Nada de la relación que ellos conocían de sus padres los hace suponer la existencia de una eventual situación de violencia subyacente en la pareja. Ellos, al igual que la fiscalía, quieren saber cuál fue el móvil del crimen.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes del caso. Juan y Patricio Neuss declararon anoche como testigos ante la fiscal a cargo de la causa, María José Basiglio, de la Unidad de Violencia de Género de Pilar. La representante del Ministerio Público también escuchó a las dos empleadas domésticas que estaban en la casa de Martindale en el momento del femicidio y posterior suicidio.
En las próximas horas, continuarán las declaraciones testimoniales. Deberán declarar los otros dos hijos del matrimonio, otros familiares y amigos de la víctima y de Neuss. Los cuerpos de Saravia y del empresario ya fueron entregados para que sus íntimos puedan hacer la inhumación de los restos.
«Juan y Patricio Neuss están en estado de shock y desconcertados. Se describieron como una familia cariñosa pero vehemente, con temperamento y conflictos como suceden en cualquier otro hogar. Ellos quieren saber el móvil del homicidio y suicidio», explicó a LA NACION una fuente de la causa.
En los próximos días, la fiscal Basiglio le tomará declaración testimonial a la familia y a amistades de Saravia para saber si la víctima habló con alguien sobre situaciones de violencia de género que haya vivido y que sus hijos no se hayan enterado.
La representante del Ministerio Público también espera el peritaje ordenado sobre los teléfonos celulares y otros soportes tecnológicos secuestrados en el domicilio del matrimonio para revisar el historial de los mensajes enviados y recibidos entre Neuss y Saravia. Quizá surja un nuevo dato en los chats o correos electrónicos
Como informó LA NACION, aunque legalmente el fallecimiento del empresario Neuss, daría por terminada la acción penal en su contra como presunto autor del femicidio de su esposa, el caso lejos está de haber sido cerrado debido a que todavía quedan cabos sueltos que podrían derivar en otra hipótesis.
Hasta el momento, según fuentes judiciales, todo indica que se trató de un femicidio seguido de suicidio.
«Está prácticamente descartada la hipótesis de un pacto suicida. Las autopsias y lo que se vio en la escena nos hacen pensar en que Neuss sorprendió a su mujer cuando ella fue al baño, luchó, la dominó tomándola del cabello, la asesinó y luego se disparó en la cabeza», había afirmado a Télam una fuente judicial.
Si antes del femicidio y suicidio hubo situaciones de violencia de género nunca fueron denunciadas ante la policía y la Justicia.
El matrimonio no vivía en Martindale, su residencia habitual era en la ciudad de Buenos Aires, pero como el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) dispuesto por el gobierno nacional para combatir el Covid-19 los sorprendió en el country de Pilar decidieron quedarse allí a pasar la cuarentena, explicaron a LA NACION fuentes judiciales.
La mañana del femicidio seguido de suicidio, según declararon las empleadas domésticas, el empresario desayunó en su dormitorio, como solía hacerlo. Saravia llegó a la casa de Martindale a las 13.30 y fue a la habitación, que terminó siendo la escena del crimen.
Neuss, de 73 años, mató a su esposa, de 69, de un balazo en la cabeza con un revólver calibre.357 Magnum. En sus declaraciones testimoniales, los hijos del matrimonio sostuvieron que sabía que su padre tenía armas pero dijeron desconocer que había llevado a Martindale el revólver usado en el crimen.
La fiscal Basiglio espera que en las próximas horas, la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), exRegistro Nacional de Armas (Renar), le responda si el arma homicida estaba registrada a nombre de Neuss.
Ahora se sabe que Saravia se defendió con todas sus fuerzas antes que su esposo le apuntara con el revólver calibre.357 Mágnum y le disparara un balazo en la cabeza, a la altura de una de las orejas.
Esta presunción se fundó, según fuentes de la investigación, en los resultados de la autopsia que indicaron que Saravia tenía moretones en un brazo, provocados por compresión de la piel y le faltaban cabellos. Algunos de esos pelos fueron encontrados, esparcidos, en el baño en suite.
Ante el hallazgo de esos signos que indicarían la existencia de una pelea previa a los disparos, los responsables de la pesquisa comenzaron a investigar si Saravia era víctima de maltrato por parte de su esposo y si hubo otros hechos de violencia anteriores.
Esa pelea terminó con Saravia asesinada de un balazo en la cabeza y Neuss descerrajándose un disparo en la sien con un arma, cuyo titular todavía no había sido identificado.
Por: Gabriel Di Nicola
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