Fuentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) indicaron que Micaela Méndez, de 27 años, se vio obligada a pedir auxilio ante las agresiones que le propinaban en la cárcel de Almafuerte II, en Luján de Cuyo.
Por los golpes recibidos fue atendida por el personal sanitario del penal. Como no se detectaron heridas de consideración, autoridades del centro carcelario decidieron no efectuar el trasladado de la mujer a un hospital.
En tanto, desde el Ministerio de Seguridad, a través de la Inspección General, se inició un proceso para determinar responsabilidades, por lo que evaluará el desempeño del personal de seguridad a cargo para determinar si fue liberada la zona para que la mujer fuera atacada por las internas. De esta manera, hay preocupación por el clima interno que se vive por estas horas en la prisión de Cacheuta, donde hay cada vez más mujeres que fueron trasladadas del penal de mujeres de El Borbollón, en Las Heras, con el fin de mejorar las condiciones de detención de las reclusas, en medio de la pandemia de coronavirus.
«La interna fue alojada el jueves en el sector de Admisión de la Unidad 3 que ahora funciona en Almafuerte II; este lugar es para personas que ingresan por primera vez al sistema penal. A las 2:55 solicitó la presencia del personal porque dijo haber sido agredida por su compañera de celda por lo que se la traslado al sector de sanidad para que fuera revisada por una médica y esta constató que presentaba algunas excoriaciones», indicaron a LA NACION desde el SPP. Aunque no se registró una denuncia forma, pero sí quedó identificada la atacante. «Ahora se continúa con el mismo procedimiento, pero con alojamiento unicelular, es decir que quedará sola en su celda. Ella ahora se encuentra bien; hay que estar atentos en estos casos y tratar de que reciba atención, recreación», completaron desde el organismo oficial.
En medio del resonante crimen de la menor, que tiene como principal acusado a la pareja de Méndez, Pablo Arancibia, de 33 años, quien recibió a Florencia el sábado después del mediodía en su casa, la imputada podría quedar desligada del caso, ya que las primeras pesquisas indican que no habría estado en la propiedad en el momento del brutal homicidio, indicaron a LA NACION, fuentes de la causa.
Por otra parte, el Gobierno provincial, decidió apartar de su puesto de trabajo a la agente policial del Centro Estratégico de Operaciones (CEO) que recibió el llamado de alerta al 911 en el momento en que Florencia estaba siendo atacada en la vivienda del matrimonio. De acuerdo con la investigación, la oficial desestimó la comunicación, creyendo que se trataba de una broma. Ahora, fue pasada a «situación pasiva», por lo que percibirá el 50% del haber mensual, a la espera de que se defina la pesquisa en su contra y se determinen si existieron otras responsabilidades, entre ellas, del personal jerárquico.
Florencia fue vista por última vez, de acuerdo con las cámaras de la zona, cuando se encontró con Arancibia en la vía pública e ingresó a la casa del hombre, quien se desempeña como carnicero. A pesar de que reconoció que estuvo con la menor, aseguró que alrededor de las 19 la niña se volvió a su hogar en micro. Sin embargo, no se observaron registros fílmicos de ese viaje de regreso ni se evidenció el trayecto en el transporte público.
Finalmente, este viernes se confirmó el crimen de la adolescente, luego de que un familiar de Arancibia confesara que fue engañado para deshacerse del «cuerpo de un perro» envuelto en sábanas, el cual arrojó en una acequia en las inmediaciones de un reconocido frigorífico del lugar, a tres kilómetros de la casa de la pareja, encontrado en la tarde del jueves. Ambos, a mediados de semana, antes del hallazgo del cadáver, fueron imputados por «femicidio en grado de coautoría».
Por: Pablo Mannino