La niña de 7 años estuvo desaparecida tres días y su cadáver fue hallado ayer en un arroyo de Berazategui. La investigación avanza y los detalles de lo que habría sucedido tras el asesinato son estremecedores.
La madre y el padrastro de Priscila Lafuente fueron trasladados esta mañana a la Fiscalía para ser indagados en torno a un caso que tiene detalles realmente macabros.
Los investigadores creen que la niña de 7 años, que fue hallada ayer parcialmente incinerada y envuelta en una bolsa en Berazategui, murió a raíz de una golpiza de su madre, mientras que su padrastro intentó quemarla en una parrilla para hacer desaparecer los rastros de los golpes; al no lograrlo, la trasladó en un cochecito de bebé hasta el arroyo donde fue encontrada.
Voceros de la pesquisa revelaron que hallaron imágenes registradas por una cámara de la zona en la que se ve a la madre, al padrastro -ambos detenidos- y a dos hermanos de la niña llevar un carrito de bebé en momentos en que se dirigían al arroyo y que contendría el cadáver de la menor, mientras que en la casa familiar se encontraron bolsas con cenizas y pelos.
Las mismas fuentes agregaron que anoche el padrastro de la niña se habría «quebrado» y relató el suceso, aunque como sus dichos carecen de validez legal por no haber sido ante la Justicia, se aguarda que los confirme cuando sea indagado por el fiscal Carlos Riera, de Berazategui.
La nena, que desde hacía pocos meses vivía con la pareja -antes residía en la casa de su padre biológico- habría sufrido violencia doméstica desde que se había mudado, según los testimonios recogidos.
Este dato se vio reforzado por el testimonio de Delfina, amiga de Priscila, quien manifestó por radioLa Red: «Ella me contaba que estaba golpeada, tenía moretones en el brazo. Yo la conocía hacía 3 años pero nunca fui a su casa. Vivía con el padrastro, los hermanos y la mamá, que le pegaba».