algunas empresas que habían puesto dinero en Zoe y les pagaban a sus empleados con los intereses”, aseguró. Y agregó que Cositorto les soltó la mano a los Álvarez, la familia que encabezaba la organización en Villa María y cuyos miembros hoy están prófugos.

La fiscal Companys ordenó allanamientos simultáneos el pasado 17 de febrero y el principal se concretó en las oficinas de la calle Alem. Cuando el cerrajero abrió la puerta del local, se toparon con que en los días anteriores se habían llevado todo: computadoras, papelería y documentación.

Entre los policías detenidos hay una agente que fue imputada de encubrimiento agravado, ya que se supone que adelantó el dato a los capos de Zoe, para que se llevaran todo.

Para Andreis, el número de personas que depositaron su confianza en esta organización es alto. Recordó que hace algunos años se dio una estafa de características similares con una falsa financiera que se llamó Soluciones Diarias y se vinculaba al fútbol, utilizando como “gancho promocional” a jugadores de Talleres y Belgrano.

Un club en la nada

La coincidencia con el plan de Cositorto es que en Villa María se fundó el Zoe Atletic Club, que se había inscripto para participar de la liga regional y tenía a unos 150 jugadores involucrados en las distintas categorías. “Hubo chicos que dejaron otros clubes para pasarse a Zoe y hoy se quedaron sin nada”, sostuvo Vaudagnotto.

Los mellizos Diego y Rodolfo Graieb, ex jugadores de Talleres y de Lanús, entre otros clubes, estaban a cargo del armado del club y hoy se sienten parte de los estafados por la organización.

Clarín se comunicó con Rodolfo, quien vive en España y envió un comunicado en el cual señala: “Zoe Atletic Club Villa María anuncia con tristeza de parte del grupo de trabajo encargado de llevar el proyecto deportivo que, debido a la nula comunicación de parte de los dirigentes y sus presentes problemas que enfrentan con Zoe Empresa, nos vemos obligados a tomar la decisión de no continuar el valioso trabajo realizado hasta el momento”.

Para Vaudagnotto, la elección de Villa María como destino para Zoe no fue casual. “En esta ciudad tienen sucursales los principales bancos que están en el país, y no sólo es la soja la fuente de riqueza: hay una Universidad que tiene más de 10 mil personas involucradas en su esquema”, indicó el periodista,.

Además, apuntó que la ciudad es una de las cuencas lecheras más fuertes del país y sólo el gremio que nuclea a los trabajadores de los tambos (Atilra) tiene alrededor de 1.900 afiliados en la región. El promedio de sueldos de 100 mil pesos por persona. Por último, sumó a la Fábrica Militar y la planta de AcaBio (productora de Bioetanol), que crecieron en los últimos tiempos en oferta laboral.

Dos fiscales detrás de Zoe

Desde el segundo semestre de 2021 había dos fiscales de Villa María siguiendo los pasos de Leonardo Cositorto y Generación Zoe en la ciudad.

Mientras la fiscal del fuero provincial Juliana Companys recibía las primeras denuncias de víctimas que dejaron de cobrar sus “depósitos” en Zoe, la fiscal federal María Marta Schianni realizaba una investigación paralela entrecruzando llamadas telefónicas a través de escuchas. Allí detectó las comunicaciones entre el contador Norman Próspero y Claudio Álvarez (38), la cara visible de Zoe en Villa María, hoy prófugo de la Justicia al igual que el número 2, Maximiliano Batista (44).

Cuando se multiplicaron las denuncias en las oficinas de Companys, la fiscal Schianni se apartó de la causa y le entregó toda la documentación y la prueba que había recabado hasta ese momento. Eso fue clave para ordenar la detención de Prósperi y el pedido de captura internacional de Cositorto.

Entre la documentación que se secuestró está la papelería que le hacían firmar a los “inversores” que ingresaban a un fideicomiso a través de una escribanía y comprometían sus fondos a tres años.

Víctima del engaño

“Confié porque había políticos y gente conocida”. Marcelo Peñaloza es chofer de una empresa de transporte interurbano y el año pasado se animó a invertir algunos ahorros en Zoe. Confiesa que nadie lo arrastró y que se vio atraído por la participación de figuras conocidas de la comunidad.

“Villa María es una ciudad chica y cuando vi que había mucha gente conocida que estaba en la organización empecé a tener la inquietud y quise probar”, le dijo a Clarín el chofer.

“Me entusiasmé y en agosto fui hasta las oficinas y me explicaron que tendría una ganancia del 7,5 mensual firmando un contrato por 12 meses, que después se extendía a tres años”, contó Peñaloza, que afirma que le dieron un comprobante común y todo lo que vino después se hacía por mensaje de WhatsApp.

Decidió reinvertir todo lo que iba ganando, con lo que terminó generando unos 1.500 dólares. Pero cuando comenzó a ver que todo se caía intentó recuperar su dinero y ya nadie lo atendió.

“Cobré diciembre y en enero ya no conseguí que me contestaran”, expresó el trabajador, que es uno de los denunciantes que tiene la causa.

“Nos dicen que nos van pagar en marzo pero no dan un día preciso ni un lugar determinado. Si puedo sacar la plata, me salgo del todo”, agregó.

El chofer contó que, en enero, cuando comenzó a revelarse la trama detrás del proyecto de inversiones, comenzaron a llegar audios intimidantes de Cositorto en los que trataba de “temerosos y cobardes” a los que dejaban llevar por la “campaña mediática”.

Hoy, Peñaloza se siente decepcionado con lo que sucedió al final. “Te da bronca que por la situación del país. Por el manoseo en el que vivimos los trabajadores, terminamos cayendo en este tipo de trampas”; dijo.

EMJ

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